Teníamos esto aparcado, y hasta los mas intrépidos parecen haberse dado en retirada, no pensábamos de verdad que iba a ser tan difícil. Hagamos historia, empezábamos con
Y luego, aceptando las sugerencias, seguíamos con
Al fresco, húmedo y continental
Y así un mes llevamos con el jueguecito y nuestros amigos siguen tan relajados en su nirvana vespertino. Claro que no hay fiesta, privada o pública, sin vecindario, entiéndase purómanos recalcitrantes que se molesten o escandalicen por cualquier cosa, o cotillas irreductibles que no se pierden ni ripio. Porque aunque no se vea a nadie más, ahora es imposible que aquí estemos solos. Patio tras patio, verde sobre verde, se van conformando y haciéndose cuerpo las tripas de la ciudad.
El caso es que, lo mismo que hay árboles que no dejan ver bosques, a veces el detalle nos priva de la perspectiva. Sí, la foto era más grande de lo que parecía y ahora nos da todo el contexto. O casi todo, que a lo mejor todavía no sabemos dónde estamos. Me extrañaría tanto, está tan claro… Lo que sí puedo asegurar es que ya no puedo ampliar más.