El periodismo en negro

¿De qué color es el periodismo? ¿Y tú me lo preguntas? Podríamos decir que blanco cuando escruta la realidad, verde cuando relata la vida sin filtros, rojo cuando muestra la injusticia, azul cuando transmite emoción… Pero negro cuando no le dejan contar lo que ve.

Ya sabemos que no son buenos ni coloridos tiempos para quien ejerce esta profesión, y lamentablemente tampoco para los que consumen el producto. El control político y económico son más implacables que nunca, las redacciones andan precarias y domesticadas, y tampoco hay una verdadera demanda de información de calidad por parte del público. Ni la libertad de información ni la independencia ni la dignidad profesional están hoy para fiestas. Más bien están de luto. El periodismo es negro cuando le dictan el enunciado de la noticia.

Los periodistas lo tienen hoy complicado hasta para quejarse. Pero a veces suceden cosas, y saltan. Los profesionales de RTVE se han cansado. Hablamos de un ente que, tras vivir una excepcional época dorada en la que, por primera vez en su historia, vio florecer la calidad e independencia en sus espacios informativos, y así se le reconoció internacionalmente, vio cortado el grifo y cercenadas las aspiraciones. El periodismo es negro cuando se le dice qué imágenes debe difundir y cuáles guardar.

No es por señalar a un determinado partido político. Pero los hechos, no las opiniones, dicen que uno que se vio con mayoría absoluta en el Parlamento decidió que no le gustaba el “nuevo régimen” de pluralidad y transparencia en RTVE que se había instaurado en una legislatura anterior con el apoyo mayoritario de la cámara. Y aplicó su rodillo para cargárselo. Entendía que la televisión y la radio públicas debían volver a funcionar como un instrumento al servicio del Gobierno. El periodismo es negro cuando prevalecen los testimonios y las opiniones de un determinado grupo o ideología.

Perdida aquella mayoría absoluta, el resto de los principales grupos políticos han instado al Gobierno ahora en minoría a dar marcha atrás y recuperar, al menos, algún reducto de aquel esperanzador status. De entrada, acordando un concurso público para renovar el Consejo de Administración y al presidente de RTVE -de quien aquí ya hemos hablado alguna vez. Proceso que el partido gobernante trata de obstaculizar, recurriendo a argucias reglamentarias y amparándose en la mayoría absoluta que aún mantiene en el Senado. Negro cuando le cambian el sentido del titular, aunque le permitan mantener el cuerpo de la información.

Y los profesionales se han hartado. Empezando por las periodistas de la cadena pública, secundadas a continuación por sus compañeros, que han decidido no callarse. A través de redes virales, y en Twitter desde el grupo MujeresRTVE y bajo el hastag #AsíSeManipula, han pasado a denunciar las manipulaciones y malas prácticas informativas que se vienen ejerciendo durante estos años en el ente público. Negro cuando se aparta de la cobertura de una noticia a quien no acepta darla bajo un determinado tratamiento.

Pero, además, han querido dar visibilidad a su propuesta. El pasado viernes, varias de las más significadas presentadoras y reporteras de los canales de RTVE –La 1, Canal 24 Horas, canales territoriales…- aparecieron vestidas de negro, o con alguna prenda de este color. En realidad, muchos otros profesionales de la casa lo hicieron, pero ellas cumplieron la misión de prestar su imagen. El gesto se va a repetir todos los viernes mientras se mantenga el bloqueo institucional a la renovación de la cúpula. Mañana las veremos otra vez de negro. De este color es el periodismo cuando le obligan a emitir noticias o reportajes intrascendentes mientras ocurren hechos de alta relevancia política.

No porque hoy sea el Día Mundial de la Libertad de Prensa, aunque viene bien recordarlo. Cualquier día es necesario repetirlo. Si queremos una sociedad más abierta y atenta a defender sus derechos, necesitamos que esté mejor informada. Y para ello son necesarios medios de comunicación independientes y rigurosos, en el que los periodistas puedan realizar su trabajo. Tan simple. Pero no es lo que tenemos hoy. Porque negros son el periodismo y la decencia cuando el presidente de una empresa pública, en pérdidas y que ha acometido varios EREs, cobra 200.000 € al año, y los seguirá cobrando mientras aguante en el cargo.

Sólo añadir que no vamos a dejar solos a los profesionales de RTVE. Mañana viernes, muchos vestiremos de negro también. Y lo que haga falta…

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