Tenía que ser y ha sido

Les quedaba la asignatura del fútbol inglés. Y al mejor equipo de las islas lo han bailado. Y que no digan que el United no tuvo ambición, que es un equipo lento, torpe… El United es un equipazo de arriba abajo y siempre sale a morir, más en una final de Copa de Europa. Pero si no hueles el balón y ya vas perdiendo 1-0… pareces un equipo lento, torpe y sin ambición. Ahora ya está claro –o lo estaba ya- que la superioridad del Barça esta temporada ha sido incontestable a lo largo y a lo ancho. Por juego, por estilo, por espíritu y, finalmente, por resultados. Produce admiración que hayan soportado el ritmo de las tres competiciones. Pero es que cuando juegas en el paraíso, nunca te cansas de estar allí. Cuando tienes el balón y los demás corren detrás de él, se cansan los demás. Y todo indica que esto va a durar. Ni siquiera podemos decir que nada del Barça de ayer nos sorprendiera. En la final más importante fue un equipo reconocible, como el que hemos visto todo el año. Y eso no sucede siempre, más bien sucede muy pocas veces. ¿Quién fue el MVP? Oficialmente ha sido Xavi, yo hubiera votado a Puyol por su omnipresencia y por su intervención decisiva en el segundo gol, pero pudieron haber sido Iniesta o Messi, hasta Pep… cualquiera. Pero además había pendiente un debate que me parece que ya ha quedado más que resuelto. ¿Quién era el Balón de Oro? Los grandes escenarios ponen a cada uno en su sitio. Cristiano Ronaldo empieza muy efectista, lanzando fuegos de artificio, y a la hora de la verdad se diluye, luego se aturulla, se cabrea y termina dando patadas y profiriendo sandeces de niño consentido que patalea cuando le quitan el juguete. Ojo, el año pasado no fue muy diferente, no nos engañemos: comenzó la final como aspirante a héroe y la terminó como el bufón en la corte del que luego fue campeón. No supo ganar entonces y no ha sabido perder ahora. ¿Todavía quieren pagar 70, 80 ó 100 millones por él? No es para replanteárselo, es para descartarlo de plano ya mismo. Messi en cambio: empieza prudente, casi tímido, parece que no está…y va apareciendo. Y va entrando en juego. Y el balón se le pega a los pies. Al final está en todas las grandes jugadas y marca un golazo al estilo de Pelé en la final de México 70. Ese es el crack. Ese es el mejor futbolista del mundo, el Balón de Oro de este año… y del pasado si se volviera a votar. Claro que no todos quedaron satisfechos con lo que vieron ayer sobre el campo. Hay que entender, claro, que en Italia se respira la quintaesencia del fútbol ofensivo, creativo… y espectáculos como el de ayer les aburren. Les dejan fríos. Y quién mejor que su presidente en el palco para dar testimonio del sentir de no pocos italianos. Vale, es broma pero… qué espectáculo dio el hombre. Eso sí, siempre he pensado que hay tipos, especialmente ciertos entrenadores, que cuando van a ver partidos de esta clase, como los del Barça o como los de la Liga inglesa, antes de empezar se tienen que tomar una biodramina por si el mareo. En fin, vamos a descansar de fútbol por unos días –o semanas- y sólo nos queda dejar constancia aquí de nuestras rendidas felicidades al Barça por todo lo conseguido, que es mucho más aún que un triplete; felicidades a su afición por el gustazo que se han dado estos nueves meses. Y, como amante del fútbol pata negra, muchas gracias por lo ofrecido. Sí, incluiré esta entre mis mejores finales.

P.D. Y una felicitación más, que me dejaba en el tintero: al fútbol español, que con esta suma 12 y se aúpa al liderazgo de Copas de Europa ganadas por países. Inglaterra e Italia siguen con 11. Debemos congratularnos de la época de esplendor que vive nuestro fútbol. No todos los equipos, obviamente. Pero sí el fútbol español en su conjunto.