Los martes suelen ser el día que en esta página dedicamos a escribir sobre Comunicación y, en concreto, sobre técnicas, prácticas, vivencias y avatares del oficio de los que cultivamos esta disciplina. Hoy no hay nada mejor de que hablar ni nadie mejor a quien leer, de quien aprender. No puede haber otro protagonista que José Luis Sampedro. Alguien que, precisamente y entre otras cosas, se ha caracterizado en su larga y fructífera vida por comunicar magistralmente. Con conocimiento, con clarividencia y con honestidad.
Como economista, como escritor, como profesor y como pensador, todo lo que ha salido de sus historias, de sus discursos y reflexiones, ha tenido muchos significados, despertado muchas conciencias y aclarado no pocas ideas. Pero además todo ha sido una lección de comunicación. No se puede contar de manera más clara, explicar más fácilmente ni con mayor precisión lo que parecería a veces difícil de comprender. Los sistemas, los entramados –políticos, financieros y de otras índoles- a veces se nos visten intencionadamente de complejidad para que nos perdamos en ellos, no sepamos cómo orientarnos y resultemos así más fáciles de dirigir. Y aquí había alguien –y eso molestaba, como no podía ser de otra manera- que los destejía con total tranquilidad y naturalidad, para mostrárnoslos tan simples y sencillos como en realidad son. Sí, a él se le ha entendido todo de pe a pa, a ver quién es capaz de presumir de eso. Y al final, como buen sabio que diferenciaba lo valioso de los superfluo, lo que nos terminaba diciendo es que la vida es bonita para vivirla y hay que aprovecharla. Y añado yo, poder tomarse un Campari antes de dormir y que te sepa a gloria.
José Luis Sampedro ha sido coherente y gran comunicador hasta en la forma de anunciarnos su marcha, su bajada de este tren en el que decía que se había pasado de parada. Yo no voy a decir más, que hable él. Este es el célebre prólogo que escribió para la obra ¡Indignaos! de Stéphane Hessel. ¡Indignaos!, prólogo de José Luis Sampedro
Hoy comunica Sampedro. Gracias, José Luis. Y sí, un Campari a su salud.
P.D. Qué mejor imagen para dejar hoy, con permiso, que la viñeta que le ha dedicado Forges hace unas horas.
Sampedro es un referente para toda persona que vaya por la vida con buen corazón y algo de inteligencia….. Y UNO DE LOS MEJORES ESCRITORES QUE HA DADO NUESTRO PAÍS…. Se habla mucho de «La sonrisa etrusca», un libro maravilloso y tremendo…. pero si no habéis leído «La vieja sirena» pues os perdéis uno de los momentos más alucinantes que uno puede pasar delante de un libro……
Por lo demás, poco se puede decir de este gran hombre y mejor persona…… yo firmaba su lucidez y espíritu cuando tenga mas de 70… (lo de los 96 ni pensarlo, que seguro nos lo van a prohibir ser tan viejos….).
OS DEJO SU BRINDIS CUANDO CUMPLIO 94:
“Esto es la vida. Animaos todos. Porque se puede llegar a los 94 años y más, siendo feliz. Aunque uno se levante y se tenga que poner la boca, los ojos y los oídos. Se puede ser feliz a pesar de los jefes y de que muchas de las cosas que nos rodean nos parezcan impedimentos. Por nosotros mismos. Tenéis una vida. Cada uno la suya. ¡Aprovechadla!”
PUES ESO…. APROVERCHAR LO QUE PODAIS……
Yo leí ese libro recomendado por ti y es una pasada. Ahí se ve la sensibilidad que tenía este tío. Seguro que en la tdt party y algunos HIJOS DE PUTA, lo están celebrando. Pero llegará el día que coman fango, llegará, claro que llegará.
De momento a disfrutar lo que nos van dejando esos HIJOS DE PUTA.
Cuando vino, hace bastantes años, a presentar un modesto libro sobre parados, comencé a admirarle. Admiro su saber ser y estar, su honestidad, su sinceridad. Su coherencia, de nada o poco sirven otras cosas si no se es coherente, es un ejemplo. Por los cargos que ocupó podía ser millonario.
En lo literario más de lo mismo. Minucioso, profundo, muy documentado….., en algunos casos tardaba decadas en terminar un libro.
En fín, una gran perdida. Pero, nos queda su obra.
( Interesantes las entrevistas con I. Gabilondo o Lucas, entre otras).