Es un roscón, no el Titanic

 Roscón 2011 2Roscon 2011

¿He hablado alguna vez de la clase de roscones que vienen a mi casa por Reyes? Claro que sí, aquí está: Operación roscón. Bien, pues ayer llegó el principal de este año, aquí las fotos tomadas justo en el momento de desenvolverlo (1), un minuto después ya hubiera sido misión imposible. Nótese que en una de ellas no cabe. Y es que este roscón tenía unos 70 cm de eslora. Me refiero a la total, porque la eslora de flotación –la que queda por debajo de la nata- era de unos 60 cm. La manga máxima de unos 40 cm, ligeramente abombado por estribor, y en cuanto al puntal, le echo unos 15 cm a los que habría que añadir otros 10 de sobreestructura, lo que hace una altura total de 25 cm aproximadamente. El casco tenía un grosor tal que de unos 17 cm de diámetro máximo –teniendo en cuenta que no se trataba de una circunferencia exacta- y unos 30 cm de perímetro por su parte más gorda. La inmensa nata que se extiende por toda la obra muerta –aunque aquí habría que decir que muy viva- de proa a popa, fue traída de Bélgica, y la mantequilla para el casco, quiero decir para el bollo, de Francia. Había sido fabricado por el armador, perdón, por la pastelería Nunos (Narváez 63, Madrid), que ha sido ganadora dos veces del premio al mejor roscón de la Comunidad de Madrid (2008 y 2010), aparte de otros galardones y distinciones recibidas. La operación para traerlo a casa comenzó sobre las tres y media de la tarde y arribó a puerto con éxito –aunque tras penosos esfuerzos- hacia las ocho. Y sí, hablo de él en pasado y no es por cualquier cosa. Es que a estas horas ya va por los mismos derroteros que el Titanic. Pero tranquilos, que no será el último roscón del año. Al tiempo…

(1) de su botadura, deberíamos decir.

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