Lo de Madrid 2020: hablando ya en serio

Hasta ahora habíamos optado por lo frívolo, por regodearnos en la chapuza. Pero en efecto, en esto de Madrid 2020, la cuestión es mucho más seria, como certeramente apunta nuestro amigo @manuelaborda en su comentario de ayer, que me permito reproducir:

Enrique, he tenido la fortuna de trabajar esta semana con 20 empresas dedicadas al diseño, no solo gráfico, sino industrial, moda, interiorismo….el sector Diseño con mayúsculas. He podido comprobar que son un sector y unos profesionales claves, que dan un gran valor añadido a la sociedad, a la empresa a todo aquello a lo que se acerquen. Es una manera de redondear productos, procesos, innovación.

Por eso me llama la atención que sea a través de un concurso con 6000 euros de premio como se gestione un logo de un evento tan importante. Pero es que no es solo un evento, es la imagen de una ciudad, es la manera de realizar las cosas: bajo la óptica del todo vale (desde la manera de gestionarlo, hasta la propia modificación del diseño original) y de la mediocridad existiendo hasta faltas de ortografía. El sector diseño está muy enfadado, ellos huyen de la mediocridad, huyen de “todovale” buscan la excelencia y lo que ha ocurrido con el logo es justo lo contrario. Manuel – Platransforma

Y así es. Aunque de entrada nos cause hilaridad y luego bastante pena, que esa es la verdad, en el fondo es mucho peor: porque lo que subyace es una profunda falta de respeto. Primero, al trabajo de la gente, de cualquiera que aplica su conocimiento y sus riñones a cualquier empresa u objetivo; y segundo, a un colectivo profesional en su conjunto. El de los diseñadores viene siendo otro de los insistentemente ninguneados. Como pasa con los profesionales de la Comunicación y en general los que funcionamos con intangibles y nuestro éxito o fracaso está habitualmente sujeto a percepciones subjetivas. El “si esto lo hago yo” es expresión al uso a la que estamos tan tristemente acostumbrados. Y claro, aunque no siempre nos crean, nosotros sí sabemos lo que pasa al final cuando “esto lo hacen ellos”.

En este caso concreto, también se falta al respeto a una iniciativa que concita e ilusiona a tanta gente, como es traer las Olimpiadas a Madrid. Y así como en la frustrada tentativa de Madrid 2012 pareció al menos que se hacían las cosas con mayor cuidado, cariño y profesionalidad, en esta ocasión ha dado la sensación de que a los promotores “oficiales” del proyecto en realidad les da igual por donde salga el Sol y simplemente pretendían salir del paso. Los otros promotores, los “no oficiales”, somos millones de personas que pedimos que esto se haga insuperablemente bien, y que ahora nos sentimos desdeñados y desde luego nada representados. Pero impotentes, al fin y al cabo.

Pero volviendo al origen de esta entrada, pánico da pensar que si para un proyecto de estas dimensiones se ha montado un concurso de esta guisa, que no se perpetrará cuando se trate de otros, digamos menos ambiciosos, más del día a día, y que sin embargo no requieren menos dedicación ni menos conocimiento. Vean por ejemplo lo del Carnaval, sólo al día siguiente. Al final, lo que se deduce de todo esto es un absoluto desprecio del talento. Y más que nada, de los que se supone que lo tienen o por lo menos aspiran a demostrarlo.

P.D. Para no perder nunca el humor a pesar de todo, traemos esta imagen que ilustra por dónde va ya nuestro “flamante” logo. Queda claro que la creatividad supera siempre a cualquier mediocridad establecida.