Te retiras del fin de semana pensando en las cosas que te parecen importantes de la jornada deportiva, y en esto, a eso de la medianoche, recuperas la perspectiva y todo lo demás ya son minucias: Europa ha ganado la Ryder Cup. ¿Pero cómo puede ser, si perdíamos de cuatro puntos y eso es un abismo, mucho más fuera de casa? Si no has visto un mísero hoyo, te sacude la conciencia. La radio no dice nada, rápido a buscar en Internet el putt triunfal de Martin Kaymer. Y a ponerse en situación.
Nunca dejo de acordarme de aquel estudio que leí hace años, y según el cual los cinco acontecimientos deportivos de mayor repercusión mundial eran: los JJOO, el Mundial de Fútbol, el Tour de Francia, la Super Bowl y… la Ryder Cup. Era la primera sin Severiano Ballesteros en la Tierra. El hombre que la transformó. Hasta 1985, la pobre Gran Bretaña sólo le había ganado tres a Estados Unidos, la última en 1957. La irrupción del de Pedreña hizo abrir los ojos a los tradicionalistas británicos, había golf más allá de las islas, no estaba el continente tan aislado.
Esa primera victoria de Europa en The Belfry me dejó marcado, me impresionó ver a aquellas glorias, Sam Torrance, Sandy Lyle, Nick Faldo, Ian Woosnam… fundirse en abrazos y llantos a borbotones con cuatro españoles y un alemán. Comprendí lo que significa esto. La de ayer es la décima ya desde entonces para los europeos, la primera capitaneada por José María Olazábal, el amigo del alma de Seve, un hombre que ha sabido lo que es ganarla pero que, ojo, vivó el trago de perderla por un maldito putt que esquivó su honra.
Parece poco explicable, nadie se lo podía esperar, que con cuatro puntos abajo antes de los cuerpo a cuerpo, en la última jornada, que es cuando más suele notarse quién juega en casa… Una de las cosas que se dijo del Gran Severiano es que hizo cosas que nunca nadie había hecho con un palo y una pelota de golf. Lo que ayer han conseguido estos chicos de la foto es de calibre similar. Pero vete a saber si a partir de ahora tendremos que hablar también del Cid Ballesteros.
P.D. Y por cierto, cumplimos las 1.000 entradas en este blog. Pues cómo me gusta que haya sido precisamente con esta.
Lo mejor del fin de semana fue la Ryder. Vi todo el final y fue la leche….. y ver cómo los europeos trabajando juntos pueden ser una máquina frente a Estados Unidos es una metáfora de lo que pasa ahora en nuestro continente….. al final todos con la bandera de su país y no con la europea….. juntos pero no revueltos…. si Europa estuviera junta en todo también sería una potencia económica y a todos nos iría mejor……. sumar todos juntos es lo que funciona…. por separado todo son restas….
POR CIERTO, VER A TODO EL EQUIPO EUROPEO DE LA RYDER DE BLANCO Y AZUL Y CON LA IMAGEN DE SEVE EN LA MANGA Y SU NOMBRE (197-2011) Y VER LA PRENSA MUNDIAL CON EL SEVE EN TODOS LADOS CONFIRMA QUE ES EL DEPORTISTA ESPAÑOL MÁS GRANDE DE LA HISTORIA…… Un orgullo ser fan de Severiano y un puntazo para su familia dentro de la pena que tendrán……
¿Podríamos imaginar en cualquier otro deporte individual que los deportistas más importantes de toda Europa se pusieran la imagen y el nombre de un español en la competición más importante de ese deporte y le dedicaran el triunfo????? Ni de coña…….