Lo de la peripecia del David de Miguel Ángel en Rusia, posiblemente se trate en efecto de una campaña de Marketing para dar más visibilidad a la exposición y atraer a más visitantes. Pero lo que ha venido a demostrar, indirectamente, es la mala baba –sustentada en el nulo rigor- que derrocha cierta prensa en España.
La historia ya la conocen, y además ha alcanzado altas cotas de viralidad. Una exposición sobre el genio renacentista, recién inaugurada en San Petersburgo, muestra una réplica de su colosal David. Entonces ha llegado una señora –mentes estrechas a lo alto y a lo ancho las hay por todo el mundo- y ha emitido una protesta acompañada de una campaña solicitando que se le tapen las vergüenzas. Entre otras lindas argumentaciones, califica la prodigiosa escultura de “gigante que estropea la visión histórica de la ciudad y paraliza las almas de los niños” (Ni nuestro ministro Fernández lo aseveraría mejor, ciertamente).
Con bastante vista y oportunidad, los organizadores del evento se han hecho eco de la reclamación de esta ciudadana y han lanzado una encuesta preguntando si deberían “vestir” al personaje bíblico de Buonarroti. Y al tiempo, han puesto en marcha un concurso para elegir la mejor vestimenta que mitigue su desnudez y alivie a los escandalizados. La iniciativa ha tenido un fulgurante éxito, y en seguida han proliferado ideas descabelladas e hilarantes, al fin y al cabo ridiculizando la puritana propuesta. Aparte de que, como era de esperar, una apabullante mayoría está votando por dejar el arte como es, desnudo y en paz.
La historia llega hasta aquí, y no tendría que dar mucho más de sí. Pero lo que llama la atención es el calado de los titulares que se pueden leer en algunos medios españoles, a saber algunos:
Rusia quiere vestir al David de Miguel Ángel (El Mundo)
O todavía más:
Rusia se empeña en vestir al David de Miguel Ángel (La Vanguardia)
Parto de la base de que, cuando a mí me preguntan si conozco Rusia, habiendo estado en Moscú y San Petersburgo, me cuido mucho de afirmar que conozco todo ese inmenso país. Porque es como haber comido un grano de la paella gigante de Fairy. La noticia en cuestión no refiere, desde luego, que todo un país –aunque fuera pequeño- se haya levantado en masa contra la exhibición de la obra; tampoco se trata de una ciudad entera, ni siquiera de un barrio. La desfasada iniciativa proviene de una señora particular y de algunos otros señores carcas que la han secundado, y que por lo que se ve son rotunda minoría.
Por otro lado, cuando se recurre a la sinécdoque utilizando el nombre de un país como sujeto de un titular, normalmente se alude a su gobierno o máxima jefatura de Estado, o a una entidad representativa, por ejemplo deportiva (Francia aprueba tal ley, Estados Unidos se pronuncia a favor de tal acuerdo, Inglaterra pierde con Argentina…) Pero que se sepa, tampoco consta –ni se informa ni se elucubra sobre ello- que ni Putin ni ninguno de sus ministros, ni siquiera algún representante ruso en Eurovisión, estén detrás de esta estrambótica ocurrencia. Entonces, ¿quién es aquí Rusia, por qué decimos que es todo ese país el que quiere ponerle un taparrabos al David? La sinécdoque aquí es desproporcionada, digamos. Y encima “se empeña”…
Aparte, como digo, el poco respeto al rigor informativo que se practica en ciertos sectores de nuestro agitado periodismo, las explicaciones no tienen por qué ser casuales. Puede ser porque el titular queda más redondo, porque se aseguran de que más gente pinchará en la noticia…Porque en verano hay que llamar más la atención y además las embajadas estarán de vacaciones… Y porque a según qué país, se le puede atribuir cualquier barbaridad y hasta queda bien… No olvidemos, a todo esto, que los titulares son responsabilidad del medio, no del periodista. Y a no pocos editores les gusta jugar a ser Goliat.
P.D. Por cierto, pocos sabrán –y yo me acabo de enterar- de que Rusia, cuando era la U.R.S.S., emitió unos sellos con la imagen del imponente David. Fue en 1975, conmemorando el 500 aniversario del nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti. Qué dirían entonces…