Hace un año escribíamos aquí sobre Lund, la ciudad sueca de 80.000 habitantes que alberga una modélica universidad, en la que por ejemplo la facultad de Ciencias consta, entre otros servicios e instalaciones, de un observatorio astronómico. Esta universidad, la cuarta de su país y la primera en fundarse, no entra en el top 100 mundial del Ranking Shangai pero lo roza, lo que dice mucho de ella en una localidad tan pequeña. Y desde luego está muy por encima de la primera española en esta clasificación.
Porque, ciertamente, la edición 2014 de este ranking mundial de universidades nos vuelve a dejar en evidencia. La primera española en aparecer es la Autónoma de Barcelona, en el pelotón que va de la 151 a la 200.
Echando un vistazo a la tabla, y centrándonos en las 100 primeras, salta a la vista que son las de Estados Unidos las que arrasan, no solo copando las primeras posiciones sino incluyendo hasta 54 en ese top. Pero más revelador, y sin duda más agraviante, es hacer un repaso a las europeas.
Reino Unido, ese país tan embrutecido en el que la gente sólo piensa en ver fútbol y beber cerveza, es la que cuenta con más centros universitarios representados en esos 100 primeros puestos. Y la única que interrumpe la hegemonía estadounidense en el top 10 gracias a las célebres Oxford y Cambridge, que aquí tal vez seguimos creyendo que son dos grandes equipos de remeros.
El segundo país representado en la lista es Suiza, destino habitual de cierta clase de españoles, aunque no precisamente con fines académicos. Pero además de Federer, del queso Ementhal y de esos magníficos bancos que abren cuentas blindadas, este país cuenta con cinco universidades entre las 100 mejores del mundo.
Por lo demás, cuatro representadas en los puestos de honor tienen Alemania, Francia y Holanda; tres Suecia, dos Bélgica y Dinamarca; y una, qué menos que una, Finlandia, Noruega y Rusia. De los demás, ninguna noticia hasta mucho más abajo.
Claro, alguien tenía que reaccionar. Y para que no nos hagamos líos, no tardó en salir a la palestra, cuando se conoció la publicación de este informe, el director general de Política Universitaria, Jorge Sainz (crónica en 20minutos.es) para sugerirnos que “no nos fiemos” de esos rankings, que digan lo que digan en España tenemos unas universidades de lujo, a la altura de las mejores del mundo, y que por ejemplo el departamento de Matemáticas de la Universidad de Cantabria es puntero y modélico, claro, lo dijo porque estaba en Santander.´
Más aún, y esto es de hace unas horas (léase aquí la información de Europa Press), otro portavoz del Ministerio de Educación se ha descolgado con que esos informes y esos rankings responden –a que les suena…- a una aviesa campaña de desprestigio promovida por todos esos países que tanta manía y tanta envidia nos tienen. Tan ancho, lo ha comparado con el aceite de oliva. Ah, y no le ha faltado la recurrente advertencia: mucho cuidado con los mensajes que se difunden.
Pero en fin, para que no nos deprimamos definitivamente, esta noticia de ayer (Expansion.com) nos restituye la maltrecha autoestima. Según un informe de una ejemplar consultora –que aprendan esos de los rankings-, los bancos españoles se encuentran a la cabeza de Europa en la mejora de ingresos, pues fueron los que mayores mejoras de márgenes presentaron en 2013. Estos sí que saben. ¿Pues lo ven como no estamos tan mal?
Porque a ver, seamos serios: ¿qué preferimos en este país, buenas universidades o buenos bancos?