Érase un Real Madrid–Manchester United

Real Madrid - Manchester United 1Real Madrid - Manchester United 2

Hay clásicos europeos que se han repetido mucho más que este, sobre todo con el actual formato de la Champions League, que propicia encuentros más frecuentes entre los grandes y, en el caso de las fases previas, con menos drama. Pero Real Madrid – Manchester United sólo ha habido cuatro en la historia de la Copa de Europa. Y los cuatro han sido grandísimos. Los dos últimos los vi y los recuerdo como si hubieran sido ayer; de los dos primeros me tengo que fiar de las crónicas.

Los más viejos recordarán –otros lo hemos leído, hay vídeos y una película de la BBC– que hubo un mítico Manchester United que asombró a Europa en los 50, eran los chicos de Matt Busby, los primeros diablos rojos, y cuentan de la bravura y juego eléctrico de aquel equipo de los Duncan Edwards, Jackie Blanchflower, Liam Whelan, Bill Foulkes… Una vez se midieron al también legendario Real Madrid de DiStefano, Gento, Kopa…-aún no estaba Puskas. Fue en abril de 1957, en semifinales de la II Copa de Europa. El Madrid se impuso 3-1 en el Bernabéu en un gran partido, relatan, y los ingleses aguardaban la vuelta en el infierno que sería el inexpugnable Old Trafford. (Breve vídeo del partido de vuelta) Dicen que allí los blancos, en la primera parte, firmaron una de sus actuaciones más memorables entre las que encadenarían durante sus cinco años de hegemonía continental. 0-2 al descanso, y en la segunda parte, con la eliminatoria decidida, los red devils apelaron al orgullo que siempre les caracterizó para rescatar un empate a dos y, aunque eliminados, se mantenían invictos en casa en competición europea, condición que habría de mantenerse por muchos años. Lo que no hubo fue posibilidad de revancha. Menos de un año después, en febrero de 1958, la mayoría de aquel plantel desaparecía en la catástrofe aérea de Múnich. Entre los supervivientes, el entrenador y un chaval de 20 años llamado Bobby Charlton.

Como es fácil de comprender, a los del United les costaría mucho reponerse de aquella tragedia. Anímicamente, seguramente no lo hicieron nunca. Y futbolísticamente, tardaron 10 años. En 1968, Charlton ya era Campeón del Mundo con Inglaterra y una de las grandes figuras del fútbol mundial; en torno a él como líder, Sir Matts Busby –escocés por cierto, qué tradición tiene este club con los entrenadores de aquella tierra- construyó un nuevo grupo campeón. Con gente dura y aguerrida, recordemos a aquel Stiles, con otro de los que habían sobrevivido a la catástrofe, Foulkes, y con dos estrellas de relumbrón: el también escocés Dennis Law y, sobre todo, el norirlandés George Best. Cosas de la influencia de los tiempos que corrían, a este le llamaron el quinto beatle y el Real Madrid al que volvían a enfrentarse en semifinales era el que llamaban ye-yé: Amancio, Pirri, Grosso.., que habían conseguido “la sexta” dos años antes. Precisamente Best marcó el único gol en Old Trafford en la ida, aunque las crónicas dicen que fue un asedio; en Chamartín, (Vídeo con comentarios en italiano) el Madrid llegó a tener la eliminatoria en franquicia, con un 3-1 al descanso, pero en el tramo final los diablos rojos, todo fe, obraron una sensacional remontada y consiguieron empatar a tres, con ello el pase a la final y la esperada revancha 11 años después. Luego, frente al Benfica, conquistarían su primera Copa de Europa, la que quizás la historia les debía, tras un largo y, desde luego, muy tortuoso camino.

Eran nuevos tiempos y el comienzo de un nuevo siglo en 2000. El Man U era rutilante rey de Europa –su segunda, ganada en aquella final poltergeist al Bayern Múnich en el Camp Nou: ahí estaban Scholes, Kean, Giggs, Stam… y por supuesto Beckham, David Beckham. El Madrid, en cambio, andaba roto por los cuatro costados. Del Bosque, con apenas meses en el cargo, trataba de recomponerlo. De puro milagro se habían clasificado para cuartos, y el sorteo le emparejaba con los campeones. Sir Alex Ferguson, el segundo escocés histórico en aquel banquillo, planteó más bien conservador la ida en el Bernabéu, pero se les vio muy seguros de sí mismos ante un Madrid al menos digno, que tuvo una de McManaman para ganar pero terminó asumiendo el 0-0 como un mal menor. A los pocos minutos del partido de vuelta, pareció una anécdota el autogol de Roy Keane que obligaba al United a marcar dos. Conociéndoles, remontarían tarde o temprano. Pero el pasmo iba a venir a la vuelta del descanso: el golazo de rosca de Raúl, la maravilla de Redondo por la línea de fondo, Karanka e Iván Campo sacando balones aéreos, Helguera barriendo todo lo que caía delante de ellos, un 0-3 que era de frotarse los ojos, finalmente fue un 2-3 por aquello del orgullo que también esta vez sacaron a relucir los de casa (vídeo express del partido). Qué va, no era la primera vez que perdían en Old Trafford. Aquella encomiable racha la había truncado unos años antes, si no me equivoco, el Besiktas turco. Quién iba a decirlo, pero desde ese día el Madrid se sintió capaz de ganar la octava.

El duelo de 2003 ya era apoteosis mediática, estaba reciente la serie de anuncios de Pepsi con aquellas “afrentas” pistoleras entre Casillas, Beckham, Roberto Carlos… y ahí los teníamos sobre el campo. Fue una eliminatoria de grandísimos delanteros: Van Nistelroy salvaba los muebles y las apariencias en medio del festival blanco del Bernabéu –curioso, en las cuatro eliminatorias ganó el que jugó primero en casa- con un gol que dejaba un 3-1 (vídeo más largo pero merece la pena, comentado en francés) y la eliminatoria viva tras las andanadas de Figo y Raúl, por partida doble, ambos con Zidane sembrando continuamente el terror en las inmediaciones de Barthez. Pero en la vuelta, en el nunca mejor llamado Teatro de los Sueños, el que emergió fue Ronaldo –Nazario, el verdadero- con un hack trick sideral que dejó Old Trafford rendido. Eso sí, los devils terminarían ganando el parcial, que ya se sabe cómo son. Beckham, castigado por Ferguson, salió en el último tercio para fusilar a Casillas con un golpe franco al estilo del anuncio, Hierro se lió un par de veces… y 4-3 al final (Este sí que va rapidito, y del idioma ni idea). Por esos días Florentino Pérez ya tenía sentenciado a Del Bosque, y se encargó de que un sector de la prensa afeara al entrenador por haber perdido ese partido. Cuando lo que había hecho era superar a un gran Manchester United en dos fantásticos duelos que se vieron en todas las televisiones del Globo.

Bien, ahora tenemos en marcha otro Madrid-United, el quinto, que esperemos no sea malo o al menos no desmerezca de los anteriores. Eso sí, que cada uno juzgue si los dos equipos que el miércoles se van a encontrar en la ida de octavos –por primera vez no en semis ni cuartos- de la Champions se parecen mucho o poco a estas enormes versiones de ambos que hemos contado a través de estas crónicas fugaces. Particularmente, y sobre todo después de rememorar estos vídeos, echo de menos unas cuantas cosas. En ambos…

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