No hemos conseguido nada, ¿podríamos hacer otras cosas…?

tintin

“Si ves que no puedes de una manera, inténtalo de otra”, dicen que dijo un sabio. Desde que el 11 de septiembre de 2001 nos dimos cuenta de hasta dónde nos podía afectar el terrorismo fanático –que no nació justamente ese día y léase entendido como cualquiera movido por sentimientos, religiones e ideologías radicales que derivan en el odio y el ansia de destrucción-, el mundo, principalmente el Occidental, empezó a adoptar políticas y medidas de alto calado. Para erradicarlo, para combatirlo, para protegerse de él. Quince años después, es fácil constatar –hoy en Bruselas y ¿dónde no en este tiempo?-que todo lo que se ha intentado no ha funcionado. Es más, no ha servido absolutamente para nada. ¿Podríamos entonces plantearnos que a lo mejor habría que hacer otras cosas?

¿Y qué “cosas” hacemos?, me van a preguntar. Pues ideas se nos pueden ocurrir muchas a mucha gente, y personas y entidades con mucha más información y conocimiento las hay como para determinar o por lo menos sugerir qué soluciones pueden existir, distintas a las que se han adoptado hasta ahora. Yo dejo una sobre la mesa, muy básica y hasta si quieren pueril: por más que nos fijemos en otros focos y actualidades, el hambre y la miseria siguen siendo el mayor problema que tiene este mundo. Y combatirlo no es sólo una cuestión de humanidad, que desde luego lo es. Aliviarla, y algún día erradicarla, podría ser el origen de la solución de muchos conflictos. Las situaciones de pobreza extrema generan, por supuesto, desnutrición, enfermedad y muerte; pero en segundo lugar promueven la ignorancia y la urgente necesidad. De esos estados se derivan fanatismos, odios, caudillismos, terrorismos, guerras… cuyo alcance es más global a medida que el mundo lo es. No debería ser tan difícil de comprender. Otra cuestión será, me temo, entenderlo y proceder en consecuencia. Ya se sabe que las soluciones que no producen réditos inmediatos son menos rentables políticamente. Y si encima contravienen poderosos intereses económicos, nada que hacer.

Desde luego que la realidad puede ser más compleja, y colateralmente habrá otras causas y posibles soluciones a cada una. Será cuestión de plantearlas con realismo y sin tapujos. Lo que está claro es que llevamos estos años blindándonos, extremando controles y alertas, registrándonos hasta las pupilas, fiscalizando o cerrando fronteras, interponiendo muros y vallas, decretando guerras y organizando ambiciosas operaciones militares… y no hemos conseguido nada. Queremos ponerle puertas a un inmenso campo, y cuando vemos que no cierran, lo más que se nos ocurre es hacerlas aún más duras y resistentes.

Bruselas, militares en la Gran Place, foto Efe

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s