Qué vota Madrid…

Conozco a madrileños muy liberales en el sentido más liberalísimo del término, que no valoran los servicios públicos y mucho menos la sanidad, por eso tienen su seguro médico bien pagado y bien usado; tienen una buena casa, y algunos varias propiedades más, alquiladas o sin usar, por eso no entienden que exista en este país un problema con la vivienda; lo que sí les preocupa es que un buen día se las ocupen, como leen que pasa a diario; ni se les ocurriría llevar a sus hijos a un colegio público; y les duele en el alma pagar impuestos, piensan que eso es quitarle el dinero a la gente de bien para dárselo a los políticos, a la burocracia y a vagos y maleantes. Naturalmente, estos madrileños votan siempre derecha, mayoritariamente al PP.

Conozco a otros madrileños que trabajan y casi tienen que dar gracias por su empleo; que llegan duramente a fin de mes y apenas les da para tomarse un par de cañas los sábados; cuando enferman, acuden a su centro de atención primaria, o mejor a urgencias porque allí les atenderán antes, entonces presencian en primera persona los rigores de la saturación, de la falta de profesionales sanitarios y de medios; se quejan de los impuestos pero los pagan sin rechistar, qué van a hacer; añoran cuando podían irse quince días de vacaciones, ahora ya pueden felicitarse si un primo les invita a pasar cuatro días en su casa en el pueblo. Pero este país tiene otros asuntos más importantes, amenazas más graves, y cuando toca votar, muchos de esos madrileños votan al PP.

Conozco también a madrileños que no tienen trabajo ni perspectivas de tenerlo; que no estudiaron o sus estudios no les han servido para nada; que no pueden ni soñar con una vivienda propia ni de alquiler, por eso tienen que vivir donde les den un techo, y si no tienen familia o pareja con piso, en una pensión o en la puta calle; que si enferman, al menos tienen adónde ir, porque es lo único gratis que les queda; lo barato, un botellón cuando pueden; que piensan que todos los políticos engañan, que ninguno les ha resuelto ni les va a resolver nada. Por eso, cuando hay elecciones en Madrid, o no votan o votan al que está, total, qué va a cambiar, y además, ¿quién defiende las corridas de toros? Pues el PP.

Conozco asimismo a madrileños que no han estudiado ni trabajado en su vida porque no lo han necesitado; que se les ve siempre amargados a pesar de que no les falta de nada, viajan por el mundo y comen en los mejores japoneses de Madrid; tienen varios pisos alquilados y locales arrendados, su mayor preocupación es ver cuánto les sube la renta el año que viene o cuándo vencen los contratos para no renovarlos, seguros de que otro vendrá a pagarles mucho más; saben bien cómo escatimar impuestos sin que se lo detecten, y ya se cuidan de no necesitar esa mierda de sanidad pública que habría que suprimir. Lo que no soportan es vivir bajo los rigores de esta dictadura comunista en la que no les dejan tomarse la última en el bar porque está cerrando o les echan por ir bebidos. Estos se piensan si votar a Vox, pero al final deciden que lo práctico es votar al PP.

Conozco a madrileños que viven en la sanidad pública porque no hay mes ni casi semana que no ingresen en urgencias; los sanitarios ya los conocen y les llaman por su nombre, se desviven porque estén bien cuidados, no dan abasto pero les hacen su analítica, llega el radiólogo, la enfermera que les da el frasco para la orina, la que les pone la vía, todos en esos trámites les van contando su vida, sus penurias, el día que llevan, los que eran antes y los que quedan ahora, hasta la doctora lleva siete años con contratos temporales, que no saben si les van a mandar otro hospital a 50 kilómetros de casa; que el domingo irán a manifestarse, que ya saben que no servirá de nada. Como si supieran, ya se lo sospechan, que una buena mayoría de esos entrañables pacientes van a votar al PP.

Conozco a empresarios madrileños que viven muy atentos a lo que se publica en prensa sobre las políticas económicas del Gobierno; que ven con recelo normas como la reforma laboral o la subida del salario mínimo, y eso que a los suyos les paga bastante más; que leen sobre las constantes amenazas de subidas del impuesto de sociedades, de las cotizaciones…; que les gustaría optar a esos fondos europeos, pero toda la burocracia mediante les echa para atrás; que aplauden cuando les prometen que en Madrid pagarán menos impuestos y les doran la píldora con que ellos son los principales generadores de riqueza; aunque se quede en palabras, mejor oír eso que insultos y faltas al respeto. Y aunque a pesar de todo les va bien y lo dicen, parece lógico pensar que siempre votarán al PP.

