Cierto es que debatir sobre el lío montado a cuento del anuncio de TIO PEPE (sin acento, conste) evita que hablemos y discutamos sobre cosas interesantísimas, aunque más farragosas, que están sucediendo estos días en Madrid. Pero ya que estamos en el fregado, algunas consideraciones y puntualizaciones:
– Apple tiene una imagen y una marca, que cuida y protege con máximo celo, es todo un valor. Así, es completamente normal, y no debe sorprender, que pretendan que un espacio dedicado íntegramente a la compañía y sus productos lleve su impronta, y cualquiera entenderá que su identidad corporativa sea difícilmente compatible con un edificio coronado por un anuncio de Jerez.
– Claro, que unos y otros deberían saber de antemano el berenjenal, o mejor dicho el embotellamiento, en el que se metían. La firma tecnológica no ha llegado ahora España, lleva ya muchos años, y se supone que sus responsables debían conocer perfectamente la particularidad del edificio de la Puerta del Sol en el que querían montar la tienda, y las connotaciones histórico-sentimentales del luminoso.
– Al mismo tiempo, el entonces alcalde de Madrid y sus colaboradores en el consistorio sabían perfectamente quién es y a qué se dedica esa compañía –no van a tener ellos su iPad– a la que se estaban cediendo las instalaciones a cambio de un entendemos que suculento contrato. ¿Es que no trataron el fleco del anuncio cuando negociaron?
– El mismo Alberto Ruiz Gallardón había dicho, un año antes de la firma, que “el Tïo Pepe es a Madrid lo que la Torre Eiffel a París”. Fue cuando entraba en vigor la nueva ordenanza de Publicidad Exterior, que limitaba los luminosos y la cartelería en el centro de Madrid, especialmente en los enclaves designados BIC (Bien de Interés Cultural) pero hacía una excepción con los considerados emblemáticos.
– A esa misma ordenanza se aferran ahora las autoridades municipales para defender que nunca habrá una manzana en lo alto del antiguo Hotel París. Pero insisto, ¿conocían o les hicieron conocer este extremo a los directivos de Apple en su momento?
– Se sorprende mi amigo Manuel Navarro Byte, 6 de junio de 2012 de que nadie proteste ni se hagan recolectas de firmas contra otras políticas de la compañía de Cupertino, y sí para esto. Bueno, es que la sensibilidad es directamente proporcional a la cercanía de los hechos, por eso es más noticia lo que ocurre a la puerta de tu casa. Aparte de que hay cosas más fáciles de contar y descontar que otras, y que lo folclórico y lo populista suelen movilizar más.
– Me extraña es que, hasta ahora y que me conste, Apple no se haya pronunciado sobre el asunto, bien mediante un comunicado o a través de alguna declaración. Están inmersos en una crisis de comunicación en el momento en que un sector de la población madrileña y de los consumidores se están predisponiendo contra ellos, y por lo tanto están poniendo en cuestión su reputación y su marca. Puede que a los headquarters el hecho les parezca insignificante, pero para los responsables de la firma en España, evidentemente no lo es.
– A todo esto, el mantenimiento del rótulo podrá deberse a su consideración como BIC, pero la empresa González Byass sigue pagando por su emplazamiento a la familia mexicana Díaz Estrada, dueña del inmueble.
– Familia que, a tenor de las primeras informaciones, era la que pretendía no renovar el contrato con las bodegas, que espira el 30 de junio, y por lo tanto serían ellos, y no los titulares de la AppleStore, los que habrían decidido la retirada del Sol embotellado de Andalucía. ¿Nos lo aclaran unos y otros?
– Para terminar, estos días salen a la luz distintas propuestas alternativas para ubicar el luminoso. Algunas oportunistas, como la de Coca Cola, otras interesadas, alguna peregrina o hasta simpática. Pues aquí va otra: bien podría recolocarse unos metros más allá, en lo alto de la sede de la Comunidad de Madrid, con un sutil cambio, apenas sustituyendo una “o” por una “a y suprimiendo una “p”: TIA EPE. Más madrileño y más castizo, imposible.
Byenrique 
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