El Mundo y la cinta aislante

David Jiménez, foto Efe

Ignoramos si alguna vez a un director de El Mundo le han atado con cinta aislante a una silla y le han cubierto la cabeza con una bolsa, como parece que hicieron con un trabajador discapacitado de una empresa de seguridad, según un caso sobre el que acaba de dictar sentencia el juzgado de lo social de Madrid. No sabemos si el último director de este diario, David Jiménez, cesado anteayer, habrá corrido esa u otras humillantes suertes. Pero parece que ese puesto se ha convertido más bien en una silla eléctrica, como el banquillo de algunos clubs de fútbol. Por cierto, tampoco podremos asegurar si, en plena tensión con la dirección de le empresa, su última y político-futbolística nota desde Aquilea habrá contribuido a acelerar su final.

Lo cierto es que David Jiménez apenas ha durado un año en el cargo, y que el segundo diario nacional en tirada y difusión estrena su cuarto director en dos años y medio. Como Pedro G. Cuartango lo va a ser en funciones, habrá un quinto. Todo este movimiento ha sobrevenido desde que en enero de 2014 fuera destituido Pedro J. Ramírez, quien, como era de esperar, no ha dejado de hacerse eco en sus páginas de El Español, exponiendo la caída de lectores y de ventas registrada por El Mundo en los últimos años. Tendencia que, sin embargo, ya se manifestaba en los últimos años de su fundador dirigiendo la nave. Y un hecho bien constatable, le toque a quien le toque: el liderazgo digital que mantuvo durante 15 años lo ha perdido. Y no porque otros lo hayan hecho mejor.

Ya sabemos que las editoras de medios viven tiempos convulsos. Unidad Editorial –que lo es de El Mundo, Marca y Expansión entre otros-, afronta un inminente ERE, ya lo contábamos estos días a propósito del despido de Santiago Segurola de Marca. Pero en el caso de esta empresa, la crisis coyuntural y estructural, que afecta a todo el sector, viene además aderezada por una confluencia de tensiones internas y externas, que van desde los juegos de tronos empresariales hasta, se dice, intrigas de índole política. No sería la primera vez, en cualquier caso, que un diario y un grupo editorial donde ha prestado sus servicios Pedro J. –aunque aquí ya nos los prestara- haya aludido a conspiraciones políticas para explicar sus crisis. Así se dijo también cuando salió de Diario 16, para quienes se acuerden. Si todos los medios de comunicación con supuesta influencia son sensibles a estos materiales peligrosos del poder, los que dirigió y abanderó Ramírez parecen haberlo sido especialmente. Quizás, quién sabe, porque cuando te arrimas demasiado a ellos, te pueden explotar en la cara. O cuando abusas de la cinta aislante, un día te la pueden aplicar a ti. Intentar quitársela luego es muy difícil y doloroso.

Lo que es evidente es que esta empresa vive rodeada de fallas tectónicas por todos sus costados, y los movimientos telúricos están a la orden del día, cuando no devastadores terremotos. Como siempre, los que más los sufren son los que viven en puestos de trabajo precariamente acondicionados, que se desmoronan a la menor sacudida. Y los que residen en los barrios más altos seguirán moviendo ficha, cambiando posiciones, nombrando y destituyendo, procurando ante todo blindarse ante las acometidas sísmicas. Cuando las cosas salgan mal otra vez, siempre quedará aludir a “corrientes internas y externas” que pretendan acabar con su “independencia”. Y tan anchos… Eso sí, con nuevo o viejo director, el verbo “deber” sigue y seguirá siendo el más conjugado en sus editoriales.

“Pase el siguiente, este es su despacho – ¿Y en este cuarto qué hay?  -Tenga cuidado, aquí guardamos los depósitos de cinta aislante.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s