Demoliendo proyectos o moliendo café

Un poco tarde ya para Lunes de Retranca, lo que pasa es que el día ayer fue muy largo y la mañana demasiado corta. Y esperábamos escribir de Baloncesto, pero la cosa va a tener que esperar. En estas, nos enteramos que hoy se está procediendo a la demolición de la tribuna principal de San Mamés, y nos dicen que la gente está pasando por allí a llevarse cascotes de recuerdo, como hicieran los berlineses cuando cayó el Muro. Y me viene a la cabeza –sí, hablaremos de fútbol- que esta es época de renovar, refundir o demoler proyectos. Hablemos de unos cuantos.

Al de la selección española le tienen ganas unos cuantos, que así es este país y los hay, haylos, que a Del Bosque no le perdonan… pues simplemente ser Del Bosque. Anoche se ha demostrado, una vez más, como en marzo en París, que aunque de vez en cuando tenga sus devaneos propios de la autocomplacencia, cuando se trata de ponerse en serio, le queda cuerda para rato. En el debut en la Copa Confederaciones se permitió romper ciertos tabúes, jugó con nueve verdadero y además con Cesc, con un sólo medio stopper… y con Casillas para silenciar el gallinero. Y los uruguayos la siguen buscando. Los que pensábamos verlo empezar y retirarnos a la cama, al final no pudimos menos de quedarnos hasta el pitido final. En cualquier caso, seguiremos debatiendo si jugamos mejor con esto o sin lo otro, con este o con aquel. El caso es no estar conformes. Y como contra Tahití nos salga uno de esos partidos coñazos, pues volveremos otra vez moliendo café. Que ganar al final aburre, de eso empezamos a darnos ahora cuenta.

Menos controversia suscitan los chicos de la sub-21, porque a los jovencitos todavía los respetamos, ya llegará el momento de darles estopa. En este grupo que mañana disputa la final del Europeo en Israel, y en los sub-20 que en una semana estarán jugando el Mundial de la categoría en Turquía, está la refundición de la absoluta, que más que probablemente se acometerá tras Brasil 2014, aunque en esta cita posiblemente ya se incorporen algunos. Es que viéndolos jugar, ¿cómo podemos dudar por ejemplo que Isco vaya a ser titular en el equipo adonde vaya? Y teniendo a Morata, ¿se van a gastar 40 o 60 millones en Cabani o Luis Suárez? Estamos locos.

Y aquí ya enlazo con los dos equipos de siempre. Para decir, mas que nada, que sus respectivos presidentes están haciendo el ridículo. Uno, Florentino Pérez, trabaja a marchas forzadas –y dando palos de ciego- en la demolición del proyecto anterior, aunque él nunca reconocerá que sea necesario objeto de demolición, más que nada para que las grúas no le propinen una andanada a él. Lo que está demostrando es que en realidad nunca tuvo un plan ni una línea de trabajo, siempre ha ido dando tumbos según sus impulsos y caprichos personales. Lo que le pide el cuerpo es ese fichaje planetario que le procure un baño de masas y un discurso trascendental como a él le gustan, y como ya no quedan galácticos en el mercado, pues está como un niño que entra con 100 euros en una ferretería y no sabe qué comprarse. Se ha dado una tourné por los platós y las redacciones, deseando anunciar algo y no tenía nada. Ni siquiera el entrenador. Ha dicho que Zidane iba a ser una cosa y luego va a ser otra, o vaya usted a saber que será Zizou el año que viene. Y desesperado, cuando el tiempo se agote y la pre-temporada se consume, se comprará el traje más caro aunque no le siente bien, ni a él ni al Madrid.

Luego está lo de Sandro Rosell, que este sí se ha hecho ya su regalo cósmico brasileño. El sábado, fue marcar Neymar su buen gol a los tres minutos y a los comentaristas culés que escuchaba en la radio ya se les llenaba la boca. Luego, la verdad, brillaron otros en la canarinha más que él. Pero el caso es que mientras sacaba pecho, el presidente echaba a Abidal actuando con sensibilidad de chumbera, y se ha apresurado a salir en defensa de Messi… de palabra, que ya veremos hasta dónde llega después. Y se aseguraba, al final de la pasada temporada, que el equipo se iba a remodelar, se iban a apuntalar con nuevos fichajes –se hablaba de seis- y también se iban a anunciar salidas. Pero de momento Alexis ha renovado, Villa ahora se queda un año más… y aún no han traído siquiera a ese central que necesitan como el agua. Total, ya tiene su ídolo mediático, ¿para qué se va a distraer con otras minucias?. ¿A qué época más o menos reciente del Real Madrid me recuerda? En estas, el anterior presidente, Joan Laporta, anuncia su camino de reconquista una vez fracasado estrepitosamente –esto sí que ha sido una demolición- su proyecto político. Y ya han demostrado estos dos que si tienen que zurrarse se zurran sin contemplaciones, caiga lo que caiga y arrasen lo que haya que arrasar.

Con todo, hablamos de los dos clubs que hoy por hoy se jactan de poder ocupar la portada de aquel disco de Supertramp, ignorando todo atisbo de crisis. Pero ¿hasta dónde se hinchará la burbuja? ¿A qué dramáticas demoliciones habremos algún día de asistir?