Hace ya tres años descubríamos (Let me take you down to Almería, 19-1-2011) que la estancia de John Lennon en Almería, allá por 1966, tuvo más sentido y dejó bastante más que el hecho de ir a rodar una película. El título de ésta es olvidable y, sin embargo, para siempre quedó la canción que allí compuso, Strawberry Fields Forever, la que puso entonces de moda y hoy sirve de ejemplo del uso del Mellotron; la que lamentablemente hizo parar a Brian Wilson y suspender sine die –en realidad hasta casi nuestros días- su proyecto Smile, lo más ambicioso de los Beach Boys tras el mítico Pet Songs; y la que, en definitiva, formó junto con Penny Lane un majestuoso single que avisaba lo que The Beatles llevaban meses urdiendo y madurando, anticipo de lo que, semanas después, sería la publicación del glorioso Sgt. Peppers Lonely Heats Club Band que cambió la música, la industria discográfica y mucho de la vida de entonces, posiblemente y sin exagerar, uno de los acontecimientos musicales y sociales más influyentes del siglo XX. Además, fue durante aquellos días por tierras andaluzas cuando John se acostumbró a llevar sus icónicas gafas redondas. Y de no haberse tenido que marchar por la intransigencia de una casera digamos profunda, a lo mejor nunca hubiera conocido a Yoko Ono.
Ahora resulta que, casi 50 años después, aquel episodio casi desconocido de la vida de John Lennon ha cobrado otro nuevo y valioso significado. Sirvió de inspiración a David Trueba para su película Vivir es fácil con los ojos cerrados (en inglés living is easy with eyes closed, de la letra de Strawberry Fields…). En ella se cuentan las andanzas de ese profesor de Albacete –real y hoy con 89 años- que utilizaba las canciones de los de Liverpool para enseñar inglés a sus alumnos, y al enterarse de su estancia, se fue hasta Almería en su 850 para conocerle y pedirle que le transcriba algunas letras de las canciones, ya que sus discos entonces no las traían impresas. Aquí más detalles sobre la historia. Casualidad o no, el Sgt. Peppers sería el primero de los Beatles que las incluyó.
El pasado domingo, esta película ha sido la gran ganadora de los Goya, con seis estatuillas: mejor película, mejor director, mejor guión original, mejor actor (Javier Cámara), mejor actriz revelación (Natalia de Molina) y mejor música original (Pat Metheny). Cada uno tendrá su opinión sobre ellos y si son justos o no, si tenía otras películas o directores favoritos, para eso son entre otras cosas los premios, para opinar. Pero la historia es tan bonita y con tanto significado, que ante todo, con goyas o sin ellos, lo que merece es ser vista.
Vivir es fácil con los ojos cerrados no es una película sobre los Beatles, sino sobre la complicada España de entonces, donde el progreso era una osadía y había que ser muy audaz para intentar salirse del férreo guión establecido. Los melenudos británicos y su música estaban mal vistos, como las minifaldas y fumar con la derecha, y eso de aprender inglés era una extravagancia superficial, que el alemán era la lengua de los hombres, el francés de las mujeres y el español para hablar con Dios. Aquel profesor, Juan Carrión, fue uno de esos atrevidos, y desde luego este reconocimiento cinematográfico a su historia bien podría servir como homenaje a todos los que creyeron –y creen- que en este país las cosas se pueden hacer mejor. En cuanto a John Lennon, pues ya le tocó bregar y abrir lo suyo en su tiempo, incluso en una sociedad británica mucho más avanzada entonces que la nuestra. Pero desde luego, para siempre habrá que agradecerle que viniera a Almería.