Gestión de Redes Sociales, aparta de mí ese caos

Hace unos días me llegó noticia de este informe Estudio Iron Mountain, Diario Informático, según el cual dos de cada tres empresas españolas considera que su gestión de las redes sociales es caótica. El problema –y los indicadores- es muy similar en el conjunto en Europa, hasta el punto que casi el 90% de las encuestadas en el continente han optado por prohibir su uso en el trabajo. Matar el perro pero no la rabia. O negar la evidencia por desconocimiento.

Indiscutiblemente, Internet 2.0 ha venido a procurarnos nuevos espacios de interacción con el público, directos y sin intermediarios. Y a la vez genera nuevos flujos de información multidireccional. Y no vivimos en una sociedad a la que le falte información, precisamente. Al contrario, nadamos en la sobreabundancia y a veces nos ahogamos, nos sentimos incapaces de procesarla, nos crea inseguridad en cuanto a lo que es fundamental, relevante, prescindible o completamente inútil. Hasta nos causa ansiedad. Y con todo esto, encima queremos estar en las redes sociales.

Y es que somos conscientes de que debemos estar. El consumidor vive ahí y nos pregunta; pero es que además nosotros podemos preguntarle a él, algo que por los canales de los que disponíamos antes resultaba mucho más complicado, y a menudo de dudosa efectividad; nuestros contactos nos buscan y nosotros a ellos. No podemos dejar escapar esta oportunidad.

Pero hay que planteárselo bien. Muchas personas –y sobre todo muchas empresas- han visto Facebook y han creado su página en Facebook; han descubierto Twitter y se han abierto una cuenta en Twitter; han sabido de YouTube y se han creado su canal en YouTube. ¿Y ahora qué? ¿Van a venir los clientes en masa? Leo el otro día que las principales cadenas de ropa de Estados Unidos han cancelado sus tiendas en FB porque sus fans no se convertían en compradores. Javier Martín, El País ¿Pero debía ser ese el propósito?

La gestión del Social Media es caótica para muchos, probablemente porque caótica ha sido su adopción. Se han tirado a la piscina sin tener en cuenta la profundidad. Ni la temperatura del agua. Ni siquiera si sabían nadar.

Cuando te planteas utilizar la Red Social para algo más que para relacionarte con amigos y ampliar tus contactos, no está mal pararse antes y pensar. Cuál es su potencial y cómo te puede ayudar. Qué te puede servir mucho y qué no tanto. Y sobre todo, qué puedes contar y qué puedes aprender. Esto es, CONTENIDO.

Así que, sin pretender crear aquí doctrina –que ya tenemos bastante por ahí-, sumergirse en la Web 2.0 y en su dimensión social supone tomar en consideración algunos pasos e ideas previas:

– Conocer nuestros objetivos de Comunicación y nuestro posicionamiento de Marca, alineados con nuestros objetivos de Negocio.

– Saber quién es nuestro público y dónde está, qué hace, qué dice, qué demanda.

– En consecuencia, elegir bien los canales y las plataformas donde nos conviene estar. Posiblemente no haga falta ir a todas las plazas, y en cambio en alguna no tendremos más remedio que hacer acampada.

– Diseñar una estrategia que determine nuestra presencia coherente y entendible en esas redes.

– Pensar bien y crear los contenidos que vamos a ofrecer en esos canales, lo que vamos a contar y cómo lo vamos a contar.

– Dedicarle tiempo. No es una tarea que se le pueda endosar a cualquiera, sumarla a las que ya lleva a cabo. No es una maría, algo que hay que tener porque se lleva o por el qué dirán. Ha de ser tomado como una operación estratégica para la empresa. En mayor o menor medida, decisiva o simplemente importante. Pero estratégica.

Por todo ello, y en consecuencia, contar con buenos especialistas. Tanto que sepan diseñar un buen plan de medios sociales y llevar el seguimiento y la evolución del mismo, como que sepan ejecutarlo en el día a día y generar resultados, entendiendo ambos cuál es la misión de la empresa y qué medios y tácticas serán válidas para extenderla y hacerla fuerte en la Red.

Hay más cosas, claro, pero teniendo estas en cuenta nos puede ir mucho mejor