Ante todo, creo que es una mala noticia. Y una pena. Por encima de errores y aciertos, de momentos brillantes o deslucidos, Nokia se había ganado entre sus usuarios de telefonía, que son un 25% de los habitantes de este planeta, una fidelidad quizás comparable a la que Apple supo granjearse a lo largo de su historia, empezando por el Mac y terminando por cualquier artilugio que sacara al mercado. Posiblemente no será lo mismo, pero sí conozco a mucha gente que, tratándose de un móvil, no quiere saber de otro que no sea un Nokia. Teniendo todos las mismas gracias, las mismas funciones, diseño arriba diseño abajo, el finlandés era el más fácil, el más intuitivo y el teléfono de mejor calidad. En esto último, quizás sólo Motorola le resistía el pulso, pero los inventores del concepto –que lo son desde los años 60 como decíamos hoy justo hace un año, ya es casualidad- habían limitado su dominio a Estados Unidos. Como marca, no hay ranking que no incluya a Nokia entre las cinco más valiosas del mundo, a la altura de las Coca-Cola y Nike de este mundo. El Nokia Tune, la melodía más escuchada cuando los aviones detienen sus motores.
Y han claudicado. Dos años de dudas, convulsiones y ciertas decepciones les han llevado a optar por tirar la toalla. La pujanza de Android le hacía recular en el ring. La entrada en escena del iPhone ha supuesto un directo a la mandíbula del que no han podido o no han tenido ni el ánimo para levantarse. El acuerdo con Microsoft anunciado el pasado viernes viene a suponer que Nokia seguirá existiendo de momento como fabricante de teléfonos, pero desaparecen como referente tecnológico de la industria. Venderán a mansalva, eso sí, terminales de gama baja que competirán con los asiáticos. Pero sus dispositivos de gama alta usarán Windows Phone como sistema operativo, en detrimento de Symbian, su joya de la corona. Es decir, serán unos fantásticos teléfonos Windows, no teléfonos Nokia propiamente. La convergencia de tecnologías por la que venían pronunciándose hace años –antes que casi todos los demás- ha terminado por devorarles.
Se especula incluso que esta “rendición” no es sino el paso previo a una compra del fabricante finlandés por parte de los de Redmond. Desde luego, llama la atención que el actual CEO de Nokia e impulsor de la “alianza”, Stephen Elop, provenga del equipo de Steve Ballmer, donde era director de Negocios. Y podría ser sólo casualidad que poco después de la firma del acuerdo, la máxima cabeza de los finlandeses en Estados Unidos haya sido recambiada por otro ex Microsoft. El tiempo dirá. Por lo pronto, y como es natural cuando se producen movimientos de este calibre en la industria tecnológica, la macro alianza ya está generando una profunda alteración del ecosistema. No sólo en lo que respecta a la estructura de ambas compañías –6.000 despidos se avecinan en Nokia- sino en todo su entorno. Por lo pronto, quienes se frotan las manos son los directivos y accionistas de Qualcomm, la empresa que fabrica los chips que llevan la mayoría de los terminales con Windows Phone. Todo un chollo a la vista. Y por lo demás, los mercados ya se están pronunciando pero habrá que aguardar a que se vaya conociendo la reacción de todos esos millones de usuarios que acostumbrados a su Nokia-de-toda-la-vida que empiezan a encontrarse con esos mismos iconos, esa musiquita y esos cuadros de diálogo que siempre tuvieron en su PC. La historia advierte de que en estas carreras de fondo al final casi siempre gana Microsoft, aún cuando no partía como caballo ganador. En esta tampoco.
P.D. Me queda cierta curiosidad por escuchar lo que opina el conocido pro-Nokia y acreditado anti-Microsoft, claro que hablo de Chema Lapuente. El sábado pasado, se ve que tenía el programa grabado de antes y aún no había salido la noticia. Estaré pendiente del próximo.
No estoy del todo de acuerdo contigo. Creo que Nokia no había reaccionado ante el avance de los iPhones y Android. Se estaba quedando atrás en ese mercado. Necesitaba reaccionar. Quizá la opción no sea la más adecuada (sólo el tiempo dirá) ni, desde luego, la que más guste. Quizá todo el mundo esperaba que Nokia consiguiese que Symbian fuera capaz de hacer lo mismo que Android e iPhone. Tarea en la que llevaban, al menos, dos o tres años sin que hubiera resultados.
Veremos. Desde luego esta historia va a dar (está dando) para mucho
YO SOY UN MODESTO PRO-NOKIA Y ANTI MICROSOFT….. EN MI VIDA SOLO HE GASTADO 6 MÓVILES EN 15 AÑOS Y LOS 6 NOKIA…… Y 3 ME SIGUEN FUNCIONANDO…. EL C-7, EL N-98 Y EL 6300….. PERO DESDE LUEGO EL DIA QUE METAN WINDOWS ME COMPRO EL I-PHONE DE TURNO…..QUE PARA ESO TENGO UN MAC…… PANEARÉ ESTOS QUE TENGO OTROS DOS O TRES AÑITOS…….. QUE PENA….
Europa va bien