El primer día de lluvia, esto es, el primer día real del otoño, suele ser devastador. Todo se rompe. Madrid se ha ahogado esta mañana en un monumental atasco, pero es que en Barajas parece que se han caído los ordenadores y los mostradores de facturación han sido un caos. Del metro no sabemos nada todavía, pero ya verán… Peor experiencia si cabe han vivido los directivos de Air France. Como en aquella canción de Serrat, un grupo de trabajadores se les ha revelado cuando iban a anunciar un plan de viabilidad que supone 2.900 despidos. El presidente ha salido por patas, pero el director de Recursos Humanos no ha conseguido escapar y parece que ha pasado un verdadero mal rato. Y eso que en París ya llevan bastantes semanas metidos en e otoño.
Pero volvamos a Madrid, que hoy se despertaba perezoso, sin ganas de nada y a lo mejor temiéndose lo que le iba a venir. Y encima con prisas, con el vago regusto de un derby que –como ha pasado tantas veces y pasará –no dejó satisfecho a nadie. Estas mañanas es que no apetece nada, hasta las noticias digamos rutinarias –políticas y económicas fundamentalmente- realmente se hacen más molestas que de costumbre. Que nos vengan ahora con que la economía debe tener alma… Hasta el conductor del autobús te cae especialmente mal, y ya verás cómo por el camino repararás en que se te ha olvidado algo. El gris lo cubre todo y lo resume todo, el cuerpo no está para bailes. Ya se irá aclimatando a la nueva estación y la llevará de otra manera, pero el primer día cuesta. Ya digo que el verdadero primer día de otoño es hoy.
Para arreglar las cosas, te anuncian que hoy es el día del profesor. Y en días así, más que recordar al que más te enseñó, el que mejor recuerdo que te dejó o al que más piensas que le debes, los que te vienen a la memoria son los que peor te las hicieron pasar. Te arrastrabas más que ibas al colegio una infame mañana de lunes, y encima lloviendo, y sabías que te estaba esperando. Subías penosamente esas escaleras y ya le oías ahí arriba toser. Sí, hoy más que de mis profesoras y profesores de Literatura, me acuerdo más de los de Matemáticas. Bueno, es que también hoy es el día de la educación financiera. Y de la economía con alma. Madre…
En fin, demostrado está que el estrés otoñal es el más insano. La presión se pelea con las primeras bajas presiones, y pocas sensaciones más ingratas que echar a andar con el ánimo por los suelos pero con el corazón en un puño.
Pero tranquilos, que saldrá un poco de sol y con él muchas setas. Esto es, tendremos días mejores…