Entrevista a un juez

Javier Gómez Bermúdez, foto Javi Martínez, El MundoSe avecina el décimo aniversario del 11-M, y ya nos imaginamos la que nos va a caer. No ya por el recuerdo a las 192 víctimas y a uno de los días más trágicos y tristes que cada uno podamos recordar. El “¿dónde estabas, que hiciste…?” volará por todas las redes, todas las ondas… Rememoraremos escenas, mensajes, testimonios y llantos. Y eso es lo normal.

Pero ya sabemos que hay otra música del inefable 11 de marzo, que posiblemente no empezó a sonar ese mismo día, sino más exactamente tres jornadas después. Es el referente a la autoría de la masacre. Ciertos grupos políticos, amparados y coreados por su corte mediática y sus voceros, llevan nueve años y 360 días tratando de justificar y legitimar su actuación durante las horas siguientes al atentado, que tan cara les resultó. Si el entonces ministro del Interior profirió a las 13 horas de aquel fatídico día que “ha sido ETA y el que piense que no ha sido ETA es un miserable”, en vez de rectificar y pedir disculpas por el manifiesto error, se trataba de delatar a los “miserables” que les hicieron perder unas elecciones. Ciertamente, esa música –o charanga, marcha siniestra, como la quieran llamar-, repetida tan insistentemente, consiguió desunir a gran parte de nuestra sociedad y, a la postre, amplificar los efectos del atentado. Si el terrorismo se denomina así porque además de matar pretende aterrar, confundir, trastornar y dividir, ni los propios autores de esta infamia imaginaron tal vez hasta dónde iban a llegar sus consecuencias devastadoras.

Uno de los medios de comunicación que más se ha significado en pretender contarnos otra historia del 11-M, distinta de la oficial, ha sido el diario El Mundo. Y, naturalmente, es uno de los que más ruido va a hacer estos días. Hoy ya nos lanza su primer aviso: una entrevista en exclusiva nada menos que al juez Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal que juzgó el atentado. Y empieza ejerciendo un principio del periodismo: el entrevistado podrá decirte lo que quiera, pero a partir de lo que te ha dicho, tú puedes titular como te de la gana. Incluso a veces a partir de lo no dicho, pero esa ya es otra canción. Por eso, el titular de la entrevista publicada hoy es: “Diez años después, no sabemos quién dio la idea de atentar el 11-M”. Luego, si se lee entera, ya queda otra impresión. Yo aún no lo he hecho, pero sí he leído algunos de los destacados, lo que me hace pensar que así es. Pero para quien sólo se lea la letra más gorda, que son muchísimos, ahí queda la sentencia: el propio juez dándole la razón a El Mundo. Y si no se quiere pensar más allá, pues no se piensa y ya está. ¿Acaso sabemos fehacientemente quien dio la orden de atentar el 11-S o en el Metro de Londres?.

Otra consideración es si nos parece normal que un juez que ha juzgado un caso –cualquiera, pero además de esta entidad- se preste a conceder una entrevista para hablar y expresarse sobre ese caso en cuestión. No me vienen a la cabeza antecedentes, pero no niego que los haya. Bueno sí, que este mismo juez concedió otra entrevista al mismo diario en 2010, meses antes del juicio. En cualquier caso, se antoja extraño. Sobre todo de un hecho tan reciente –porque no parece que hayan pasado 10 años, y aunque pasen 20- y más aún lo es la sentencia. El interés periodístico es indudable, por un lado; el interés político es más que presumible, por otro. Pero ¿el del juez? ¿Lo ha hecho bajo algún tipo de pacto o contraprestación, deseaba explicarse, justificarse, o simplemente darse un baño de multitudes? Cierto es que en este país hay jueces que hacen cola para mirarse en el espejo mientras les están llamando para entrar en la sala (fin de la cita). Pero hay jueces y casos, situaciones y responsabilidades. En fin, de momento lo que sabemos es que hoy un medio importante publica una entrevista no a un vampiro sino a un juez. Al que juzgó el mayor atentado de la historia de nuestro país.

3 Comments

  1. Que este país está saturado de imbéciles se refleja claramente en los medios de comunicación que tenemos….. para imbéciles casi en su totalidad…… como decía la canción «cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama»…… Después de se haya desmontado toda relación de ETA con el 11-M y los que hablaron hayan reconocido que El Mundo les pagó suculentas cifras para contar lo que Pedro J quería….. pues ahora Pedro J dice en Salvados «Nunca sostuvimos que fue ETA… Incluso yo lo creo de todo punto improbable que fuera ETA…., solo dijimos que no se sabe quién fué»….. Y SE QUEDA TAN ANCHO…..y a la semana una entrevista con el juez que dice exactamente lo mismo que dijo Pedro J en Salvados…… OLE… y ahí todos los imbéciles crelléndoselo y ya diciendo en los bares que claro, que no se sabe quién fue…..
    ¿¿¿¿Qué podemos esperar de un país que tiene periódicos como La Razón, ABC, El Mundo y El País pegándose a ver quien es más facha y quien le hace más la ola a Sorallita?????? Pues eso….Imbecilandia…. PORQUE UNA COSA ES QUE TE CUENTEN UN CUENTO, INCLUSO ESCRIBIR TU EL CUENTO Y COBRAR POR ELLO…… Y OTRA MUY DISTINTA ES QUE TE LO CREAS……

    OS DEJO UN POEMA DE LEÓN FELIPE:

    Yo no sé muchas cosas, es verdad.
    Digo tan sólo lo que he visto.
    Y he visto:
    que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
    que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
    que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
    que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
    y que el miedo del hombre…
    ha inventado todos los cuentos.
    Yo no sé muchas cosas, es verdad,
    pero me han dormido con todos los cuentos…
    y sé todos los cuentos.

  2. Eso sin contar que el gran Ansar, sigue sosteniendo que hay armas de destrucción masiva en Irak. Y las criaturitas se lo creen todo. Ayer vi un poco de la entrevista de Évole al gángster de turno, en este caso Florentino, y claro todo lo que le preguntaba que le afectaba era mentira. Y lo bueno que era él, y lo bueno que es el equipo ese del que es presidente. Y que a él lo que le gusta es la políticia. No ya……..
    Y los mongolitos se lo creen todo, todito, todo.

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