Está claro que lo nuestro es más lo físico que la Física. Esta es una que podría ya catalogarse en la colección de historias de nuestra España contemporánea, susceptibles de ser recogidas en un tomo que se titulara “Así nos va”. Resulta que el recién elegido mejor físico joven de Europa es gallego, tiene 30 años y se llama Diego Martínez Santos. Pero no puede trabajar en España, claro, primero porque no tendría dónde, y luego porque no le dejamos volver. Actualmente trabaja en Holanda, en el Instituto de Física de Partículas de ese país. Antes lo hizo, nada menos, en el Laboratorio Europeo de la materia, el famoso CERN. Allí realizó el trabajo por el que ahora ha sido reconocido por la Sociedad Europea de Física, concretamente en el experimento del Gran Colisionador de Hadrones, que bueno, aparte de lo sonoro y sugerente del término, no vamos a extendernos ahora en explicar en qué consiste. Por razones obvias, claro está.
El caso es que, después de sus brillantes trabajos, Diego quería volver a España. A Galicia a ser posible, a la Universidad de Santiago de Compostela, donde se doctoró. Para ello intentó acogerse al Programa Ramón y Cajal, que depende de la Secretaría de Estado de Investigación –ya saben, Gobierno de España– y que tiene por objeto recuperar para nuestra gloria científica a talentos –tantos- que se han visto obligados a desarrollar su carrera en el extranjero. Tarea les queda por delante, ya se podrían imaginar. O no. Porque el caso es que, casualidades de la vida, el mismo día que a nuestro protagonista le notificaban su reconocimiento europeo, recibía otra: que su solicitud de volver a trabajar en España había sido denegada… por falta de currículum. Vamos, que el mejor físico joven de Europa –el segundo español que lo consigue, pero el primero en solitario- no estaba a la altura.
Ignoramos los méritos de los que sí han sido admitidos. Una explicación que se pretende dar es que posiblemente se priorizó la candidatura de otros a los que, por edad, se les terminaba el plazo para poder acogerse a este plan de rescate. Y él, en cambio, todavía tiene oportunidad de volver a presentarse en los próximos años. El caso es que suena tan raro… Más con la sensación que tan largamente venimos sufriendo de que este país no aprovecha –más bien desprecia- el enorme talento de su gente. Ignoramos si alguien del la Secretaría de Estado saldrá a explicarlo, aunque no son muy proclives nuestros actuales gobernantes a explicar nada. Pero con los hechos tal como los acabamos de conocer, parece complicado argumentar algo convincente. Pues ahí queda la historia, y rumiémosla. Porque hace falta mucho físico…
El Mundo, España cierra las puertas al mejor físico joven de Europa
El Correo Gallego, España rechaza al mejor físico joven de Europa
Yo mientras me voy a quedar pensando en eso del Colisionador de Hadrones…