Desde luego ha sorprendido la crisis de gobierno anunciada esta mañana por el presidente, Mariano Rajoy, con el nombramiento de tres nuevos ministros para las carteras de Economía, Cultura y Educación y Defensa. Tras su triunfal comparecencia del pasado viernes, se suponía una decidida apuesta por el actual ejecutivo, y por lo tanto su continuidad hasta el final de la legislatura. De ahí la sorpresa. Pero en realidad hay importantes cuestiones tácticas a analizar. Más allá de las airadas y no menos impulsivas reacciones suscitadas en a raíz del anuncio, por lo general en caliente, se impone un razonamiento coherente y bien ponderado. Vayamos por partes:
El nombramiento de Florentino Pérez como ministro de Economía responde a una estrategia bien calculada cuando se vaticina que 2015 será el año del despegue de la economía española. Si para el máximo dirigente del PP ha sido Luis de Guindos el hombre diligente y sacrificado que ha forjado la recuperación de nuestro músculo financiero y empresarial, pocas figuras más idóneas para darle el definitivo “impulso” que el ya ex presidente del Real Madrid. Personalidad absolutamente despegada y decidida, de él se espera que dirija con audacia el nuevo rumbo y haga entrar a nuestro país por la puerta grande del nuevo ciclo económico que se aventura. No le temblarán el pulso ni las partidas presupuestarias a la hora de incorporar a su equipo a las principales estrellas del ámbito empresarial, y sus políticas emprenderán el camino de universalidad y excelencia que España requiere. “El sí que nos meterá en la Champions de la economía”, ha señalado esta mañana el presidente. Por lo demás, en esta decisión cabe interpretar una inteligente maniobra de distracción de Rajoy, fiel a su sibilino estilo: con la obligada renuncia de Pérez, se abre la carrera por la presidencia del club blanco, lo que puede facilitarle una atractiva coartada para quitarse rivales de en medio. De hecho ya se especula con que en las próximas horas van a anunciar su candidatura Pedro Sánchez, Pablo Iglesias… y Esperanza Aguirre.
El nuevo ministro de Cultura y Educación es Alfonso Ussía, cuyo nombramiento se pretende que venga a suponer refuerzo y un salto de calidad respecto a las políticas difusoras e integradoras de su antecesor, José Ignacio Wert. Escritor, periodista, humorista, nieto de ilustre poeta y hombre de reconocida pluralidad intelectual, Ussía aportará un tono inimitablemente lírico a su gestión, buscará y concitará apoyos en la totalidad de las esferas culturales de nuestro país y, si tiene que aplicar nuevos recortes, nadie duda que lo hará con impagable gracia. En la industria del cine español no se han hecho esperar los comentarios más que favorables, cuando no de incontenida euforia. Santiago Segura ya ha anunciado seis nuevas entregas de Torrente antes de 2020, y se conoce ya la primera importante subvención del nuevo ministro para fomentar la producción hispana, concedida al empresario José Frade, quien producirá “Ocho putos apellidos catalanes”. Por lo que respecta a las políticas educativas, se confía en su innata capacidad para detectar brotes estalinistas en la universidad; y se apunta a nuevos paquetes de medidas para conseguir por fin que los niños españoles sean educados como verdaderos marqueses, y las niñas como perfectas doncellas.
Finalmente, con el nombramiento de Mariló Montero como ministra de Defensa, lo que se pretende es un golpe de efecto del estilo del que consiguiera Zapatero cuando nombró a Carme Chacón. Conscientes de que Pedro Morenés ha funcionado como una figura efectiva pero gris, el ejecutivo pretende introducir “un perfil más rotundo” al frente de este estratégico ministerio. Mujer de armas tomar, se espera que dé un mayor realce a esas paradas militares a las que pasará revista y que no se mueva ni el tato; que arengue fervorosamente a los soldados destacados en misiones internacionales, con sus reveladores discursos sobre el trasplante del alma o los negritos que labran la tierra; que tuerza el gesto con finura cuando los generales jefes del Estado Mayor le digan“tía buena”. Coincidiendo con el fin de año, se sabe que su primera visita institucional la dedicará al contingente de tropas desplazadas en el río Miño. Y se especula con que podría nombrar nuevo director de la Guardia Civil a don Diego Esparza Palacio (por sus iniciales, D.E.P). Por lo demás, no se confirma todavía que su primera propuesta al Consejo de Ministros sea cambiar el propio nombre del Ministerio por uno más acorde a los nuevos tiempos: Ministerio de Intervención Logística y Funcional (por su siglas, MILF).
Hasta aquí este rápido y urgente análisis. En los próximos días que sucedan a este 28 de diciembre tendremos sin duda más pistas sobre el rumbo que tomen estos tres ministerios clave de nuestro país y, por consiguiente, de los pasos y decisiones que va tomando el Gobierno para afrontar este decisivo año electoral. Por nuestra parte, seguiremos “contando y narrando lo que acontezca y suceda”, que decía aquel.