¿Y si el Atleti ganara la Liga?

Ya sé que, viendo este Barça, su juego, sus poderes y su trayectoria, cualquier siquiera suposición de que no vaya a ganar esta Liga es toda una quimera. Pero bueno, tampoco es cuestión de aburrirnos y rendirnos a otra Liga de la Marmota. Al fin y al cabo queda el nudo gordiano de la temporada, y no sabemos realmente cómo va a responder físicamente –en juego sí lo sabemos- el equipo de Tito Vilanova en el último tercio, cuando tenga que afrontar los compromisos más serios en Champions. Ayer en Valencia parecieron pesarle las piernas tras el partidazo del miércoles en el Bernabéu –lo del Madrid en Granada fue a la vez cansancio y su crónica carencia de juego, no nos engañemos.

Pero a lo que voy: si le sobreviniera al FC Barcelona un improbable desfallecimiento, está claro que sólo hay un candidato a aprovecharlo: el Atlético de Madrid. Definitivamente, este año sí se ha instalado entre los grandes. Porque ha hecho bien las cosas, por lo menos desde el punto de vista técnico, de más arriba no hablo porque me cuesta mucho pensar que sus dirigentes –como los de casi todos los clubs de España, conste- estén haciendo algo medianamente bien.

De todas las bondades que en el último año, desde que llegara, se vienen contando del Cholo Simeone, me quedo con una: está siendo capaz de mantener a los 20 tíos de la plantilla enchufados. Al menos en apariencia, pero en fútbol, muchas veces, lo que se ve es lo que se cuenta. Y véase que rota continuamente, en algunos partidos de Europa League ha salido con el equipo suplente –o eso que ahora llamamos la unidad B– y casi nunca se ha resentido, el grupo ha mantenido el mismo músculo, el mismo rigor táctico y el manual de juego, siempre reconocible. Su juego no enamora, es cierto, pero se valora un grupo compacto y bien trabajado, seriedad y compromiso, apuntalado por gente de mucha calidad, más de la que algunos les suponen, no sólo Falcao es un pelotero. Ah, y luego el entrenador argentino no va de nada especial, a nadie le va explicando que ha inventado el fútbol. Ni una mala palabra, desplante, grosería… como las que tienen nos tienen acostumbrados los que se consideran divos de esto.

La del Atleti este año es prácticamente la misma plantilla que daba tumbos hace más o menos un año, con Gregorio Manzano, y además estaba Diego, y al otro Diego, Costa, lo habían cedido al Rayo, y allí empezó a ponerse las pilas. Llegado el Cholo, saldó la temporada con aquella imponente final en Bucarest frente al Athletic de Bilbao, a la que siguió a la vuelta del verano la enorme demostración ante el Chelsea en Montecarlo.  Ahora tiene a tiro la final de Copa –le queda una dura vuelta en el Pizjuán-, no renuncia a reeditar en Europa; pero, sobre todo, está en Liga, no sólo es que esté, es que es aspirante. Ha ganado todos sus partidos en casa –veinte consecutivos encadenados con la sufrida victoria de ayer ante el Betis-, ojo que lleva a día de hoy dos puntos más que el último año que fue campeón, en la 95-96, cuando el doblete. Lo que pasa es que tiene nueve por encima a este Barça intratable, en números de record.

En todo caso, no tienen por qué dejar de soñar. No es diferencia para rendirse, y además teniendo en cuenta que el líder aún debe rendirles visita. Si todo va normal, asegurará la segunda plaza y por fin la soñada plaza de Champions, que al fin y al cabo era el objetivo central. Si mira atrás, o mejor dicho hacia abajo, le puede entrar vértigo. Su guerra está por arriba. Si no pasa nada, bien; y si algo pasa…