Estamos en fechas de anuncios de concesiones de premios ilustres –los Nobel, los Príncipe de Asturias…- y aprovechando la ocasión se nos ha ocurrido instaurar esta distinción, que reconozca a nuestros más genuinos ases del volante. Somos un país de intrépidos y muy espabilados conductores, además con no poco desparpajo, por lo que no faltarán numerosas candidaturas. Aquí vamos a proponer tres, que entendemos son de las mejores y más ilustrativas de estos últimos días:
1. A esta conductora madrileña Cae al vacío… el mundo.es, que afortunadamente salvó la vida tras precipitarse cinco metros con su coche. ¿Cayó por un barranco durante una tormenta, se salió de la vía cruzando un puente tras ser desplazada por un camión? Pues no miren, la mujer estaba aparcando en un parking y parece ser que se le fue un pelín el pie, se fue contra la pared, la atravesó y, como estaba en la segunda planta, se precipitó al vacío cayendo sobre dos vehículos que se encontraban aparcados. Lo providencial fue que se activó el airbag y apenas sufrió heridas leves, de no haber sido así no estaríamos ahora aquí hablando de esto ni en este tono. El caso es que la información actualizada dice que le fallaron los frenos al bajar por la rampa, pero inicialmente se podía leer que se le caló el coche, y al arrancarlo se puso nerviosa y pisó el acelerador en vez de el freno. Sea como fuere, celebremos al menos estar contándolo.
2. A Esperanza Aguirre, pero este sería un premio doble, a la pericia vial y comunicativa. Por su impagable capacidad de convertir un cotidiano incidente de tráfico, con multa por estacionamiento indebido, en una “campaña orquestada” para retirarla de la política. De lo que hubiera sido un simple “perdón, me he equivocado y pago mi multa como una ciudadana más” en el origen del caso; o incluso, cuando la cosa ya se lió, podía haber salido con “pido disculpas por mi reacción airada, perdí los nervios y deseo que quede claro mi respeto al trabajo que hacen los agentes de movilidad”; pues no, la soberbia la ha conducido a una imparable huida hacia adelante que no sabemos hasta adónde llegará, pero que esta misma mañana ha cubierto una nueva estación, al declarar en relación con el incidente que “sin duda hay intereses para apartarme de la política” (muy característico ese “sin duda”). Y seguirá, porque esta estrategia de comunicación incendiaria ya no tiene marcha atrás.
3. Y nuestro tercer candidato es Fernando Alonso. Gracias a las prestaciones de su Ferrari, en los últimos meses nuestro campeón ha tenido la virtud de conferir aires de absoluta normalidad a las carreras de Fórmula 1, que siempre nos parecieron pruebas reservadas a superconductores y a superhombres que no se alteran con la velocidad y desprecian el riesgo. Sus declaraciones después de cada carrera suenan a “la carrera ha ido bien, hemos tenido algo de tráfico por Aranjuez, hemos parado a tomar café en La Roda, a comer en Albacete y a las cinco hemos llegado a Alicante sin novedad”. Solo que, después de meses de viajes apacibles y sin sobresaltos, el pasado domingo, en Monza, su coche, que tan fiable venía siendo, se le fue a averiar, pues como a cualquier hijo de vecino, que los trayectos largos es lo que tienen con el calor y estas cosas… Con todo, el asturiano no perdió la calma –ni la resignación- y en boxes declaró que “el coche iba bien (…) íbamos en grupo y éramos los últimos de cada grupo”. Tan normal la situación, pues simplemente agradecerle la infinita paciencia.
Bien, pues estos son nuestros tres candidatos al premio As del Volante 2014. Ya digo que no faltarían más, y quien quiera proponerlos, abierto está el plazo.