Si se tratara de una de esas fotos que a veces ponemos para que la gente deduzca de dónde son, a cuento de esta podríamos preguntar: ¿Pero qué país ej ejteee? Claro que a lo mejor sería demasiado fácil de acertar. Quien todavía lea la prensa estará al día de que se trata de la madrileña sede municipal de Urbanismo, que de unas instalaciones en ruinas la trasladaron a un modernísimo edificio que está resultando ser la ruina. Sí, hemos dicho de Urbanismo. En estas dependencias se supone que se gestiona y tramita todo lo relativo a los inmuebles, casas y cementos diversos de Madrid. Y dirán que ha llovido tanto este invierno en la capital que, además de las calzadas y los tejados, se han empapado hasta los expedientes, los informes, los contratos…
Pero incidencias al margen, la imagen es reveladora de todo un paradigma de la gestión documental. No sé si más que de “Oficina sin papel” cabría hablar de Oficina sin toallas. Los procesos eficientes, los flujos de documentos perfectamente visibles y trazables, el archivado estrictamente digital. Esto es, con los dedazos bien marcados en las carpetas. Prácticas de excelencia que denotan un impecable compromiso con la calidad, la eficacia y la transparencia de nuestra Administración. Todo, como siempre, en pos de un irreprochable servicio a los ciudadanos.
Este país empezaba a modernizarse, y se decía que avanzaba subiendo las escaleras de dos en dos. Si veía que se quedaba atrás en un peldaño tecnológico, se lo saltaba y se encaramaba directamente al siguiente, y así sucesivamente. Se conoce que nos hemos tropezado. La e-administración, la Agenda Digital, la Sociedad de la Información, son palabros que llenan muy bien la boca, un bocado más suculento que si fuera de angulas. Pero indigesto a más no poder, en cuanto rascas algo nos supura la evidencia. Más que modernidad, nos hemos quedado en el modernismo. “Bajo la Lluvia” o “La Fiesta Nacional”, Villaespesa y Manuel Machado lideran nuestra innovación.
Aprecien bien la escena de esos equipos y mobiliario de última generación, esos archivadores, esas impresoras… y en fin, la oficina convertida toda en un patio de sobria construcción multi-viviendas de los sesenta. Pero no mires mucho más a fondo querid@, no te vayas a reconocer tus sagradas escrituras arrugás, tu formal solicitud hecha una braga. Sí, ejto é el Área de Ubranijmo del Ayuntamiento de Madrid. Burocracia que hace aguas, tendederos al poder. Los cimientos del desarrollo en remojo, las ideas cogidas con pinzas. El país, puesto enterito a secar.