Conozco a trabajadores madrileños que no han dejado de ser precarios, aunque es verdad que algo sí han visto mejoradas sus condiciones; con 1.080 euros al mes sigue sin darles para aspirar a un piso, qué osadía, pero al menos pueden gastar o ahorrar más que cuando cobraban 735; lo que pasa es que la vida y la compra siguen subiendo, así que al final va a ser lo comido por lo servido; un poco más de estabilidad sí deberían tener en su puesto, aunque también les dicen que ahora es cuando les pueden despedir; y es lo que oyen de su jefe y se habla y se lee por ahí, que las cosas van mal y no harán otra cosa que ir peor. Por eso, mejor van a votar al PP.

Conozco a pensionistas madrileños que viven asustados porque no hacen más que decirles que sus pensiones están en peligro, que el sistema es insostenible, que es inviable mantenerlas, y mucho menos subirlas, sin que se resientan las arcas del Estado, además con cada vez menos cotizantes; y sorpresa, sorpresa, resulta que en enero de este año han cobrado 40 euros más; y preguntan, ¿es esto verdad o será un error? Y luego, en febrero, también. Pero como unos dirán que es electoralismo del Gobierno, otros que será cosa de la Ayuso y otros que a estas alturas ya no van a cambiar, no duden que en masa votarán al PP.

Conozco a madrileños jovencitos que aún no saben, pero ya empiezan a constatar que van a tener peor vida y menos proyecto que sus padres; que unos podrán ser brillantes y estudiar carreras con futuro, pero en todo caso lo tendrán en otro país; otros, directamente, no trabajarán porque no habrá puestos para ellos; que tienen amigos extranjeros que les cuentan que a los 19 años sus progenitores los echan de casa, y ellos están condenados a quedarse ahí varados; que no quieren saber nada de política, pero ya ven que aquí lo que triunfa es ser listillo y oportunista; como además la izquierda a veces cuenta cosas muy raras, pues les parece que el PP lo explica más sencillito y mola más.

Conozco a madrileños del barrio de Salamanca que lo tienen muy claro: en ningún lugar del mundo se vive mejor que en Madrid; esa alegría de la calle Goya, el señorío de la calle Velázquez, las terrazas frente al Retiro atestadas a cualquier hora, todas esas tascas ilustradas viejas y nuevas en las que empezar y no parar; por eso les tienen tanta tirria en toda España y se diseñan políticas y estrategias para intentar someterla y arrinconarla, además de que les cerrarán esos bares en cuanto puedan; pero no podrán, porque aquí tienen una presidenta valiente que defiende la libertad, la hostelería y el buen vivir. ¿A quién votarán sino al PP?

Conozco a madrileños de Vallecas que cada vez lo tienen menos claro; se sienten obreros, del pueblo, gente trabajadora -o no- que siempre encuentra un resquicio en su apretada vida para encantarse de ella y homenajearse al menos con unos botellines; lo que pasa es que las noticias cada vez son peores, lo que ven alrededor más triste; cierran negocios y abren casas de apuestas, se ve menos fiesta y más bronca; les prometieron el cielo, creyeron que iban a tocarlo, pero volvieron a olvidarse de ellos, sólo se acercan cuando toca elecciones; hasta el Coletas se fue a otra parte a vivir; no, no lo tienen nada claro, y la última vez ganó allí el PP.

Y conozco, cómo no, a madrileños “muy bien informados” que se saben todo lo que pasa en España: que vivimos bajo la traición de un Gobierno ilegítimo, inspirado en las dictaduras venezolana y nicaragüense, cuya aspiración es aplastar las libertades y someter a los españoles; que no tiene más proyecto que rendir servidumbre a okupas, violadores, pederastas, corruptos, malversadores, independentistas y maricones; y por supuesto, que ETA existe y gobierna el país. Estos tienen dudoso el voto, en el Ayuntamiento quizás a Vox y en la Comunidad al PP.

Sí, en Madrid, una gran mayoría vota al PP, de todos los barrios y de todas las condiciones sociales, edades, estatus económico… Lo llevan haciendo muchos años, posiblemente ahora con mayor profusión y devoción. La palmaria minoría de madrileños que votamos a otros partidos, podremos quejarnos, escandalizarnos, achacarlo todo a la propaganda o resignarnos a que somos así. Pero también podríamos preguntarnos y preguntarse esos partidos: qué hacen o qué no hacen, qué no entienden o qué no se les entiende. Para que tanta gente que podría votarles no les vote. Para que siempre pierdan aquí.

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