Volvemos con un clásico por estas fechas. Aunque parezca que ya no hablamos aquí de deporte con la asiduidad con que lo hacíamos en otros tiempos, seguimos atentos a la actualidad de los balones, las raquetas y las carreras, y de vez en cuando no evitamos la tentación de volver. Y a final de año, hacemos nuestra selección de los 10 que nos han parecido los mejores. Aquí venimos con los de 2019, por supuesto, según nuestro punto de vista, que siempre será opinable. Como siempre, no ha sido fácil reducir esta élite a una escueta decena de nombres. Pero después de mucho dilucidar y valorar, van a ser estos:
Rafa Nadal
Acostumbramos a nombrar cinco internacionales y cinco españoles. Pero es que Rafa Nadal está aquí en calidad de uno de los mejores deportistas del mundo en 2019. Es por esto que, excepcionalmente, citaremos a continuación a otras cinco figuras internacionales y dejaremos los nacionales en cuatro. Así, Rafa ocupará los dos espacios. Es que ha sido el tenista del año. En dura competencia con Djokovic, pero al final el de Manacor ha ganado más y ha terminado como número uno. Y allá por mayo parecía difícil aventurar tal logro, cuando cayó en semifinales del Mutua Open de Madrid y no terminaba de encontrar su punto de forma. Pero a partir de ahí levantó Roma, Roland Garros (su ¡decimosegundo!), hizo semifinales en Wimbledon, ganó Montreal, conquistó su cuarto US Open y, después de un par de lesiones casi encadenadas, terminó pletórico, ganando sus ocho partidos en la Copa Davis disputada en Madrid, lo que llevó al equipo español a conseguir su sexta ensaladera, primera en el nuevo formato. Clase, carácter de campeón, afán eterno por superarse y una humildad que impresiona. Son los valores que desde hace años convierten a Rafa Nadal en un monumento del deporte mundial, y hoy, a sus 33 años, mantiene como el primer día. Ni él sabe cómo será su futuro y cuánto tenis a primerísimo nivel le queda. Pero no lo borren de los pronósticos. Porque Rafa no sólo no se ha ido, sino que ya ha vuelto muchas veces.
Simone Biles
Ya estuvo aquí el año pasado, y destacábamos el hecho de que la gimnasta norteamericana había vuelto a lo más alto después de atravesar una etapa difícil. Pero en 2019, Simone Biles se ha superado. En el Campeonato del Mundo de Stuttgart no sólo ha vuelto a reinar sin discusión, sino que se ha convertido, con 25 medallas -19 de oro- en la más laureada de la historia, superando las 23 medallas del bielorruso Scherbo en los años 90. Pero es que no son sólo las preseas y los títulos. Biles ha seguido añadiendo nuevos grados de dificultad a sus ejercicios, lo que marca nuevas referencias a las gimnastas que vengan. Y, en concreto, este año ha incorporado un nuevo salto (doble mortal atrás con triple giro, o mejor, véanlo) con el que ha establecido una nueva categoría de dificultad para los ejercicios de suelo (‘J’, la anterior más alta era la ‘H’). Se es la mejor de la historia de un deporte por todo lo que se gana, pero también por la sensación y el legado que se deja. Y Simone Biles lo es por ambas razones.
Salwa Eid Naser
Los Mundiales de Atletismo de Doha fueron inhóspitos, polémicos y casi clandestinos. Pero no se podrá negar que, en aquel estadio casi vacío, se exhibió un excelente nivel. Podríamos quedarnos con varias figuras que asombraron por sus marcas y por sus prestaciones –Coleman, Cheruiyot, Muhammad, Hassan…-, pero nos vamos a inclinar por Salwa Eid Naser. Esta cuatrocentista de origen nigeriano y nacionalidad bareiní no batió el récord del mundo, porque en esta prueba todavía se antoja inalcanzable. Pero con un correr elegante y poderoso en la final, de gacela y felino a la vez, se acercó más que nadie a las estratosféricas Marita Koch y Kratochvilova -y sospechosas, aunque habrá que convenir que lo fue mucho más la segunda que la primera. Nadie había corrido los 400 lisos en esa marca -48,14s- desde hacía 34 años, cuando la campeonísima alemana oriental estableció la plusmarca todavía vigente -47,60s. ¿Se acercará más, llegará a batirla? Es su objetivo, eso sí, nada fácil. Pero de momento, deja una de las actuaciones en pista más destacadas -si no la más- de 2019.
