Las compañías discográficas ya sabían que no iban a poder recaudar, a costa de Pablo Soto, el dineral que dejaron de ganar por no haber sabido canalizar el potencial de Internet para su negocio. Y que habían cifrado en 13 millones de euros, lo que entendían que valía la Propiedad Intelectual que presuntamente les había hurtado el chaval. Por eso, porque ya nada tenían que hacer, ni habían recurrido –aunque airearon que iban a llegar hasta el Supremo- la última sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que absolvía al creador de las exitosas plataformas P2P de intercambio de archivos. Y que desde ayer ya es firme, caso cerrado (La noticia en Materia).
La noticia, quizás por cantada, no ha tenido la misma repercusión que otras que se fueron sucediendo según avanzaba el caso (aquí también nos hicimos eco varias veces). Seis años de pleitos que enfrentaban a un ciudadano que ha ganado mucha pasta creando programas de software contra un poderoso sistema que había dejado de ganar lo que en su día ganó, y que pretendía a toda costa recuperarlo- quienes demandaban eran ni más ni menos que las cuatro mayores discográficas del mundo –Warner, Sony, Universal y EMI– junto con Promusicae, la asociación que las representa en España. Y si el sistema ganaba, el ciudadano debía abonarle 13 millones de machacantes. Eso, a lo mejor, sí que hubiera llenado portadas. Nos enseñaron que es más noticia un hombre que muerde a un perro que un perro que muerde a un hombre; pero parece que se ha impuesto que es más ejemplarizante informar de lo segundo, sobre todo si en vez de un perro se trata de un gran consorcio empresarial, o una casta si lo quieren llamar así.
Finalmente ha salido indemne, pero que no se fíe. No nos extrañe que a estas horas barrunte salir a la palestra el iluminado de turno a convencernos que este caso constituye otra abominable victoria del “populismo”. Que resulta y no cabe la menor duda –ya verán- de que Pablo Soto es un programador bolivariano, que en su casa convertida en oficina gusta de ponerse un fajín y ensayar arengas contra el capitalismo –y encima está forrado. Tratarán de demostrarnos cómo los nombres que les ha puesto a sus programas –Piolet, Blubster, Foofind…- denotan una clara inspiración estalinista, cuando no una “tremenda similitud” con los que le puso Le Pen a su perro o a su loro. Y leches, que le subvencionó el gobierno de Zapatero, a él que seguramente es un anti-constitución. Eso sí, dudo que descubran que se compra las camisas en Alcampo.
Quién sabe si el informático se ha librado de la ruina porque el balón entró o no entró, porque tocó un juez y no otro. Lo cierto es que por lo penal no había precedentes de sentencias a favor de las discográficas, por eso fue la primera demanda en presentarse por lo civil. Y tampoco ha colado. Pero ya se sabe que un mindundi de la calle que le gana algo una vez al sistema, automáticamente se convierte en un anti-sistema. Lo mismo que si lo critica, cuestiona u opina sobre cómo mejorarlo. O simplemente no está, no es sistema, porque no tiene la facultad de beneficiarse de él. Y lo que diga, critique, cuestione o incluso si le gana una partida alguna vez, léanse votos o juicios, será populismo de libro, como “fascismo puro” era dejar en evidencia –en argentino “escrachar”– a los que se quedan con las casas de la gente que no tiene donde caerse muerta. Lo no populista, lo sistémico y lo constitucional es difundir la mentira para que se asuma como única y fundamental verdad.
Sí, se les está llenando el patio de populistas de pacotilla, que no sólo se cuelan en la fiesta si no que encima se atreven a meter mano en las bandejas de canapés que son para los exclusivamente invitados. ¿A quién se le ocurre salir a dar una vuelta por su barrio, viajar en metro, hablar con la peña en la calle o irse de copas por Huertas y luego pretender decirles cómo es la vida a los que de verdad saben? Es que sale un Pablo y luego otro Pablo, que ya está bien. Unos dan clases y van a tertulias, otros se dedican a hacer programitas de software que a la gente le gusta y los usa, mira qué tontería. Si se les explica a estos potentados el coco, el trabajo y las horas que lleva desarrollar esos programas, responderán que son patrañas; si se les argumenta lo que supone un proyecto tecnológico español de éxito mundial, les tacharán de demagogos; y si les hacen ver lo que son seis años de pleitos no ya bajo la espada de Damocles de tener que empeñarlo todo, sino con la incertidumbre que eso supone para una empresa ante el mercado, sus clientes, inversores, empleados… les dirán que qué se han creído. Y lo que creen estos mocosos, insensatos e irresponsables, como creemos muchos, es que“incurrir en actos de expolio” y “de aprovechamiento indebido del esfuerzo ajeno” es ciertamente otra cosa. ¿A que sí? Pues será populismo. Ay pablitos, pabletes…
te advierto que por decir estas cosas rozas el bolivarianismo y eres casi un filoetarra…… ten cuidado que puedes acabar en la cárcel……. es que no estás en la onda chaval…. matas unos republicanos y los echas a una cuneta y te ponen el nombre a una calle….. Avenida Enrique de Pablo….. mola eh…. Por cierto que el juez esa que iba borracho saltándose semáforos y sin casco no es un antisistema como dicen….. es un hombre de bien….. que se emborracha con razón viendo tanto perroflauta y degenerado….. Y ENCIMA VA A DMITIR….. UN MARTIR COÑO… UN MARTIR…
ESTE ARTÍCULO DE JULIA OTERO MUY BUENO….
http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/caza-3285756