Los Silencios Informativos (algunos apuntes)

Silencio informativo

No es lo mismo callarse en un momento dado que parecer que uno se ha quedado mudo. Están muy a la orden del día los desplantes, las “leyes del silencio”, la no admisión de preguntas sobre un tema determinado o sobre cualquier cosa. Lo que llamamos Silencio Informativo, en sus diferentes manifestaciones. Y cuyo responsable y actor principal no es exactamente el portavoz en cuestión, sino toda la organización que está detrás y a la que representa.

Me preguntaban el otro día si estamos obligados a responder siempre a un medio de comunicación, si podemos ampararnos a una especie de derecho a no contestar. Por defecto, y salvando todos los matices, le dije que en nuestro beneficio siempre deberíamos dar una respuesta. El “no comment”, aparte de pasado de moda, no hace un buen servicio a la reputación. Eso no quiere decir que debamos entrar al trapo de todo, ni que vayamos a tener siempre a mano la respuesta que deseáramos o la que desearía el periodista. En efecto, hay momentos en los que no estamos en disposición de ofrecer el dato o el argumento concreto que se nos requiere. Pero en tales situaciones,

1. Debemos explicar muy bien, y de manera convincente, qué no podemos decir y por qué:

– Porque no tenemos ese dato preciso en ese momento, y emplazamos a cuando lo tengamos. Nunca inventárnoslo o suponerlo, simplemente para intentar quedar bien.

– Porque no queremos entrar en una polémica. No tenemos por qué darnos por aludidos a cuenta de una revelación de una tercera parte. Decimos lo que nosotros sabemos, hacemos y entendemos.

– Porque no queremos generar atención sobre asuntos sobre los que no nos interesa que se pise. Pero no negándonos a responder, simplemente llevando la conversación a nuestro terreno, intentando suscitar interés con nuestra historia y nuestros argumentos. Aquí se trata de buscar puentes Las Siete Reglas del Portavoz, 5. Busca Puentes. Es una situación muy característica, por ejemplo, cuando nos preguntan sobre nuestra competencia. Las Siete Reglas del Portavoz, 6. La competencia, ni tocarla.

2. ¿Podemos cancelar una rueda de prensa o una entrevista que teníamos programada? No es lo ideal, claro, pero puede haber casos en los que podamos y hasta debamos hacerlo. Eso sí, fundamental otra vez: explicar bien –al conjunto de medios en su totalidad, o al medio concreto- el motivo de nuestra decisión de interrumpir la comunicación. Y pueden darse varios casos:

– Ha acontecido un hecho nuevo que afecta a nuestro discurso. Por lo tanto, necesitamos recabar más información, a fin de conformar nuestra toma de postura. Esto el periodista lo suele entender. Pero siempre que no nos demoremos en reinstaurar nuestra cita con él.

– Se ha generado un súbito clima de tensión que podría distorsionar la transmisión de nuestro mensaje. En otras palabras, “estamos muy calientes” como para hablar en ese momento. Esto el periodista lo entenderá peor, pero estamos en nuestro perfecto derecho de marcar nuestros tiempos, o por lo menos proponerlos. Eso sí, como en el anterior escenario, debemos retomar la comunicación con el medio en cuanto se “enfríen los ánimos” y tengamos claro nuestro punto de vista.

– Los demás escenarios de cancelación ya se relacionarían con imponderables que no podemos controlar, desde un imprevisto personal o logístico, hasta una catástrofe. Por más vueltas que le doy, no hay más motivos que justifiquen la suspensión de un encuentro informativo.

Con todo, y una vez expuesto, a mi modo de ver, cómo manejar razonablemente bien estas situaciones, tengamos en cuenta siempre los riesgos que conllevan los silencios informativos:

– Plantar a los medios sin razón convincente te los puede predisponer en contra. Y no olvidarán, hasta cuando tengas algo positivo que contarles.

– Cuidado con tu credibilidad. No les engañes. No les digas que no hablas por una razón, y luego se sabe que es por otra muy distinta.

– El que calla otorga, y lo que tú no dices pueden presuponerlo, especular con lo que dirías o con lo que estás pensando.

– Mientras tú no hablas, la competencia puede estar haciéndolo y convenciendo con su discurso.

– Muchos de estos supuestos hipotéticos están relacionados con una situación de crisis. Cuando estás inmerso en ella, tu opinión es necesaria. Porque, generalmente, todas las demás están atacando tu reputación.

– A veces, no hablar a tiempo puede condenarte a esa crisis.

– Del enfurruñamiento nunca se saca nada bueno. La soberbia es mala consejera, también en materia de Comunicación.Silencio informativo 2

– El silencio continuado puede derivar en profunda soledad.

En definitiva, y por todo esto y seguramente más, pensémonoslo bien cuando no nos guste responder a cierta pregunta o cuando nos sobrevenga la tentación del “hoy no hablo con los medios”.

2 Comentarios

  1. Completamente de acuerdo. El comunicación de crisis, cuando te piden opinión o explicaciones lo mejor es darlas. La noticia va a salir igual y siempre es mejor que tú puedas decir lo que tienes que decir a no decir nada y quedar con el culo al aire.

  2. El problema de los silencios es el tema del castigo. En este país no hay castigo para casi nada… el silencio sale gratis y el insulto también….. Una compañía privada paga sus silencios en ventas o en imagen, pero un club de fútbol puede pasar de la prensa, la afición, la federación y hasta del Papa y no pasa nada…… Es igual que las invenciones de los medios….. Se ha demostrado que El Mundo ha intentado comprar a los testigos del 11-M para que dieran su versión y no pasa nada….. Federico Jimenez Losantos dijo hace 8 años que un comisario de policia había inventado pruevas y era un asesino de los del 11-M y sigue sin juicio…… y cada vez que tiene que ir al juicio no se presenta y no pasa nada…. y al Comisario de Policía que le den……
    Por eso hay quién se puede permitir los silencios y los insultos…….. pero siempre en instituciones ya que en el mundo de la empresa eso no vale……

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