Los ladrones van al fútbol… hace mucho tiempo

Lo siento, pero esto no podía pasar esto por alto. Páginas, portadas y espacios informativos de primera línea ha llenado la semana pasado el caso de la dimisión de Sandro Rosell tras su imputación por presuntas irregularidades en el fichaje de Neymar. No tanto papel ni aire ha recibido otro hecho tanto o más escandaloso: una abrumadora mayoría de los presidentes de primera y segunda división, bajo el paraguas de la LFP y la RFEF, han firmado una petición de indulto para el ex presidente del Sevilla C.F., José María del Nido, condenado a siete años de cárcel por estafa y malversación.

Los ladrones hace mucho que decidieron ir al fútbol (*), y no debe extrañarnos. Si en este país a poco que indagues en cualquier asunto de ámbito público sacas fango y podredumbre, basta que visites cualquier pueblecito de la Sierra de Madrid, por ejemplo, y hables con dos o tres ciudadanos un poco enterados y ya te cuentan lo que pasó con unos terrenos, con una charca natural y unas fincas que necesitaban agua para la piscina, que si el Ayuntamiento –del partido que sea- que si un promotor, que si un ático de lujo… Ya digo, donde vayas. ¿Pues cómo no va imperar la práctica corrupta en el espectáculo que más egos, dinero y “honores” genera y mueve? Ya cuando los constructores empezaron a entrar en este mundo, importaron sus prácticas, al principio más o menos éticas y más o menos al borde de la legalidad. Conforme el “todo vale” se extendió, el fútbol lo tomaron a saco. Y esta sí que es una práctica global, pero también España le pone sus aditamentos típicos.

De lo de Rosell, pues que levante la mano el presidente que no se haya llevado comisión de algún fichaje y no ha entrado en mamoneos con representantes, sociedades de inversión… Lo que pasa es que encima don Sandro, siendo el presidente de todo un FC Barcelona, se ha cubierto de gloria, ha quedado no ya como ruin sino además como un chapucero, y además ha hecho el ridículo, proclamando altanero un lunes que estaba deseando que le imputaran para ir a declarar, y saliendo por patas el jueves cuando dicha imputación se hizo realidad. Y a la primera comparecencia del nuevo presidente, ya reconoce que Neymar costó 86 millones y no los 57 que el ex presidente se tiró meses defendiendo, y por cierto su vicepresidente también. Ah, y en estas el que inicialmente presentó la querella anuncia ahora que la retira, total ya ha hecho el daño que se había propuesto. Sí llama la atención el odio furibundo que se ha desatado entre los dos bandos que han regido esa entidad, cuando fueron uña y carne en el pasado. Pero ya digo, que no saquen pecho en otros clubs, porque más sibilinos, más listos, con más o menos clase… pero aquí todo el mundo hace lo mismo. A lo mejor no son tan tontos de pringarse en lo que se ha pringado Rosell, que me ha recordado sinceramente a aquel Lorenzo Sanz, pero cuando las hacen, bien hechas las dejan. Y una buena recalificación a tiempo deja mucho más que un fichaje estrella, además ahí casi nunca te pillan, salvo que bueno, a veces a la UE le da por tocar las narices.

Pero de verdad, mucho más vergonzante si cabe –por poco que quepa- es el otro asunto. Aquí piden indulto todos, o mejor dicho todos los que pueden: Del Nido, Jaume Matas, Ortega Cano… y sólo el hecho de que lo pidan porque tienen esperanzas fundadas de que se lo concedan ya te hace sonrojar, preguntarte una vez más en qué país vivimos. Pero es que resulta además que el resto –ya digo, la gran mayoría- de los otros presidentes van y se ponen de acuerdo en solicitarlo para su colega… ¿Qué significa esto, cómo cabe interpretarlo? ¿Podrían juntarse un colectivo significativo de socios, pongamos del Real Madrid, y pedirle explicaciones a Florentino Pérez de por qué ha prestado su firma a ese fin? O digo a Gil Marín, al mismo Rosell –o a Bartomeu en su lugar. Pero no parece que nadie lo vaya a hacer. ¿Qué sensación da ver a todo ese elenco de figuras, las cabezas que rigen el fútbol español y sus principales clubs, juntándose para pedir clemencia para un individuo que los tribunales han dictaminado que es un delincuente? Así, ya sabemos que si un día investigan, imputan y condenan a otro, ya acudirán los demás como una piña. Lo define estupendamente John Carlin Honor entre ladrones, John Carlin, El País. Pero el caso es que tampoco veo que cunda mucho el escándalo. Es que ya nos parece todo normal.

(*) Serán los tribunales los que tengan que determinar quién es ladrón, y en el caso del ex presidente del Sevilla ya lo han hecho. A mí no me corresponde afirmar que nadie lo sea o deje de serlo, simplemente digo y constato que en el fútbol español haylos, porque eso es evidente.