Con el de mañana, los Argentina-Alemania ya tienen el honor de ser la final más repetida de los mundiales. En Maracaná asistiremos a la tercera entre estas dos selecciones. En realidad sólo hay otra que se haya reeditado, Brasil-Italia en 1970 y 1994. Y eso que son relativamente recientes los enfrentamientos entre argentinos y alemanes en las máximas citas. Guardan nombres de futbolistas perfectamente recordables sin tener que recurrir a los libros o a las wikipedias. Hay vídeos en color y de buena calidad. Tiene ello que ver con que a pesar de disputar la primera final en 1930 y de todo el fútbol que ha dado, la albiceleste ha sido una selección verdaderamente competitiva en la Copa del Mundo desde 1978. Y el milagro alemán data de los 50.
Estos días nos están echando vídeos de aquellos partidos. De aquel abrasante estadio Azteca donde se citaron por primera vez en 1986. Allí una Argentina comprometida y convencida después de dos pletóricas actuaciones en cuartos y semis frente a Inglaterra (oh Dios) y Bélgica (oh Dios, dos veces); enfrente, la casi perfecta maquina alemana de los 80 ya más bien oxidadita, pero que supo vivir de su oficio y orgullo para plantarse en esa final; un Maradona superior, en los mejores días de su vida, frente a un Rummenigge chepudo y quejumbroso. Y aun así estuvieron a punto los germanos de voltear un partido que tenían perdido, lo empataron en cinco minutos de furia. Pero dejaron el último resquicio para que el Pelusa la largara a la carrera de Burruchaga y éste lo sentenciara cuando todo el mundo esperaba la prórroga. Cuentan testigos directos que, aún después de agarrar la Copa del Mundo, en los vestuarios Bilardo se resistía a dirigirles la palabra a sus chicos porque se habían dejado colar dos goles de córner. (México 86, Argentina 3 – Alemania 2 )
O ese anochecer en el Olímpico de Roma, cuatro años después. Allí la situación era la inversa. Beckenbauer había renovado la Mannschaft, florecían talentos jóvenes junto a los que fueran becarios en los ochenta y ya ejercían como figuras consagradas. En cambio, la Argentina que defendía el título lo hizo a salto de mata, sufriendo, retorciéndose, con Goycochea parando penaltis en las tandas y Maradona en sus últimos estertores: medio cojo, lanzó un celestial canto del cisne contra Brasil y luego bramó y se desgañitó, se hizo los enemigos que no había tenido en Nápoles, gritó “hijos de puta” a los romanos que silbaban su himno (Final Italia 90, himno argentino) y terminó llorando rabiosamente, pero posiblemente ganándose como nunca el corazón de los argentinos. Fue una final fea, de las peores de un mundial, se resolvió para Alemania en un penalti que no fue, claro que antes el árbitro se había comido otro que sí que sí. Contaría Brehme que cuando se fue a lanzarlo, porque Matthäus alegaba que le dolía un tobillo, se le acercó Rudi Voeller a darle un feliz consejo: “mételo y somos campeones del mundo”. “Gracias, macho” le debió responder.
Convertidos ya en clásico, se han repetido otros dos Alemania-Argentina en los últimos mundiales, ambos en cuartos de final. En 2006, jugando en casa Alemania, fue superada de cabo a rabo en juego por la que ese día vestía de azul oscuro. Medio partido por delante en el marcador por un testarazo de Ayala, su seleccionador, Pekerman, tuvo que cambiar al portero por lesión, después sentó a Riquelme para aguantar el marcador, sentó a Crespo en el 79 y en el 80 empató Klose. Toda la prórroga tuvo Argentina el balón, el dominio y el control de la situación, pero se había capado de delanteros. Y Messi, 19 añitos recién cumplidos, muerto de risa en el banquillo. Los alemanes metieron todos sus penaltis en la tanda. El de Sudáfrica 2010 terminó igual pero tuvo menos color. El entonces histriónico seleccionador argentino, más pelambre ya que Pelusa, arengaba ferozmente a los suyos cuando salían del túnel al campo. Al minuto 3 ya había marcado Müller, el mismo que marcó cinco goles en aquel mundial y lleva otros tantos en este. De ahí al 4-0 final, un monólogo en negro, así vestía la Mannschaft esa tarde, de rojo en el palco la Merkel dando botes. “A mis 50 años esto es lo más duro que me tocó vivir”, confesaría rendido Diego Armando en la rueda de prensa.
