Las noticias de Urano tardan 9 segundos en llegar a la Tierra. Un tiempo razonable si tenemos en cuenta que, hace unos días, se informaba con etiqueta de “última hora” de la explosión de una supernova a 920 millones de años luz. Esto es, nos enterábamos aquí, ahora, de un fenómeno acaecido hace 920 millones de años. Es la inmediatez que propicia la inmensa aldea global del Universo.
Pero 9 segundos son un plazo más al uso. Es, más o menos, lo que tardan en difundirse tanto una cita filosófica como una sandez colosal por cualquier red social. O lo que le basta al habitante bien convencido para dar por ciertas y perfectamente comprobadas ciertas declaraciones no menos combustibles que una supernova, vengan de donde y de quien vengan, de la galaxia mil milenaria o del agujero negro de la esquina: “la eutanasia no es un problema en España”, “la Junta de Andalucía gasta más en prostitución que en educación”, “subir el salario mínimo es comunista” o “los presupuestos son ilegales y van a arruinar a las clases medias y a los trabajadores”, por elegir sólo algunas de las perlas que nos han llegado esta semana. No desde Urano, precisamente.
Llaman a Urano el gigante gaseoso. Tampoco faltan en nuestro planeta azul enormes generadores de gases, a menudo tóxicos y de peligroso alcance, tal es la cantidad y la volatilidad con que se propagan. Y que, como la atmósfera de aquel planeta, contienen abundante agua, metano y amoniaco. Ciertamente, un viaje rápido por la corteza informativa -los titulares del día- puede producir intensos mareos si no hemos tomado antes debidas precauciones, léase biodramina en vena, siete tragos seguidos de lo que se tercie o una profunda sesión de relajación en un coffee shop. Nada está publicado por casualidad, no sirve lo que no provoque sobresaltos, por lo que se requiere mesura, no perder la perspectiva ni mucho menos la gravedad.
Estos días hemos sabido del periodista saudí eliminado sádica e impunemente por un estado en territorio soberano de otro país, y ojo siquiera amagar con no venderle a ese estado las armas que necesita. Hemos oído al presidente de los Estados Unidos llamarle “cara de caballo” a una actriz mientras amenaza con cerrar la frontera con México ante la llegada de una caravana migratoria, ignoramos cuál de ambas situaciones le pone más. Que el presidenciable machote ya tiene listas sus medidas para desforestar la Amazonia, mientras 50 millones de brasileños, incluidos los sonrientes Ronaldinho y Rivaldo, le aclaman y no tienen duda de votarle otra vez. Que la máxima instancia de la Justicia española ha sentenciado sobre las hipotecas, la banca ha invocado a Zeus y ahora esos máximos jueces dicen que se lo van a pensar, esa paradiña no la iguala el mejor pelotero carioca. Sí, el interior de Urano también es de hielo y roca. siempre orbitó en dirección contraria. Los últimos hallazgos aseguran que huele muy mal.
Por la superficie deslizante del planeta cian -de ese color se ve-, los vientos soplan a 900 km/h. Ni falta hacen esas velocidades para que las noticias terrestres vuelen, desaparezcan de la faz con la misma facilidad que emergen, en cuestión de horas queden sepultadas en las entrañas de los buscadores, superadas por nuevos titulares más estelares, que inevitablemente seguirán el mismo devenir, la vorágine por lo superlativo es tal. Permanecerán debates que den juego, como el de la palabreja en la canción de Mecano, el error de protocolo en el besamanos real, la escoba que le quisieron prestar al Rey o el futuro de Lopetegui en el Madrid. El eje de Urano está tan inclinado que sus polos norte y sur se encuentran donde los demás planetas tienen el ecuador. Parece que también nosotros viajáramos por la historia en asiento reclinado, los cascos bien puestos para que no nos disperse el ruido exterior.
El tiempo pasa y es el mismo, solo que si viviéramos en Urano apenas cumpliríamos un año de vida, y sin embargo nos levantaríamos y acostaríamos muchos días más. Cada 17 horas encenderíamos la radio al despertarnos, compraríamos los periódicos o entraríamos en las ediciones digitales a ver si ha ocurrido algo anoche. ¿Sucedería todo más rápido? ¿Necesitaríamos leer y escuchar, escribir y locutar, pensar y actuar más deprisa todavía para no sucumbir a la diaria caducidad? O quizás simplificaríamos los horarios, no habría tardes, solo mañanas y noches, para comenzar una historia y terminarla, mañana será otro día, tendríamos muchos amaneceres por delante. Y muchas portadas, editoriales y discursos incendiarios que despachar, estribillos bien redonditos y pegadizos que la gente se aprenda y los repita como un mantra: “Es inasumible que en Épsilon mande un preso”, este de última hora no ha quedado nada mal. No darían abasto los estrategas de la “información independiente comodiosman…”. Agotador…
Aseguran que es el planeta más frío del Sistema Solar, con una estructura de nubes muy compleja, sin olvidar sus 13 anillos y sus 27 lunas. Demasiado inhóspito quizás, pero suficientes elementos con los que distraer y desviar la atención. Y es que allí, como aquí y en cualquier sitio, al final todo será relativo. Será cuestión de seleccionar la información como bien procede. Más de un millón de personas con título universitario están en riesgo de pobreza en España (sic) Los consejeros ejecutivos de las empresas cotizadas en Bolsa se subieron el sueldo un 43% desde 2013 (sic) Más de treinta países europeos rechazan dar cuentas sobre los protocolos contra el acoso sexual en sus parlamentos (sic). Éstas deben ser noticias de Urano. Habrá que aplicarles el correspondiente filtro… o erradicarlas de la resbaladiza superficie, no sea que derrape y se estampe lo que no debe.
Dicen que el Sol se ve desde Urano como una estrella más… Pero no ha estado nadie, no tenemos corresponsal allí.