¿Sabían que en la fabricación de un pantalón vaquero normal se gastan unos 8.000 litros de agua? Si, me refiero a uno solamente, no a toda la colección de una temporada. Fabricar al menor coste, con responsabilidad, respeto a la mano de obra y minimizando el impacto medioambiental, suponen desafíos esenciales de la industria textil en los últimos años. Y que todas esas buenas formas sean compatibles, claro está, con crear prendas bonitas y vendibles. Pero no les está resultando fácil, hasta el punto de que no todas las firmas acaban por cumplir estrictamente todos estos principios tan saludables. Así, tendemos a aferrarnos a barreras y mitos como que si es ecofashion no será tan bonito ni tan económico, o que si es tan barato no puede ser rentable fabricándolo en cualquier sitio.
Pero hay alternativas a las creencias generalizadas. Ayer hemos conocido Santo Fruto (su web http://www.santofruto.es/), un joven proyecto que derrocha ilusión, sanas intenciones y un trabajo minucioso y que denota infinito cariño. Viene de Brasil, donde empezó hace unos tres años, y está aterrizando en España. Su vocación de origen son los vaqueros, a los que toda una familia llevaba tiempo dedicándose. Su nuevo desafío, y su gran diferenciador, fabricar ropa de calidad, atractiva, cómoda, durable… y sostenible.
Vistas y al tacto, las prendas que vende esta firma pasarían por las de cualquier marca ilustre, y podríamos encontrarlas en no pocas de las escogidas tiendas de nuestro SoHo madrileño –léase Fuencarral y calles aledañas. Pero hay diferencias sensibles, principalmente dos: primera, que por ahora sólo venden por Internet y a través de Show Rooms que han empezado a montar en tiendas, como el de ayer en Vacancy Chueca, donde se dieron a conocer; y segunda y más importante diferencia, los materiales con los que fabrican, que tiene tela y nunca mejor dicho.
En efecto, los jeans, shorts, bermudas y camisetas que vende Santo Fruto están todos hechos de materiales reciclados y ecológicos, a saber: retales de ropa vaquera de calidad; poliéster proveniente de botellas de plástico (PET), con el que generan el hilo que sirve para coser; tejidos compuestos por algodón BCI; tintes combinados con glucosa biodegradable… y en fin, todo un proceso exclusivo y en gran parte artesanal que ellos sabrán explicar mucho mejor (http://www.santofruto.es/materiales-8.html) por mucho que yo me esfuerce.
El resultado es una drástica reducción de los niveles de productos químicos, residuos sólidos y energía empleada en la fabricación. Y desde luego, ingentes cantidades de agua ahorrada. Sólo en su proceso de fijación del color de las telas, dicen ahorrar un 80% con respecto a los procedimientos normales que vienen utilizándose.
Pero el resultado también son las prendas. Más que ponerme a venderlas -eso ya es cuestión de ellos-, simplemente invitar a verlas en su web y, donde y cuando sea posible, palparlas, probárselas. Sí les adelanto que no son como esa camiseta negra a 10 euros de una famosa cadena sueca, que todos los años me compro idénticamente la misma, porque es lo que me dura en condiciones.
Y no les cuento más, simplemente vean y conózcanles. Por nuestra parte, desearles toda la suerte, si lo hacen así sin duda la tendrán.
Sin duda, una gran iniciativa a la que prestar nuestra atención. Felicidades por el artículo.