Oficios de España

En la España nuestra de toda la vida, siempre estuvieron mejor vistos los trabajos sufridos que el de artista. Pero la vida enseña que hay que saber hacer de todo un poco. Cuando el rival se presenta más fuerte, más rápido y está más fresco, y tú simplemente eres mejor, pues tienes que tirar de oficio. Los portugueses llegaban antes a cada cruce, a cada balón dividido, que a su vez consiguieron que fueron más de los habituales. Entonces toca mantener la compostura, no desesperarse ni sobresaltarse con tanto cortocircuito. Y esperar tu oportunidad.

Cuando el cansancio nivela potencias, lo mismo que le muerte iguala a ricos y a pobres, el que primordialmente juega al fútbol lleva las de ganar, y La Roja fue infinitamente superior en la prórroga. Realmente ese fue el único período de neta superioridad de una de las dos escuadras. Y esa justicia hicieron los penaltis. Que sí, tienen mucho de aleatorio pero también de predisposición anímica y un mínimo de estrategia. Al menos, cuando se elige a los que los tiran y en qué orden. Los cánones dicen que tu mejor especialista ha de lanzar el primero, o como tarde el segundo. El nuestro es Alonso, que vete a saber si abrumado por toda la coba tradicionalista recibida durante el fin de semana, marró el suyo y bajó a la tierra. Pero el suyo era Cristiano. Y le pasó como al Lindo don Diego de Agustín Moreto, que de tanto vestirse y mirarse en el espejo, no llegó a misa. Lo que cuenta es la intención, pensaría él entonces, pero para ganar balones de oro hay que hacer votos, y en todo el partido no fue capaz de enviarle a Casillas una sola entre los tres palos. Y mira que tuvo el tiro de gracia justo al final del tiempo reglamentario, como a él más le gustan, y la despreció sin saber que esa iba a ser la última jugada suya y de su equipo en la media hora larga que iba a quedar de partido. En el adicional ni la olieron. Luego resulta que era Miércoles de Ramos, pero no eso no se sabía todavía cuando veíamos al de Camas dirigirse tan decidido al punto de penalti, ante el pánico generalizado. Nosotros ahora lo podemos contar, pero anda que él…

El caso es que ahora, hasta el domingo, tocará de nuevo criticar a los chicos y a su entrenador, que si no jugamos un pimiento, que si Del Bosque es un acojonao y Xavi está acabado –bendito ocaso entonces-, si salió Negredo por qué no Llorente, si entró Navas dónde estaba Mata, si tan buenos somos por qué no ganamos siempre 3-0, a Portugal y al que se ponga por delante. Cuando intentas explicarles que Brasil, Italia o Alemania también pasaron por estas y peores cuando ganaron todo lo que ganaron, se encogen de hombros, no te entienden. Porque aquellos campeonatos, mundiales y eurocopas, en realidad no los vieron. Sólo hasta cuartos. Y esto eran semifinales, amigo mío.