Tanto entonces como ahora, con la perspectiva que dan 37 años, Wings Over America fue un discazo y toda una apuesta en aquellos tiempos. En principio iba a ser doble, como solían ser los “en vivo”, y este recogería la primera y que al fin sería única gira mundial de Wings. Pero salió en Estados Unidos, con notable éxito, un pirata en tres discos, que recogía íntegro uno de los conciertos, el celebrado en Inglewood, California. Entonces Paul McCartney optó publicarlo también en formato triple, con el riesgo que ello suponía. Sin embargo entró directo al primer puesto de las listas estadounidenses, y llegó al top 10 en el Reino Unido. En España apenas pisó el top 30, no era fácil de vender aquí un producto que tenía un precio sensiblemente más caro. Yo mismo tardaría unos añitos en comprármelo. Y lo conservo como una joya. Ha lanzado después Paul muchos trabajos des sus innumerables giras y conciertos, también triples antes de que se impusiera el formato CD, habrán superado con creces a este en sonido, en calidad, en repertorio. Pero el Over America siempre fue especial.
Cuando Paul formó Wings, en 1972, estaba loco por salir a actuar en público, y empezaron actuando en universidades británicas. En 1976 ya tenían medios y repertorio propio suficiente como para salir de gira mundial. Y especialmente a conquistar las américas, que en sus primeros años de ex beatle no se habían rendido tanto a él como sí se habían entregado a John Lennon. Por eso había que salir con las mejores galas. Tenían en esos momentos quizás la mejor formación de un grupo que acostumbró a ser inestable en cuanto sus miembros: un fenomenal guitarrista, Jimmy McCulloch, y el batería Joe English completaban el núcleo fundacional y permanente, que eran el ex Moody Blues Denny Lane, la inseparable Linda McCartney y el propio Paul.
En cuanto al repertorio, la base eran sus últimos tres trabajos, que además posiblemente fueron los más brillantes de la trayectoria del grupo: Band on the Run, Venus and Mars y el reciente Wings at the Speed of Sound; completados con algunos temas anteriores que ya se habían hecho clásicos –Maybe I´m Amazed, Hi hi hi, Live and Let Die…- y la gran sorpresa: no estaban por esos años ninguno de los cuatro ex beatles muy por la labor de mirar hacia atrás, pero aquí, dada la ocasión, Paul optó por recuperar cinco de sus grandes monumentos: Blackbird, Lady Madonna, The Long and Winding Road –debidamente revisado porque nunca le gustó cómo sonó en la grabación original resultante-, I’ve just seen a face y… Yesterday. Por mucho que entonces quizás no le gustara demasiado, esos cinco fueron, naturalmente, los momentos estelares de los conciertos y del disco. Pero a la postre serían los que anticiparon lo que Sir Paul McCartney viene haciendo a día de hoy por todo el mundo –esta pasada noche, sin ir más lejos, en Tulsa, Oklahoma, dentro del enésimo Tour que tiene actualmente en marcha.
Como single se editaría una formidable versión -también ligeramente revisada- de uno de sus primeros grandes temas en solitario Maybe I’ Amazed, Paul McCartney y Wings, de la película Rockshow, YouTube. Y como portada, una pintura del fuselaje del avión que les transportó por Norteamérica. Con estos mismos ingredientes, pero con sonido remasterizado, Wings Over America se acaba de reeditar en todo el mundo esta semana. Para quien aún no lo tenga de entonces, o lo buscara pero no pudo encontrarlo, para quien quiera conocer a Wings en estado puro o, simplemente, para quien quiera escuchar un estupendo disco de rock en vivo, todo un regalo.
Me has dado una alegría Enrique. Yo también tengo el vinilo original y es un disco que me apasiona.