“Me dio tanta pena, tan delgaducho, con esa carita de hambre, se zampó el plato de alubias con ansia, como si llevara días sin comer, me pidió otro, y decidí no cobrarle. Se emocionó, me lo agradeció, me dijo que nunca olvidaría ese detalle y que cuando triunfase y fuera famoso me lo pagaría con creces. No volví a saber de él, excepto por verle por televisión y saber que se había hecho efectivamente muy famoso y muy rico. Cuando muchos años después enfermé y debía someterme a una operación que no podía costearme, decidí escribirle: usted quizás no me recordará, soy la señora que no le cobró aquellas alubias, ahora tengo un serio problema, necesito 12.000 euros –de entonces- para una operación, usted me dijo que cuando triunfara me pagaría aquel favor. Al cabo de unos días recibí una carta con un cheque por 12.000 euros y una nota: gracias por esas alubias”. Ese de la carita de pena que se comió las alubias como si le fuera la vida era Richard Starkey meses antes de que le tocara la lotería y se convirtiera para la posteridad en Ringo Starr, el batería de los Beatles. Anteayer cumplió 70 años. La aportación de Ringo a la banda fue bastante mayor de lo que la gente suele decir. Sobre todo en imagen: era la simpatía, el rostro amable. John era el borde, Paul un poco bobo, George una seta. Sin el ingenio y el humor de Ringo no hubieran sido lo mismo. Y si las primeras películas fueron parte sustancial de su vertiginosa escalada, él era sin duda el mejor actor, o mejor dicho el único. Como batería, nada desdeñable –lo dicen los que entienden- lo que pasa es que siempre se supeditó al grupo, hacía lo que le pedían –sobre todo lo que Paul y George Martin le decían- y cumplía a la perfección. El único solo que le permitieron fue para el último tema del último álbum de los Beatles, no es casualidad que se titulara The End. Pero ojo, en muchos temas de la última etapa su contribución es fundamental, fíjense por ejemplo en Come Together. Y siempre fue honrado, consciente de la suerte que había tenido –desecharon al batería originario, Pete Best, y él poco menos que pasaba por allí- no buscó más protagonismo que el que le correspondía, que por cierto, claro, no era poco tratándose de los cuatro chicos más famosos del mundo entero. Eso sí, lo aprovechó, se lo pasó bien, ligó el que más. Pero nunca dio un problema, hasta el punto de que, cuando las relaciones en el grupo estaban complicados, llegó a convertirse en el confidente y escape de las penas, frustraciones y ataques de ego de los otros tres. Sí señor, un gran tío Ringo Starr.
Y si hemos empezado con una de alubias, terminaremos con una de pulpo, que además está de moda estos días. Ese sí que era listo… The Beatles, Octopus Garden, YouTube
tengo que decir que me como mis palabras sobre Casillas……. empezó mal y nervioso pero has vuelto a demostrar que es un puto crack y que está ahí merecidamente………. a ver si el pulpo tiene razón……..
y que la batería de come toguether es fantástica……. para mi la canción que más me gusta de los beatles……. por algo será…..