¿Tendría usted Norte, por favor?

No es difícil perder el Norte, todo depende, pero hay ciudades en las que eso nunca debería suceder. Su situación, su orientación, su propia disposición urbana. Y sobre todo que, desde luego, no estamos en uno de esos destinos de “hoy es jueves, entonces esto es…”. Vamos, eso no debería ocurrir ni en el pueblo más anodino, pero es que aquí… En cuanto aterrizas, tomas el taxi o miras por la ventana del autobús, no te cabe la menor duda. Luego profundizas, te sumerges en la atmósfera intransferible, te internas en ciertos barrios, a lo mejor buscando aquella librería. Pero entras por esta puerta y en seguida comprendes perfectamente que en pocos sitios más puedes asistir a espectáculos como el que tienes delante. Y mira que aquí a lo mejor sí te puedes perder, por más que todas te estén indicando el mismo camino. La cuestión, claro, es hacia dónde esté orientada la salida. Y bueno, el Norte a lo mejor no, pero por estos pagos sí se pueden perder otras ciertas cosas y hasta determinadas virtudes y serenidades. Todo es cuestión de proponérselo. O de no confiarse con la hora… que esa no viene señalada en la foto, que yo vea.

Estará bien acertar la ciudad, indicará un buen nivel viajero. Pero cuanto más afinemos la zona, el enclave más o menos exacto…en fin, hasta donde nos llegue este Norte. Si es que es tal, que todo es relativo.