Microsoft celebró la semana pasada su 25 aniversario en España con un acto social en su sede de Madrid, en el que reunió a sus clientes y empresas colaboradoras, y al que invitó a la prensa. Contó con la presencia, entre otras personalidades, del ministro de Industria, José Manuel Soria, y de la alcaldesa de Madrid (¿..) . Como no estuve, no me invitaron y no me colé, me tengo que fiar de las crónicas que he leído, la mayoría asépticas, descriptivas y hasta condescendientes. Pero traigo esta otra crónica que me ha llamado especialmente la atención, de Juan Manuel Sáez, director de la revista Byte. No entro a valorar el titular, el contenido y el estilo de la misma, porque carezco de elementos de juicio. Pero me centro en un detalle, que reflejo textual: “…los periodistas tuvimos que seguir el acto desde una sala contigua y a través de una pantalla de plasma y no se nos permitió hacer preguntas…”. Y no me lo puedo creer. ¿Tú también, Microsoft?
Profusamente se ha criticado, y aquí desde luego también, la práctica de no conceder preguntas, agravada por la desfachatez de no comparecer ante la prensa en carne mortal, sino parapetado en un plasma, como ha hecho el presidente del Gobierno al menos dos veces durante el año pasado. (Cuando el portavoz es la pantalla, 5-2-2013 y Del plasma al ectoplasma, 5-4-2013). Ahí está lo escrito y no voy a abundar más pero, por resumirlo, decíamo “No lo hagáis nunca”. Microsoft es precisamente de las empresas que siempre tuvo un carácter abierto, que ha dado normalmente la cara en las buenas y en las malas, cuando ha querido su lanzar sus productos a bombo y platillo, cuando ha anunciado espectaculares resultados económicos y cuando ha tenido que defenderse de insinuaciones, acusaciones y condenas en firme. Y a veces en situaciones realmente muy críticas.
Por eso me extraña tanto que ahora esta empresa proceda a esta práctica. Y quiero pensar –por no decir que estoy seguro- de que sus actuales responsables de Comunicación no son los responsables de este desvarío. No me cabe que de ellos haya podido salir, y en todo caso se habrán comido su buen marrón porque, al fin y al cabo, ellos son los que luego tienen que dar la cara y justificarlo. Pero no se les ha podido ocurrir algo así.
Lo más probable, por lo tanto, es que se lo hayan impuesto, que alguien haya decidido que la prensa no podía estar en la misma sala que los invitados VIP, y mucho menos hacer preguntas. ¿Porque estaban un ministro y la alcaldesa? En ese caso, sinceramente, mejor prescindir de la autoridad, que al fin y al cabo tampoco van a aportar tanto a estos eventos. Digo en términos de contenido, más allá del glamur que para los clientes pueda suponer el hecho de codearse con los políticos. Por cierto, ¿es real y verdadero –como también he leído por ahí- que el actual titular de Industria del Gobierno de España se refirió a “la PC…”?
Si se trata de un giro en la política comunicativa de de la compañía -corporativa, europea o local-, y si se ha traducido en otras prácticas en los últimos tiempos, honestamente lo ignoro. Sí me atrevo a opinar que, aparte de otras virtudes y conocimientos que posea, la actual presidenta de Microsoft en nuestro país, María Garaña, no da en transmitir ni encarnar la misma pasión, carisma y cercanía de que hicieran gala sus antecesores en el puesto –João Teixeira-Gomes, Francisco Román y Rosa García, por orden cronológico, destacaran unos más en una faceta o en otra. Ni desde luego exhibe la exuberante personalidad del ya dimitido Steve Ballmer. Pero tampoco sé, claro, si ello se traduce en menor empatía hacia la prensa ni si tiene que ver con el hecho de mandarla a la sala contigua.
Para Microsoft, desde sus comienzos, la comunicación fue siempre algo esencial. Bill Gates lo tenía muy claro. Los propios directivos, de más arriba hasta más abajo, desde el director general hasta los comerciales, pasando por sus responsables de Marketing o de cualquier área, tenían no sólo sus lógicos objetivos de negocio, evaluados trimestre a trimestre, año a año. También los tenían de visibilidad. De ahí que toda la compañía se esforzara siempre por generar información y por ser accesible. Lo harían mejor en unas y peor en otras, acertarían o se equivocarían, porque a veces no es fácil. Pero siempre tuvieron vocación de comunicar. Por eso me extraña tanto esto. Microsoft en un plasma… no me lo puedo creer.