La portada es una foto de cuando tenía 14 años, en el patio trasero de una casa en la que sólo unos años después compuso con su amigo John unos 100 temas de los Beatles. Hace dos años estuve allí, aunque no en el patio trasero, y antes de que me lo dijeran ya sabía, pura intuición, que esa era la casa de Chaos & Creation in the Backyard. Cuando Paul McCartney, que hoy cumple 68 años, anunció en 2005 que publicaba este álbum, nos esperábamos uno más de tantos. Lo mismo debió pensar la casa de discos, la EMI de siempre, de los Beatles y de toda la vida, que aún habiéndolo escuchado antes que nadie, no fue ni medio consciente de lo que tenía entre manos, no movió un músculo por promocionarlo y se conformó con las ventas que por simple inercia genera en todo el mundo cualquier disco de Sir Paul. Pero no era un disco más. Paul había decidido que a sus 63 años de entonces iba a dar lo mejor de sí mismo, que ahí es nada. Por tercera vez en su carrera se lo iba a hacer todo él, componer, cantar y tocar todos los instrumentos, salvo un pequeño detalle en esta ocasión. Para no dejar que le traicionara su instinto de genio autosuficiente y autocomplaciente, fichó a un megaproductor, previa consulta a su sabio de cabecera, George Martin, quien le recomendó a Nigel Godrich, el de Radiohead entre otras hazañas. Y bien que le puso las pilas, tuvo las agallas y los bemoles de decirle “esto no vale así”, “cambia esto” o “esto es una basura, ni se te ocurra”. Decirle eso a Paul McCartney!!!… “Pero si le estoy pagando y le puedo echar ahora mismo”, parece ser que llegó a decir. No lo hizo. Aguantó, le hizo caso y el disco salió así. Un regalo para mí y creo que para todos los que le queremos. Posiblemente, pensé, el que todo el mundo esperó allá en 1970, cuando publicaba su primer trabajo en solitario, y el anterior había sido ni más ni menos que Abbey Road, la mejor obra de los Beatles y de la que él fue alma, impulsor y cerebro. Chaos… se convirtió en su mayor éxito de crítica en 30 años de carrera después de los Beatles, y yo lo que sentía era que el gran Joaquín Luqui se había ido apenas unos meses antes y nunca sabré que hubiera dicho -como en la letra de Yesterday-, me queda imaginármelo. Es que era “lo más” de Paul en décadas. Breve y sublime, apenas 45 minutos de melodías, sonidos del cielo y sorpresas gloriosas, de lo vital a lo intimista, de lo tierno a lo agrio, todo a fuego lento, con suma delicadeza, imposible cansarse de escucharlo. Sí, un disco redondo para la lista. Ya digo, aunque fue nominado al Grammy, se vendió no mucho más que lo normal en un disco suyo, esto ya debió colmarle el vaso de la paciencia y rompió con la EMI de los Beatles y toda la vida. Dos años después publicó un nuevo álbum ya con su nueva discográfica, más dinámica, un trabajo bueno sin más, a años luz de éste, y en un par de semanas ya había vendido el doble. En fin, hoy celebro el cumple de Paul con este Chaos & Creation in the Backyard, del que os dejo dos canciones, aunque podrían ser todas.
At the Mercy es una breve joya de poco más de dos minutos, una balada rara pero irresistible, mucho de Abbey Road y cierto tono mesiánico muy del Paul de la última etapa de los Beatles. Habla de la bendición de estar ocupado y no tener tiempo para pensar.
At the Mercy, Paul McCartney, YouTube
Friends to Go es un homenaje a George Harrison, o mejor dicho, una canción de George Harrison hecha por Paul McCartney. Más o menos textualmente dijo: “Él me la dictó desde el cielo y yo simplemente fui apuntando las notas y metiendo los acordes, por eso fue la más fácil de tocar y mi preferida del disco”.
Este no está mal…….. aunque más para los fans como Enrique. Pero tiene 4-5 temas bastante decentes……. a los amantes del pop de toda la vida les encantará…. saludos