Se ha librado de pagarle 13 millones de euros a las multinacionales discográficas y hoy aparece como el gran vencedor La Justicia absuelve a Pablo Soto, El País. Pero a ver quién le repara a Pablo Soto los tres años y medio de ruina a los que ha sido condenado un empresario que desarrolla un servicio tecnológico –tantos que hay en España, ¿verdad?- en el que los inversores no podían confiar porque estaba pendiente la dichosa sentencia. La demanda ha sido su verdadera condena. Y eso que casi nadie esperaba que prosperase. Los 13 millones que reclamaban Promusicae, Warner, Universal, EMI y Sony BMG equivalían a lo que supuestamente habrían dejado de facturar –a una media de 0,99 euros por unidad- a causa de la distribución gratuita de las canciones cuya propiedad intelectual detentan, a través de los servicios de intercambio de archivos que había creado Pablo Soto. La demanda fue presentada en junio de 2008, el juicio se celebró en mayo de 2009 (13 millones, a 0,99€ por canción) y el caso quedó entonces visto para sentencia. Hasta ayer, que se conoció la sentencia absolutoria. En este tiempo, el desarrollador y empresario las ha pasado canutas. Por la amenaza –a ver cómo vives, piensas y gestionas tu negocio cuando estás pendiente de si tendrás que pagar 13 millones- y porque es muy difícil generar confianza en tu entorno –que va de los inversores a los propios trabajadores de la empresa- con un panorama así. Su victoria estaba cantada a tenor de la jurisprudencia, y a pesar de que era la primera vez que se recurría a la vía civil. Pero no se entiende que se haya hecho esperar tanto la resolución. En cualquier caso, la de Pablo Soto ayer ha sido su investidura, después de demasiada y abusiva “embestidura”. Y para la industria discográfica, han sido tres años y medio más de pérdida de tiempo. De seguir sin plantearse y pensar fórmulas que les permitan aprovechar el potencial de Internet, en vez de lamentarse, demonizarlo, perseguir fantasmas y pretender recuperar el dinero que pierden por vía judicial. Así, siguen sin ir a ninguna parte. Y ya Es muy tarde, mi amor.
La investidura de Pablo Soto (y tres años de “embestidura”)

«pretender recuperar el dinero que pierden por vía judicial. Así, siguen sin ir a ninguna parte». No lo pierden personalmente. Si fuese así serían más cautos.
El país publica una entrevista digital con este crack…… por si os interesa. Le acaban de dar una subvención de 1,6 millones de euros para su nuevo proyecto de internet….. hacer un google pero de archivos digitales…… suena bien……
http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?encuentro=8686