El mundo no se va a parar…

Mundo 2

El mundo es un absurdo animado que rueda en el vacío para asombro de sus habitantes (Gustavo Adolfo Bécquer)

Yo te veo que vuelves cansada de noche, se supone que al fin y al cabo satisfecha de un día bien trabajado, y entonces las noticias te golpean otra vez. ¿De qué ha servido todo lo hecho si al final nos vamos a acostar así? No lo entiendes, yo tampoco. Algo estaremos haciendo muy mal, pero la fatal evidencia es que uno que ama la muerte ha vuelto a poder más que una multitud que ama la vida. Y otros, los que sólo aman su vida, nos dicen desde su barrera que tendremos que acostumbrarnos a que las cosas sean así.

Que paren el mundo, que yo me bajo (Groucho Marx)

El primer reflejo es la depresión, el segundo dejarse llevar por la tentación de buscar el camino más corto, la solución más drástica y directa. O nos bajamos nosotros o que se bajen ellos. Te invitan, y a veces consientes, a no aplicar la perspectiva, a no comprender que no es un problema tan simple. ¿Puede ser que los que pretenden convencernos de que hay que cortar por lo sano son los que en realidad viven cómodos con la situación? Mientras no les afecte directamente el conflicto, ¿no les conviene al fin y al cabo?. ¿Hasta saben en realidad dónde está el avispero pero no les interesa tocarlo, saben que es mejor dejarlo ahí?. Me llamas perverso, y yo te digo que más que decidir quién sube o quien baja, cuando no sé, prefiero preguntar.

Leemos mal el mundo, y decimos luego que nos engaña (Rabindranath Tagore)

Te aflige pensar que las cosas serían de otra manera, seguramente más rectas y correctas, si todos pensaran y actuaran como tú. Y en realidad, ¿te das cuenta de que ese fue tal vez el origen de todos los conflictos? Todos seguimos creyendo que tenemos razón. Y la impotencia ante la imposibilidad de convencer se transforma a veces, demasiadas veces, en desprecio y seguidamente odio hacia los que “no tienen razón”. Así vemos los diarios, las calles, los patios sociales, poblados de mucha gente que va por la vida cargada de razón. Son esos que luego apelan a que el mundo está loco. Pero si lo estuviera verdaderamente, ¿no nos iría quizás mejor?

Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día (John Lennon)

Ves las imágenes y te derrumbas un poco más. Necesitarías leer otras páginas, distraerte con historias más banales, o más frívolas si quieres, y sin embargo la conciencia te dice que no puedes ahora prestar atención a esas tonterías. Vuelves a las crónicas del terror, te mortificas viajando por esos escenarios, visitando toda esa tristeza y esa ilusión atropellada. Necesitas descansar, pero te obligas a cansarte más. Te vendría bien salir, pero mañana te vas a quedar en casa. Eso es lo que quieren. Ellos –los de un bando y los del otro, no te vayas a creer- ya te van ganando la batalla.

Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo (Ernest Hemingway)

Si lo miras, nos hablan de “un mundo nuevo” pero ¿No crees que esa idea no es más que un mero eufemismo para evitar decirnos claramente que nos imponen un mundo peor? Para que lo asumamos de mejor grado. Para que no se nos ocurra rebelarnos. Todo está diseñado, planificado, estructurado y contado de manera que comprendamos que nuestra vida y nuestra condición son así, es lo que hay y conformémonos, que podría ser peor. De hecho lo será si osamos no resignarnos. Pero sólo déjame que te recuerde una cosa: de ti depende aceptarlo o no.

El Mundo no se ha parado ni un momento, su noche muere y llega el día, y ese día… Vendrá (Jimmy Fontana, canción)

Vamos montados en este mundo, y como no nos vamos a bajar por más que nos digan, nos toca viajar en él y con él. Entonces, al menos, intentemos hacer este viaje lo mejor y más placentero que podamos. Un día nos bajarán de él, es verdad, pero al menos ten la íntima seguridad, cuando llegue, de que lo viviste, lo amaste y lo disfrutaste. Y si no, allá tú. Porque, en efecto, no se va a parar.

Y después de todo, al final…

No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable (Mario Benedetti)

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