Egan Bernal
No solo por haber sido el mejor ciclista del año -lo que podría ser debatible, con Roglic y Alaphillipe en la terna- sino porque Egan Bernal representa el ciclismo que viene. Primer ganador sudamericano del Tour de Francia, pero además el más joven en la historia de la primera carrera del mundo. Llevaba además en su haber la París-Niza y la Vuelta a Suiza, que jalonan un palmarés sensacional este año. Pero, como decimos, el colombiano es uno de los mayores exponentes de una generación que, si el tiempo y la salud se lo permiten, puede dar a este deporte momentos de ensueño. Vienen como un tiro Evenepoel -19 años, Clásica de San Sebastián, Vuelta a Bélgica y subcampeón del mundo contrarreloj-, Pogacar -21 años, tercero en la Vuelta a España-, Van der Poel -24 años, Amstel Gold Race- y el propio Egan, con 22. Es lo que han logrado en 2019, y veremos hasta dónde llegan en 2020, teniendo en cuenta que los viejos resistirán –Valverde, Gilbert…- y volverá Chris Froome. Parece que vienen inmejorables tiempos para el ciclismo, esperemos…
Megan Rapinoe
Ha sido la mejor del mejor Mundial de Fútbol femenino celebrado hasta hoy. El que por fin ha traspasado barreras y ha conseguido aproximarse al nivel de juego y, sobre todo, a la repercusión de las competiciones futbolísticas masculinas. Al frente de la selección estadounidense campeona del mundo, Megan Rapinoe es una de las que han venido a desmontar el mito de que las chicas no sabían y no podían jugar a esto. El año pasado traíamos a la noruega Ada Hegerberg, y tenemos ya a otras figuras a las que da gusto ver evolucionar sobre el campo. Es cierto que les ha costado progresar en este más que en otros deportes, posiblemente porque el estigma era aún mayor -y aún les quedan reticencias e inercias por superar. Pero aquí están, y demuestran, en contra de la perversa sentencia machista, que lo suyo es fútbol y además es femenino.
Liverpool FC
Si elegimos a Virgil van Dijk, nos dirán que el mejor futbolista del año y Balón de Oro de 2019 ha sido Messi. Pero si decimos que su equipo, el Liverpool FC, ha sido el mejor de 2019, nadie nos lo podrá discutir. Además de ganar su sexta Copa de Europa -porque, como otros históricos, la ganaron antes de que empezara a llamarse Champions League-, en la Premier están arrasando: los de Anfield llevan 13 puntos sobre el segundo con un partido menos jugado, a día de hoy; en 20 jornadas, sólo han cedido un empate y han ganado todo lo demás. Hace 30 años que no ganan la liga inglesa, cuando en Europa han seguido perfectamente vigentes durante estas tres décadas. Pero todo indica que esta temporada no se les va a escapar. A ese monumento de central que es el neerlandés, hay que sumar, lógicamente, a la tripleta atacante Salah, Firmino y Mane -qué racha y qué goles lleva el brasileño…- y por supuesto, al entrenador, Jürgen Klopp, que agranda su prestigio no sólo por los resultados, sino a través del juego que despliegan los equipos a los que él entrena. Los seguiremos viendo en 2020, porque nunca caminarán solos.
Astou Ndour
Como en años anteriores Alba Torrens, Anna Cruz… Astou Ndour representa a la selección femenina de baloncesto, que sigue agrandando su leyenda y es residente casi fija de esta sección. La hispano-senegalesa fue elegida MVP del Eurobasket en el que, por cuarta vez, las chicas que entrena Lucas Mondelo se auparon al oro y, de nuevo, dejando a Francia con un palmo de narices en la final. Tampoco habrá que olvidar a Laia Palau, a Laura Nichols, a Marta Xargay… no nos extrañaría que en próximos años sean ellas las que desfilen por este podio. Pero da igual, porque lo importante es reconocer a este equipo, que ha ganado y sigue ganando lo máximo que se puede en baloncesto femenino sin ser Estados Unidos. Y, sobre todo, porque da gusto verlas jugar. Esa garra, esa defensa, esa piña… y lo “pesadas” que son -en palabras de ellas mismas.
