¿Te acuerdas cuando era Navidad?

¿Te acuerdas cuando por estas fechas era Navidad?

No hace falta remontarse a Dickens, bicentenario ignorado, era cuando no teníamos recuerdos. La gente se paraba por la calle, olía a castañas asadas y a veces nevaba en Madrid. Apretaba tu mano suave y cálida a pesar del frío, no tendríamos mucho dinero, tampoco me constan regalos aparatosos ni opulentas cenas. El ambiente llevaba algo de novedad, a cada momento esperabas que algo iba a pasar. No sé si llegué a mirar el calendario alguna vez, a lo mejor eran aquellos familiares anuncios de la tele, se notaba que esos días traían un clima, una luz y un sonido especial. Sí, parecía un cuento.

Y ya sabes cómo ha cambiado. Ahora vamos con prisas, ansiosos por llegar a tiempo y en forma a cada uno de los rituales de rigor, que indefectiblemente se repiten los mismos días a las mismas horas. Pasando cuidadosamente de puntillas por esas páginas de nuestra vida que ya duele abrir. Idénticos mensajes sociales y reiterados deseos que sabemos imposibles o mezquinamente inviables. Sólo tu mano, algo más áspera pero igual de acogedora, me permite saber que soy, que somos el mismo niño que todavía apura gotas de ilusión. Sí, ahora hacemos que parezca Navidad.

Vendrán otras navidades, quizás las del nuevo ciclo que anuncian, circularán nuevas caras y modas que actuarán más de lo mismo, pretenderán reproducir el espíritu que en realidad es cierto efluvio de espirituosos. A lo mejor un día alguien nos hace ver que mejor que aparentar Navidad, podríamos intentar un Mundo en el que todos tuvieran ganas y motivos para celebrar. Será cuestión de que nos indique por dónde empezar el puzzle. No sé por cuánto tiempo iremos de la mano pero algo de ti me quedará donde esté y donde estés. Y me dirás, te diré: si te explican por qué y cómo debes empequeñecer, tú no hagas caso, CRÉCETE.

Y sí, en estas se me han aparecido el pasado, el presente y el futuro. Gracias, Charles.

Sea como fuere y lo que venga, os deseo muy felices fiestas a TODOS.