Paul McCartney sigue apuntándose a todos los bombardeos posibles, fiel a su mantenida filosofía At the Mercy of a busy day, expresada en aquella magistral canción de hace ya nueve años. O, lo que viene a ser lo mismo, que no se pare la bici no se vaya a caer. Lo último no es que acabe de terminar su gira por Brasil, dentro de ese sempiterno tour en el que vive, y entre concierto y concierto compone, graba, pinta, está con su mujer y hace otras muchas cosas, todas las que le da tiempo y le permiten no pararse a pensar.
Lo último es que estos días acaba de lanzar un nuevo single, Hope for the Future, sugerente y actual título de lo que en realidad es un acompañamiento al lanzamiento de una nueva edición de Destiny, el exitoso vídeo juego de Bungie. Se trata de un tema de corte electrónico, muy al estilo de aquel sensacional Sign the Changes que hace ahora seis años lideraba Electronic Arguments, el último y mejor trabajo de los que firmara como The Fireman. Y demostrando, por otro lado, que a Paul siempre le ha gustado prestarse a estos juegos aventureros y futuristas, desde que en 1973 compusiera Live and Let Die para la película de James Bond del mismo nombre.
Destiny recrea la última ciudad de la Tierra, que el jugador debe defender, y para ello está dotado de unos magníficos poderes que hay que saber utilizar. Pero inevitablemente, vendo el vídeo clip de Hope for the Future, sus paisajes imposibles, los soles, planetas y naves que surcan esos cielos recuerdan –o al menos a los que somos fans- a cualquier entrega de la saga Star Wars. Y ahí emerge, en forma de holograma, la figura de Macca. Que con esa vestimenta y esa poste algo mesiánica, pareciera un verdadero jedi, no sé si más cerca de la edad de Yoda o de la de Luke Skywalker cuando llegue, dentro de un año, la próxima entrega.
No cabe duda de que, si de hacer comparaciones se tratara, McCartney sería uno de los caballeros jedi de la galaxia musical de todos los tiempos. Fundamentalmente por sus poderes, que se resumen en la capacidad de componer grandiosas canciones que han trascendido todas las épocas. Y no se puede negar que hasta alguna vez se habrá sentido atraído por el lado oscuro de la fuerza –y de la música-, pero al final, salvo algún devaneo, siempre salió triunfador. Me da que realizando este vídeo clip se habrá sentido algo así y le ha gustado. Eso sí, se ve que se había dejado en algún lado su bajo láser. O que venía en son de paz.
Respecto al tema, se deja oír, de hecho cuanto más mejor. Pero tampoco era cuestión de hacer una demostración de todo su poder. Y siempre habrá que tener esperanza en un futuro mejor.