Ricky Rubio
Y entonces llega el baloncesto masculino. Por el que no daban un duro cuando comenzaba el Mundial de China -ese raro mundial marcado por grandes ausencias que ha producido la cabezonería de la FIBA. Menos aún daban después de algún partidito como el de Irán. O cuando sudaron tinta para ganarle a Italia en el barro y, sin embargo, qué importante fue esa victoria. Al cabo de una semana, por segunda vez, España se proclamaba campeona del mundo de baloncesto, y esta vez ya sin Pau Gasol, Navarro, Reyes, Garbajosa… El triunfo ha sido absolutamente colectivo, con mucho sacrificio y una gran defensa, y habrá que reconocerle a Sergio Scariolo su valioso trabajo. Pero si hay que elegir a un jugador que ejemplifique este éxito, habrá que inclinarse por el que al fin y al cabo fue el MVP del torneo: Ricky Rubio. No le ha resultado el camino ni tan fácil ni tan recto a aquel chico que a los 14 años debutara en la Liga ACB y todos vaticinaban una carrera vertiginosa y espectacular. Quizás porque nunca eligió el camino más fácil. Pero a sus 29 años, ahí está. Consolidado como uno de los grandes bases de la NBA y consagrado como gran artífice de la selección. Y el camino sigue, pasando por Tokio 2020…
Jon Rahm
Es muy difícil acumular títulos en Golf, a diferencia de en otros deportes individuales. Pero más difícil todavía es llegar a número 3 del mundo y número 1 europeo, lo que significa que uno ha ganado o ha rayado alto en muchos e importantes torneos. ¿Y conseguirlo con solo 25 años? Pues a esto ha llegado el vasco Jon Rahm en 2019. Entre otros logros, ha ganado dos torneos del circuito europeo, ha revalidado el Open de España, ha sido tercero en el US Open y noveno en el Masters. Esta trayectoria le ha valido, ni más ni menos, la Orden del Mérito Europeo (ahora denominada Race to Dubai), hito que sólo había alcanzado otro español, ni más ni menos que Severiano Ballesteros. Y ha sido elegido mejor golfista del Tour europeo, honor que antes había recaído en Seve, tres veces, y en Sergio García. En su página web dice que quiere ser parte de la historia del golf, pues ya casi lo es. Y que su meta es ser el mejor en todo lo que hace. Ambicioso sin duda, pero argumentos lleva y recorrido le queda.
Selección femenina de balonmano
Aquí no vamos a destacar a una sola, este es el equipo al completo. Las “guerreras” acudieron al Mundial de Japón con ambiciones limitadas, o bueno, podría decirse que realistas: quedar entre las siete primeras para poder disputar el Preolímpico, esto es, no quedarse directamente fuera de Tokio 2020. Es un equipo en transición, sobreviven algunas veteranas de las que conquistaran el histórico bronce el Londres 2012, y vienen nuevas jugadoras pujantes. Y en un deporte cuya competición nacional -como la de baloncesto- vive deprimida, sin patrocinadores, alejada de las grandes competiciones europeas. Y entonces van y se plantan en la final. No de cualquier manera. Asistir a la paliza que le propinaron a la poderosa Noruega, era para frotarse los ojos. La final la disputaron frente a otra pujante selección, Holanda, y ahí ya sabemos lo que pasó en los últimos segundos. Una decisión arbitral controvertida, sin posibilidad de revisión en vídeo, y la prensa patriótico-deportiva no tardó un minuto en esgrimir la palabra “robo”. Y las jugadoras, y su entrenador, dicen que no hablan de los árbitros, que todo el mundo comete errores y que “… así es el deporte. Lo hecho, hecho está y no podemos hacer nada más”. Subcampeonas del mundo en la cancha, campeonísimas fuera de ella.
Estos son los diez elegidos. Y luego están los que se han quedado fuera, pero por muy poco. Algunos ya han salido citados. Novak Djokovic, ganador del Open de Australia y Wimbledon, entre otros títulos. En ciclismo, Primoz Roglic, ganador de la Vuelta y tercero en el Giro de Italia, y Julien Alaphilippe, clasicómano del año y que en el Tour hizo soñar a los franceses; en atletismo, Dalilah Muhammad, que por dos veces batió el récord mundial de 400m vallas, Christian Colleman, nuevo rey de la velocidad, o Sifan Hassan, doble reina mundial de 1.500 y 10.000, sin olvidar a la plusmarquista mundial de maraton, Brigid Kosgei. En baloncesto, Marc Gasol, que además de proclamarse campeón del mundo con España, ganó su primer anillo con Toronto Raptors; y Kawhi Leonard fue el principal artífice del primer título ganado por una franquicia no estadounidense, mientras Luka Doncic prosigue en Dallas su ascensión sin precedentes. El waterpolo femenino español y el hockey, en ambas categorías, rayaron también en lo más alto. No vamos a olvidar a los ya cotidianos Marc Márquez y Lewis Hamilton. Ni a Javier Fernández, que estuvo el año pasado aquí y este se ha retirado del patinaje de competición por la puerta grande, proclamándose campeón de Europa por séptima vez.
Ellos, y otros que se nos habrán podido quedar, son los mejores deportistas de 2019. Los que con sus gestas y sus actuaciones han contribuido a hacernos el año un poco mejor. En 2020 tenemos Juegos Olímpicos, Eurocopa de fútbol y otras grandes citas a las que estaremos atentos. Y volveremos a elegir a los mejores, cada uno a los suyos. Pero antes, disfrutémoslo.
¡Feliz año y todo lo mejor en 2020!