Creí que era mía
hasta que me di cuenta un día
de que ella me tenía
como a tantos más.
Después vino la que creí que estaba por mí,
yo por ella,
siempre con ella,
Pero todo quedó en nada también.
No sé lo que haré,
pero hasta que no encuentre a alguien
que quiera estar conmigo
sin andarse con juegos,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
He estado en París,
asistí a una noche de ópera desde La Concordia.
En Praga,
por el puente,
caminando muy despacio para que no se acabara.
Completamente solo,
y allí sí me ha importado.
Allí sí te he esperado.
No sé lo que haré,
pero hasta que no encuentre una divina razón
para aparcar mi libertad
y quedarme en casa,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
Tengo que llevarlo
y aceptar un mundo en el que el amor es palabra menor.
cosa de un rato,
anillos de papel.
Sé que tampoco he hecho demasiado
para que me amen como he deseado,
para bien o para mal,
por débil o fuerte.
No sé lo que haré,
pero hasta que no encuentre un hogar
en el que dormir y despertar
y del que me dé pereza salir,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
La vi ser feliz,
crecer y llenar su vida de alegrías que no eran mías.
Y lo vi bien así.
No lo iba a cambiar.
Asistí a sus dudas
y a su miedo a parar el tiempo y caminar por sí misma.
Dejé ese viento pasar.
No quise ser más duda.
No sé lo que haré,
pero hasta que no me encuentre capaz
de dar lo mejor
y llenar una vida de certezas,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
Estuve en Ámsterdam,
Navegamos y reímos sin parar por los canales torcidos.
Viví en Nueva York,
en Lexington Ave,
los domingos salíamos a ver atardecer desde el puerto viejo,
hartos de amarnos,
completamente ebrios,
plenamente soñados.
No sé lo que haré,
pero hasta que no encuentre una ciudad
en la que la mañana
conjugue con la noche,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
Me quedarán esas noches
y bulliciosas calles por las que divertir mi soledad,
presumir de ella,
padecer con ella.
Siempre tendré una idea o un proyecto que traer
y me acompañará,
me confortará
vivirlo juntos sin ti otra vez.
No sé lo que haré,
pero hasta que la tormenta perfecta no me encuentre
dispuesto a abrazarla
y valiente para afrontarla,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
Un hombre solitario.
Las olas romperán más cerca cada vez
y el tiempo se estrechará en la orilla.
Si la corriente no cambia,
seguiré siendo lo que soy.
Un hombre solitario.
P.D. Lo que hemos hecho es recrear y ampliar, a nuestra libre manera y que el autor nos perdone, la letra de una enorme canción, que además dicen que sonará esta noche en una sala de Madrid. Que suene…