Me están esperando a que cuente algo sobre NEW, el último trabajo de Paul McCartney, que muy probablemente no tardará en ser el penúltimo. Vaya por delante que no es fácil. De entrada, cualquier crítica que se haga sobre una canción o un disco de este señor –como lo fuera de John Lennon y de George Harrison– está condicionada por la existencia de un listón infranqueable, muy atrás y muy al fondo pero siempre presente y plenamente vigente. Si hoy Macca hiciera Yesterday, le dirían que muy bien, pero que no es tan buena como Yesterday. Si le sale un poco peor, pues la comparación y la evidencia son inevitables. Luego, muchos de los críticos que estos días escriben se saben de oídas la historia y la trayectoria de los Four Fab, y apenas conocen algunos episodios de la larguísima de Paul desde 1970. He de decir no obstante que, de las que he leído, con todas comparto bastantes cosas y alguna que otra no. Porque luego está el que esto escribe, que por más que se esfuerce no podrá llegar a ser absolutamente objetivo. Trataré al menos de ser honesto en mi subjetividad.
De entrada, y para despejar dudas: ¿Qué me parece New? Pues un muy buen disco. No una obra maestra, de esas McCartney sin The Beatles sigue teniendo principalmente dos, firmadas una por Wings y la otra con su solo nombre, respectivamente: Band on the Run y Chaos & Creation in the Backyard. Por cierto, si con este último él, su discográfica o ambos hubieran acometido la bestial campaña de promoción que han desplegado con este, ahora, ocho años después, hablaríamos de una de las grandes referencias de su obra musical, con Beatles y sin ellos. Y no de un álbum que obtuvo excelentes críticas pero un éxito normal, lo que le ocasionó un gran cabreo que derivó en la ruptura con su EMI de toda la vida. Con la que ahora ha vuelto a grabar, por aquello de las idas y venidas, compras y fusiones en la industria musical. Y sí, esta vez se han implicado todos. Una encomiable estrategia promocional que incluye desde el diseño, el marketing digital y lo que más vende: él en carne y hueso en la misma calle, por supuesto debidamente viralizado.
Pero vamos al asunto: New no es un disco redondo, según mi criterio para otorgar este calificativo, porque le falta algún momento inequívocamente magistral y le sobrarían un par en principio regularcillos (1). Por lo tanto, hablamos de 12 temas entre buenos y muy buenos, sin contar la pequeña joya escondida que surge al final de último corte, a la manera de Her Majesty en Abbey Road. En esta, su inesperada aparición solo al piano contrasta notoriamente con el resto de la producción, evocando sin embargo su faceta más clásica y quizás reconocible. Pero hay muchos Paul reconocibles, y por aquí van apareciendo.
No vamos a desgranarlos un por uno para no extendernos demasiado. Pero sí decir que Queenie Eye es un temazo, y él se ha dado perfecta cuenta porque es en la que ha puesto más carne en el asador, marcándose ese video clip rodeado de celebrities; luego hay momentos de gran altura: On My Way to Work y Everybody Out There convocan a la emoción y se antojan pintadas para tocarlas en directo; Early Days es algo más complejo y evocador de sus años mozos, en tono folk pop que repetirá alguna vez más; está Looking at Her, que podría ser una delicada balada pop de los 80, bien condimentada para que suene de hoy; Hosanna es una de esas íntimas canciones de amor de las que ha hecho tantas –y algunas tontas- pero nunca aburren; Alligator viene deliciosa, introspectiva y envolvente, reconforta después del arranque pretendidamente rockero pero un tanto flojeras con Save Us. Y sus acostumbrados guiños, ya dijimos en su día que la del primer single, que anticipaba álbum y título, traía reminiscencias de Penny Lane y un cierto recuerdo a los Beach Boys. Pero también los hay en sus temas digamos más tecnológicos: en la magnífica Appreciate juega un poco a psicodélico y a Pink Floyd –lo ha hecho ya otras veces…- y el ambiente que recrea en Road podría recordar al mismo Bowie, si se me permite el atrevimiento. En cuanto a la «final» Get me Out of Here, algo claptoniana sí que se antoja. Al final, ¿las he citado todas…?
Pero ¿es New realmente New? Difícil y arriesgada apuesta ese título, viniendo de quien viene. Digamos que hay un denodado esfuerzo por crear un sonido actual, a la última, para eso se ha rodeado de productores que se lo garantizaran, y en general puede decirse que lo consigue, además muy pulcro, sugerente en no pocos momentos. Luego habrá arreglos que a unos les pueda parece que sobran, y en cambio a otros les gusten. En cuanto a las melodías, son las suyas de toda la vida, como no podía de ser de otra manera, o no sería Sir Paul. Digamos que a lo mejor no ha exprimido al máximo su inspiración, tampoco aquí tenía produciéndole, como en Chaos…, a un Nigel Godrich que le pusiera las pilas hasta desesperarle. Claro que, cuando hablamos de canciones sencillas de McCartney, mucho cuidado. Porque a veces pasa –con perdón- como cuando Salieri se quejaba y admiraba a la vez de que cuando tomabas una simple partitura que Mozart había compuesto como quien juega, le quitabas una sola nota y se caía toda la composición como un castillo de naipes. Pues aquí hablamos, y es una constante en su inmenso repertorio, de “sencillas” piezas que parece que cualquiera tocaría con la gorra, y luego llevan cinco o seis melodías una debajo de otra, apareciendo, desapareciendo y entrelazándose. Es decir, lo que hace un genio aunque no sea en el momento más álgido de su creación.
Para terminar, y resumiendo: ¿qué hacemos con NEW? Pues los macarnianos y beatelmanos de este mundo, colocarlo en un buen sitio en la preciada y larguísima colección de álbumes de Paul, que consta de 53 oficiales y 19 de música pop nueva en 43 años. No en el mejor ni en el más privilegiado lugar, pero en uno que se vea bastante bien. Para los que vivan al día y le guste la buena música, merece la pena escuchar el trabajo y valorar el momento actual, a sus 71 años, de uno de los más grandes músicos que hayan existido. Y para el/la que no sabe prácticamente nada del sujeto –que las/los hay entre las nuevas generaciones- y al oírlo por casualidad se pregunte si éste es quizás el nuevo Miles Kane… pues que me lo diga y un día le explico encantado de quién es este tal Paul McCartney.
(1) Decía el gran Joaquín Luqui que muchas grandes canciones, de Paul y de otros genios, hay que escucharlas varias veces para sacarles toda su esencia –“cuanto más la oyes, más te gusta” . Los comentarios que aquí hacemos están basados en apenas dos, tres o cuatro audiciones bien atentas, luego la impresión inicial podría variar con el tiempo. Pero seguramente a mejor.
1 Comment