La Liga de Tito

FC Barcelona, foto sin firma

 

Patinaje, tenis, balonmano… ¿y fútbol? Bueno, por imperativos profesionales me veo obligado a escribir en domingo, con la falta de perspectiva que ello implica. No he visto esta mañana al Real Madrid golear –por lo que cuentan muy plácidamente- a un Getafe que empieza a oler peligrosamente a Segunda, empantanado en una de esos regresos del parón navideño que tan pesados se le suelen a hacer casi siempre a algún equipo, y que tan fatídicos resultan ser a veces, primero para el entrenador, y a menudo finalmente para el club.

Pero a lo que voy, en escribiendo este post Messi marca de penalty el 2-1 para el Barça frente a Osasuna, que acababa de empatar tras el gol inicial… de Messi. Siguiendo la trayectoria de los culés este año, me da por pensar que esta de Tito Vilanova pasa por ser la apuesta más romántica –si se me permite el término- de las que ha presentado este equipo en estos últimos victoriosos años en que lo dirigió Guardiola. No me refiero ya a lo sentimental, todos sabemos las circunstancias en las que viene trabajando el entrenador barcelonista y, por otro lado, y quién sabe si desde lo del dichoso dedo, a nadie le cae mal creo yo, y quien más y quien menos, preferencias y partidismos aparte, desea que las cosas le vayan bien a un profesional que, por otro lado, viene haciendo de la normalidad su estilo y su tarjeta de presentación. No es o no parece, desde luego, un mariscal. Pero sabe que se enfrenta a un reto monumental, dada la herencia dejada por su antecesor.

Pero realmente me refiero más a la forma de encarar los partidos del actual FC Barcelona. Aparte ligeros retoques tácticos, el encaje de Cesc en el once, la posición más en banda de Iniesta… la mayor diferencia con respecto a anteriores ediciones es que permite disputar partidos. El de Guardiola era un monólogo insufrible que anulaba al rival, los equipos se desesperaban, a casi nadie en realidad les apetecía ni lo más mínimo ir a jugar contra ellos. Y no sé si por la forma de actuar o por los reiterados cambios obligados en la defensa, este parece más dulce o más humano, te da oportunidades, concede goles –24 en liga, hasta hoy más que Osasuna por ejemplo-, en definitiva, juega partidos… pero los gana, y por ahora más que ninguna otra temporada. En estas, Pedro acaba de marcar el 3-1.

Aparte demostraciones apabullantes, que por supuesto también las ha habido, este año el Barça dejado partidos vibrantes y admirables por ambas partes, recuerdo ahora en Riazor, en el Villamarín, Pizjuán y, sin ir más lejos, el jueves pasado en el de Copa en La Rosaleda. Recuerda en cierto modo al de Cruyff, cuya filosofía era tan simple como jugar para marcar un gol más que el contrario. Se podrá discutir, pero por ahora los hechos son impecables, apenas un pinchazo en liga ante la Real Sociedad, que más bien pareció como Bahamontes cuando decían que se tomaba un helado esperando al pelotón tras coronar el Tourmalet. Solo que este pelotón nunca va a llegar, esta ya es la Liga de Tito. ¿Funcionará esa intrépida puesta en acción en los mano a mano de la Copa y de la Champions? Eso lo dirán el tiempo y las determinaciones del rey balón, pero de antemano se agradece la apuesta y podemos hasta pensar que merecería tener éxito. Lo digo de verdad. Otra cosa es lo que pase, y ya se sabe que de todo se ha visto en estas plazas.

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