Corruptopolis, estos juegos nuestros

Corruptopolis 3

Hoy hemos sabido de un ingenioso juego llamado Corruptopolis, que ha ideado una valenciana y para el que está pidiendo financiación, a fin de producirlo y ponerlo en el mercado. Según las descripciones que leemos, se trataría de una especie de híbrido entre Monopoly y Trivial y, como su nombre sugiere, la materia prima objeto de sabiduría son los escándalos de corrupción aflorados en nuestro país durante estos últimos años. Todo un reto reunirlos, saberse y sobre todo acordarse de todos los nombres, casos, escenarios, villas, terrenos, proyectos, testaferros, montantes económicos y pastuqui diversa que han salido a la luz a lo largo de todo este profuso e interminable festival de desfalcos. Y no menos desafío va a ser mantener actualizado el juego. El Trivial sacaba –o sigue sacando- periódicas ediciones de tarjetas con nuevas preguntas, para cuando ya nos las sabíamos todas de harto repetirlas. Pero para este juego, al paso que vamos, quizás vayan a necesitarse actualizaciones semanales.

En realidad, para este contenido se podrían adaptar múltiples formatos de juegos de mesa. “De sobre en sobre y cobro porque me toca”, “cuento 20 y me llevo el 3%”, “robo una”, «este va cargado» o «cuidado que tiro de la mano», por no hablar de figuras singulares como el pozo, la cárcel, puentes, casillas, casas y mucho calavera… O todo lo que dan de sí los juegos de naipes, de los españolísimos oros y bastos a los internacionales fules de damas y reyes, con la posibilidad siempre de romper la baraja. A ver si es que han sido estos presumidamente inocentes pasatiempos los que han terminado inculcando la cultura del “me lo llevo crudo” tan extendida en nuestros parajes, ciudades y pueblos. De hecho, no neguemos que el Monopoly fomentaba cierta habilidad especuladora, y al Trivial terminaban ganando los que sabían demasiado.

En cualquier caso, y elogiando el talento de la creadora de éste, que salgan juegos de este calado puede tener varios significados. Uno de ellos es el calado en nuestra cultura popular de los caraduras, y esto no es nuevo. Nuestra historia y nuestra literatura son bastante ricas en recreaciones de tipos de poco fiar que en ciertos casos hasta han llegado a resultar simpáticos. Qué decir de los chistes y chascarrillos. En los que concurren personajes de distintas nacionalidades, el español siempre resulta ser el más pillo, y por eso le presentamos como el más listo. ¿Se saben el muy actual del marroquí, el alemán y el español que concursan para pintar el Capitolio de Washington? Es una querencia más bien latina, sabido es que en Italia se ensalza y vota al más canalla, porque piensan que, en un mundo de canallas, quién se va y les va a defender mejor. ¿Nos vendrá de los romanos? Se deben a ellos tantas cosas de nuestro día a día de hoy, excelentes unas y otras no tanto…

Otro significado es que, como siempre, si este juego triunfa –que tiene pinta de que sí- se demostrará que en España no nos sabremos los nombres de más de cinco escritores, tres pintores y algún científico que ganara el Nobel hace mucho tiempo. Pero en ladrones, estafadores y trincones a espuertas estamos plenamente al día. Son parte inherente de nuestro typical spanish. Por lo demás, no está mal que estos nombres –a falta de otras penitencias de las que no pocos se librarán- pasen a la posteridad y se les recuerde por sus obras.

En fin, deseemos toda la suerte a la creadora de este juego, más que nada porque se la deseamos a todo el que tiene una idea y la emprende –“hacen cosas…”, que diría nuestro presidente. Y sobre todo que no le caigan muchas querellas y los jueces las admitan a trámite. A jugar o, como dice el vídeo, “a corromperse toca”.

Corruptopolis 2

Aquí podéis seguirles. Corruptopolis, perfil en Facebook

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