Cada uno tiene una voz, permítaseme la obviedad. Pero, sobre todo, cada uno tenemos las voces de nuestra vida. Las que reconocemos al instante, las que nos han acompañado, las que nos han dolido o las que nos han encandilado. Si nuestro mundo está hecho de sensaciones, de ellas los sonidos son un elemento esencial. Y difícilmente existirán sonidos que alcancen más significado para nosotros que las voces. Por ellas reconocemos a las personas, cercanas, importantes o admiradas. Por el diferente sonido de la voz de una misma persona reconocemos muchas veces su estado de ánimo, su actitud o sus sentimientos hacia nosotros. Y, yendo más allá, posiblemente no haya estímulo sensorial con más capacidad de influirnos que la voz. Por eso, y con la excusa de que hoy es el Día Mundial de la Voz, me voy a atrever a preguntar, y a preguntarme, cuáles son las voces nuestra vida. Son sólo 10 y, con permiso, allá voy:
– ¿Cuál es la voz que más y mejor recuerdas, la hayas escuchado una o infinidad de veces?
– ¿Cuál la que más te ha impactado?
– ¿La que mejor te ha acompañado?
– ¿La que te ha emocionado?
– ¿La que te ha enamorado?
– ¿La voz que no podrías dejar de escuchar?
– ¿La que te alegra el día cuando la oyes?
– ¿Alguna que haya marcado de por vida?
– Una que quisieras volver a oír…
– La voz que sinceramente quisieras tener…
Para que no quede por uno, aquí mis respuestas, únicamente las voy a dejar sin orden. Quien lo desee, para no desnudarse demasiado, lo puede también hacer así:
Neil Diamond, Ángel Álvarez (Vuelo 605), Rosa María Belda, Fernando Onega (aquellas noches en Hora 25), Joaquín Luqui, Paul McCartney (obvio), Constantino Romero (Darth Vader), Freddy Mercury, Irene Gutiérrez Caba… y por supuesto mi madre.
Byenrique 