Capello o Tejure, esas insidias

¿Qué no es muy inglesa la forma de jugar que impone Fabio Capello a la Selección de la Rosa? Hombre, pero si el sábado ante España…

Puso un autobús de dos pisos

Más británico que eso… Siempre dije, desde que tomó posesión de su cargo y se le ve los fines de semana en los palcos de la Premier, que antes de presenciar cualquier partido de esta liga, este hombre debía tomarse una biodramina. Tanta velocidad, tanto ir y venir de área en área, tanto fútbol de ataque, ¿no es para marearse? Pero el tío aguanta, y en vez de pegársele algo de lo que ve, está consiguiendo el contagio a la inversa, que esa selección inglesa juegue como un cascajo y encima se lo aprueban, les está convenciendo de que esa es la manera de devolverle la gloria pasada a la rosa marchita. Eso sí que son insidias. Y con su “brillante” victoria ante los Campeones del Mundo, ahora saca pecho y va a tener unos meses que a ver quién le tose. Hasta la Eurocopa y hagan lo que hagan por medio, presumo. ¿Insidias o insides?

Cuidado, que sí ha sido un buen entrenador

En realidad yo le recuerdo de más atrás. Según los cromos de Panini, fue el más feo del Mundial’74. Se parecía a Tejure, el de Vicky el Vikingo. Luego marcaría el gol del honor de Italia el día que aquella joven y gran Polonia les despidió en la primera fase. Años después le conocí de entrenador y la barbilla se le había moderado, ya tenía otro aspecto. Hizo buen trabajo sustituyendo a Sacchi en el Milan, mantuvo ese equipo con su estilo, y supo renovarlo cuando los holandeses –que eran la verdadera clave, y no don Arrigo- se fueron lesionando y echando a un lado. En tres años ganó una Copa de Europa y perdió dos finales. Llegó al Madrid y demostró que era un hombre que le daba carácter a los equipos. Recuperó valores –rigor táctico, coraje, garra, vamos como ahora… – sin detrimento de los jugones –Redondo, Seedorf, Mijatovic, Suker…- los combinó con la vitalidad de Raúl y Roberto Carlos, erigió a Hierro como líder de aquello… Ese Madrid ganó una liga con autoridad –contra el Barça de Ronaldo y el Atleti del doblete- y dio buenos partidos. Eso sí, llegó fundidito a los últimos partidos, y eso que esa temporada no había jugado competición europea. Eso sí, dejó vendido al club cuando anunció que se marchaba a mitad de campaña. Pero hay que reconocerle –y yo se lo reconozco- que tuvo no poco que ver en la Séptima Copa de Europa que por fin se ganaría al año siguiente después de 32 años. En Liga, con Heynckes, fueron un desastre. Pero cuando llegaban los partidos de Champions, los jugadores se reunían y decidían que iban a jugar como con Capello, eran los mismos hombres y al fin y al cabo 11 partidos sí se aguantaban a aquel ritmo.

El Capello que volvió diez años después

Ya sólo se reconocía en el Chistu

No tenía nada que ver. Los años en la Roma y Juventus, sin grandes epopeyas, le fueron adocenando. Ya no era ese carácter, ya no era su idea a toda costa, se comportó como un vaina que se aferraba al cargo, tragaba si le traían a Gago e Higuaín y no los quería pero los  ponía, si le decían que Ronaldo sí y lel que sí, luego Ronaldo no y pues no, que si Beckham ya no jugaría más y al final que bueno, vale… y el Madrid jugó casi todo el año como ese cascajo viejo, Emerson y Diarra tirando de aquello… Sí, se ganó la Liga. La que regaló el Barça y la que vieron a tiro los veteranos de ese equipo, y fuera de Europa y de la Copa, se lanzaron a por ella con todo… y con Tamudo en el Camp Nou. Ganado su segundo título en dos años, el plantón se lo dieron esta vez a él. Había vuelto a ser Tejure.

Y le tocó la lotería…

cuando Inglaterra, con McLaren, hizo el ridículo no clasificándose para la Eurocopa’2008. Un puesto de glamour, acorde con su prestigio, su porte… y un desafío en su carrera, que ese banquillo es silla eléctrica. Pero el listón estaba tan bajo que hasta le perdonaron el pobrísimo papel –y sobre todo la imagen- en el Mundial de Sudáfrica. No llevó a Walcott, uno de los mejores futbolistas ingleses de ahora mismo. Prometió gloria, prometió hablar inglés y en dos años no pasó del  “press the fucking ball”… y no le ganan en casa a Montenegro. Pero mira por dónde, el sábado les salió bien la única cosa que les podía salir, y a España no le salió ninguna. 1-0 y God Save don Fabio. Pues así seguirá la altiva Inglaterra, convencida de que esa es la hoja de ruta, el camino para ser otra vez grande. Mientras en otros sitios –mira Alemania– se convencen de que el fútbol se juega con un balón redondo, ellos con Capello erre que erre, las islas siguen una hora menos, el continente aislado y además, desde el sábado, se piensan que los hechos vienen a darles la razón y los elementos están a su favor. Se les espera en junio, pero de momento la insidia la llevan…en los insides.