Y mañana, en el Mundial 2014, será otra historia porque, sea la que sea, la tendrá y se recordará durante años. Por cierto, y ya que hemos empezado estadísticos, reseñar que para Alemania será la octava final de un mundial, y ya será la que más ha jugado. Supera en esto a la propia Brasil, que ha estado en siete. Seis lleva Italia y para Argentina será la quinta. Holanda ha jugado tres y las ha perdido, Hungría y Checoslovaquia disputaron dos y las perdieron también. Nosotros hemos jugado una y la hemos ganado, ¿pues de qué nos quejamos?
Vaya mojonaco gordo de mundial. Entre unos y otros se lo están cargando poco a poco. Y ahí seguimos nosotros babeando y viéndolo y tragando. Y que si Imperial, que si Genial…….valiente capullada de fútbol.
O vuelve todo a su ser, es decir, Copa de Europa de club solo el campeón, y 16 equipos en el mundial, o seguiremos viendo escenas patéticas y lamentables de gente echando espuma por la boca, vomitando en medio del campo……. Pero claro eso no genera dinero, ¿verdad Blatter?, aunque digas que es una ong sin ánimo de lucro, será sinvergüenza el tío. http://elpais.com/elpais/2014/06/30/masterdeperiodismo/1403989790_500167.html.
Entre unos pensando como peinarse para su peli, otros deseando irse de vacaciones, otros que se les ha visto el plumero de soberbios y preportentes y para rematar la FIFA dándole el balón de oro a Messi, es para darle y bien a este deporte.
Y sobre todo darle un babuchazo de oro empapuchao de mierda hasta arriba a Brasil, no a su gente, sino a su federación, pasando por ese impresentable de Scolari, y terminando en esos jugadores soberbios, prepotentes e irrespetuosos, sobre todo ese Marcelo y ese David Luiz, que se creían que se lo iban a llevar de calle y les han dado el mayor y más absoluto repaso en toda la historia de los mundiales.
Y para demostrar esa falta de respeto, pues van los muchachos auspiciados por el impresentable mayor, una vez más Scolari, y en el partido de consolación, enésimo repaso, se van del campo y no están presente en la entrega de medallas al tercero, Holanda.
Vaya imagen que han dado, se me queda ya cortos los epítetos y calificativos. Bueno sí, mejor digo algo que me encanta, ¡A CHUPARLA!.
SUSCRIBO TU COMENTARIO PUNTO POR PUNTO… prácticamente solo vi semifinales y final…. PERO AL DARLE EL BALÓN DE MEJOR JUGADOR A MESSI FUE CVOMO UN HOSTIÓN MORAL…. Pensé: ¿¿¿Qué coño hago yo viendo esta mierda engañabobos del fútbol???
Es una vergüenza todo y se les ha ido de las manos el puto negocio…. y los arbitrajes y todo patético para que lleguen cuatro grandes a semis y en la final no echemos a nadie…. por favor.. que se afea el espectáculo…
Y lo de los medios y los comentaristas que ha sido un mundial maravilloso, etc…. una banda de impresentables…
Yo ya dije que me retiraba y lo confirmo…. espero no volver a sentirme un engañado de esta puta mafia….
Y la Liga Igual… los grandes quitándole todos los jugadores buenos a los medianos y los medianos se los quitamos a los pequeños…. y así lo de siembre….. 6 equipos que ganan si o si en Europa….. y en España vuelta a Madrid-Barsa… un asco