Una vez, hace tiempo, un niño me preguntó cuánto ganaba un periodista. Y no supe qué responderle. Luego, sin que sirviera ya para nada, elaboré mentalmente una respuesta: “pues se puede decir que de cero a infinito”. Sí, empezando por todos esos chicos, con título o no, que hacían horas en las redacciones a cambio de las gracias, y terminando en Luis del Olmo, que por entonces pasaba por ser el mejor pagado, y cobraba casi lo que un futbolista estrella de la época. Claro, si hablamos del sueldo medio, ya era otra cosa. Y por bajo que fuera, siempre esa media aritmética quedaría falseada por los superlativos picos de los figurones de la profesión. Aun así, sería, indudable y significativamente, más alta que hoy. Y me temo que sensiblemente por debajo de lo que refleja este cuadro del informe de la APM sobre la profesión, que me parece decididamente optimista.
Pero como digo, hay picos que se salen de cualquier medición. Excepciones que en este caso no confirman ninguna regla. Que van mucho más allá de ese 3,7% de contratados y 5,6% de autónomos que ganan más de 4.000 euros brutos al mes. Que pueden estar justificados, que pueden responder a la oferta y demanda, que tienen que ver con el caché, con las audiencias, con decisiones de una empresa privada… o picos que pueden ser verdaderamente groseros. Ayer se ha conocido -aunque ya se presumía- uno de esos picos indecentes: el del presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, que cobra 200.000 euros al año… de dinero público, por supuesto.
Del perfil y la trayectoria profesional de Sánchez ya hemos escrito lo nuestro, y podemos aportar incluso algunos detalles más. No vamos, por lo tanto, a abundar más de lo necesario. Pero aparte del escándalo que supone asistir a una carrera siempre ascendente labrada a base de sus “valores”, casi más indignante es esto otro. Conocida la situación de RTVE, con una deuda financiera de 46,1 millones, con un ERE pendiendo como espada de Damocles -además de los sucesivos recortes de personal y prejubilaciones que han venido padeciendo en los últimos años. Que en 2016 ha reducido su gasto en personal en 2 millones de euros… mientras el sueldo de su presidente se ha incrementado en un 30%. Si una empresa privada en pérdidas decide subir el sueldo a su máximo ejecutivo, es su decisión. Pero que lo haga una empresa pública… es absolutamente, y una vez más, púbico. Además de impúdico.
Peor y más púbico aún es el problema de fondo: este país sufre un déficit lacerante, que en estos cinco últimos años no ha hecho más que crecer a pesar de los masivos recortes ejecutados en Sanidad, Educación, I+D, dependencia… Pero en el entramado y en la grasa visceral de la Administración Pública no se ha recortado nada. Ahora sabemos que el presidente de RTVE gana más del doble que el presidente del Gobierno. Pero también ganan más los presidentes de las comunidades autónomas, los consejeros y los vice consejeros, muchos alcaldes de grandes ciudades. A lo que hay que añadir toda la gruesa nómina de cargos, asesores y gente de despacho… Solo en la Comunidad de Madrid, el actual ejecutivo consta de 156 empleados de gabinete -el anterior tenía 198- que suponen una masa salarial de 10 millones anuales. Vayan contando y sumando… y así, el FMI nos está pidiendo más recortes, que ya sabemos dónde no los van a aplicar. Y a tantos, todavía, les parece tan normal.
1 Comment