No hace falta que les jure que están y qué puesto ocupan en mi top ten, mucho antes ya de que hubiera empezado a planteármelo. Como veníamos avisando, ha comenzado el serial de la conmemoración de los 50 años de cada hito, cada hecho y cada acto de los Beatles. Aquí, para no agobiar al personal, sólo estamos recordando los fundamentales. El 5 de octubre del año pasado traíamos la publicación de su primer single Love me do, nada hubiera existido después Como decíamos entonces, aquel puesto 17 en las listas británicas había sido como sacar partida o bola extra en la máquina del millón, y no la desaprovecharon. Un mes antes de lo que contamos hoy, sacaron su segundo, Please Please Me, que ya sería número uno de varias listas británicas y llegó al 2 de la principal. Y tal día como hoy, 22 de marzo de 1963, bajo el mismo nombre, The Beatles publicaban su primer álbum oficial.
De lo misma manera que ocurrió con Love Me Do, si este no hubiera triunfado, quizás nada de lo sabemos hoy hubiera llegado a suceder. No se complicaron la vida a la hora de elegir los temas, básicamente tiraron de lo que tenían en inventario, lo que habían venido tocando en sus andanzas por los clubs de Liverpool y Hamburgo. Una mezcla de los clásicos que versionaban y los primeros temas compuestos por ellos, bueno, por Lennon-McCartney, de los cien que dicen que salieron de las horas y horas, tardes y tardes que aquellos dos chicos pasaron juntos en aquella casita de las afueras, cuyo patio trasero McCartney evocó en uno de sus últimos y mejores trabajos. Lo grabaron de un tirón un lunes en menos diez horas. Y la portada, ellos tan jovencitos asomados a una terraza interior en los estudios de la EMI, se convertiría en mítica, sobre todo cuando siete años después volvieron a posar en idéntico lugar y postura, pero ya con la impronta y aspecto de sus últimos días como grupo, cómo habían cambiado la vida y sus vidas en tan poco tiempo.
De la lista, y aparte del éxito que presta título al disco, puede decirse, o es mi opinión, que hay dos temas que destacan sobre los demás y que han resistido plenamente el paso del tiempo, curiosamente se trata del primero y el último: Twist and Shout, en realidad de Medley y Russell, que la titularon Shake it up Baby, pero que casi todo el mundo considera una canción puramente beatle (este mítico vídeo); y la que abre, I Saw Here Standing There, quizás porque era lo mejor que tenían en ese momento en su repertorio, un rotundo y limpio rock&roll que terminaría por convertirse en uno de sus clásicos y pieza ineludible en los conciertos (Aquí con Billy Joel en el Shea Stadium) que Paul McCartney sigue prodigando hoy por todo el mundo (1).
Por lo demás, no vamos a decir que en general sean temas imprescindibles en el museo de obras maestras de la antología beatle, aparte del significado histórico o sentimental por el hecho de ser sus primeras canciones. Pero ¿qué tenían, por qué triunfó Please Please Me? No puede decirse que en este caso concreto fuera obra del Marketing, eso llegaría después. En ese momento no eran un producto al que se le deparara mucho futuro, y después de que otras discográficas les hubieran rechazado, la EMI había ha hecho un apuesta muy cauta, con la boca pequeña. No en vano, les asignó a un sello filial, Parlophone, y a un productor, George Martin, al que por entonces tenían apartado de los grandes proyectos.
Pero empezó a sonar, la gente lo empezó a escuchar y pareció fresco, diferente, esas voces juveniles armónicamente conjuntadas, aparte de que la imagen de los Four Fab también rompía los moldes establecidos procedentes de los 50. Y algo muy importante, que hace poco recalcaba Santiago Auserón: de toda la música que se había hecho hasta entonces, era la primera que sonaba 50% a blanco y 50% a negro. El rock&roll y el rythm&blues por un lado, la tradición melódica europea por otro. Y ellos no lo hacían a posta, no se daban cuenta, tocaban y cantaban como a ellos les salía y les gustaba, simplemente plasmaban lo que habían mamado desde pequeños. Y por ejemplo, cuando Paul cantaba rock&roll ponía voz de negro y hasta el gran Little Richard dijo de él que era el mejor tío que había oído jamás. Lo mismo John, que como si tal cosa variaba de tierno a desaforado, de lo delicado a lo pasional. Harrison por entonces no aportaba mucho más que coros, un par de voces solistas y por supuesto su guitarra, él era ciertamente europeo pero con el tiempo cobraría personalidad propia y traería otras influencias.
El caso es que los hechos, los resultados, confirman que fue un producto que gustó más según se escuchó más. No triunfó directamente, no arrasó en las listas de salida. Tardaría un mes y medio en llegar al número uno en Inglaterra, pero una vez ahí, se mantendría durante ¡30 semanas! hasta que fue desbancado… por su segundo álbum, With The Beatles, en diciembre de 1963. Para entonces queda, si no tenemos más motivo o novedad, nuestra próxima cita con esta historia.
(1) Que por cierto, incansable e incombustible, Paul McCartney acaba de anunciar nueva gira, no sé si la enésima o millonésima, imposible llevar la cuenta ya. Esta, según dice, tendrá la particularidad de que visitará algunas ciudades en las que nunca tocó. Y los conciertos de van desvelando en píldoras, de momento sabemos que el 22 de junio toca en Varsovia y el 27 de junio en Viena. Seguirá…